Pase lo que pase, siempre pasa para bien. No hay acción sin reacción, los que se sirvieron acabarán sirviendo. Tiempo al tiempo.

AUGC: De la lucha por la desmilitarización a la sumisión al poder.

En la Guardia Civil nadie lucha solo. En el caso de la búsqueda de la adaptación de la Institución a la democracia, el camino ha sido y sigue siendo largo, pero, uno de los que siempre ha estado trabajando por la ética, la decencia y los derechos de los expulsados ha sido el compañero "Prades". Uno de los grandes.

AUGC: De la lucha por la desmilitarización a la sumisión al poder.
Luis Roldán dijo: "Los teníamos a todos controlados y comprados, cada paso estaba controlado por nuestros servicios. Imposible lograrlo los traidores estaban a vuestro lado.

Dios escribe derecho con renglones torcidos. Santa Teresa de Jesús.

No se puede hablar honestamente de «30 años de lucha» sin mencionar que, desde sus inicios, la verdadera bandera de los movimientos reivindicativos en la Guardia Civil fue la desmilitarización del cuerpo y el derecho a una sindicación real y efectiva, como corresponde en una sociedad democrática. El objetivo era claro: acabar con una estructura jerárquica y represiva que impedía a sus integrantes ejercer derechos tan básicos como la libertad de expresión o la negociación colectiva.

Sin embargo, el rumbo tomado por la AUGC en las últimas décadas ha sido, para muchos, una claudicación paulatina. Hoy, esta organización parece más preocupada por mantener su espacio de interlocución con los partidos mayoritarios -PP y PSOE- que por continuar la senda transformadora que iniciaron sus precursores, muchos de los cuales fueron sancionados, perseguidos o expulsados por atreverse a alzar la voz.

La insistencia actual en obtener «los mismos derechos que las policías autonómicas» desde la aceptación del carácter militar del cuerpo no es más que una concesión ideológica. Decir que “ser militar no es incompatible” con tener derechos sindicales es una contradicción con la historia y con los principios democráticos que sustentaron las primeras reivindicaciones. Porque sí, sí es incompatible: el carácter militar implica obediencia jerárquica absoluta, ausencia de derechos colectivos y una subordinación que choca frontalmente con la naturaleza del sindicalismo.

La AUGC, tal como se presenta hoy, ha dejado de ser una herramienta de cambio para convertirse en una pieza más del engranaje institucional. Y eso, lejos de representar 30 años de lucha, representa 30 años de domesticación progresiva, una traición -consciente o no- a quienes arriesgaron todo para que la Guardia Civil dejara de ser un cuerpo militar y pasara a ser una policía civil al servicio del ciudadano, no del poder.

Por sus hechos los conoceréis.Casi 40 años para Rehabilitar a los Promotores por la dignidad y por la transparencia en la Institución. Una verguenza para el colectivo.

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