Vamos a rastras, haciéndonos los sordos, por los incidentes continuos que nos surgen en el devenir de la vida diaria en el ámbito de todo el planeta. Algunos rincones del planeta se encuentran en lugares oscuros y poco visibles, por lo que el triste acaecer no nos llega con nitidez.
Pero señalaremos algunos de los más destacados, como puede ser el que un asesino envie al matadero a mas de quinientos mil seres humanos, sin el menor pudor, solo por el placer de optener más poder; algunos autores señalan que la cifra de personas sacrificadas por Putin, rebasa el millón. Consecuencia del ataque terrorista de Hamás a Israel, solamente por el placer de hacer daño, más de sesenta mil personas han muerto. Otros dictadores, tipo Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua, exclavizan a su pueblo sin otro objetivo que mantenerse en el poder. Nuestra querida Cuba vive hace mucho tiempo una situación terrible. Ahora en Turquía aparece Erdogán deteniendo a su principal opositor, para evitar competencia. Más moderada es la dictadura de China, dirigida por Xi Jinping, pero no deja de ser totalitarismo. Es destacable la autocracia terrible de Corea del Norte, con Kim Jong-un como controlador absoluto del sistema. Pero sin el calificativo de dictador, nos acaba de aparecer un “desequilibrado” en los EEUU que nos trae de calle al resto del planeta. Se llama Donald Trump y nos prenede llevar a un Nuevo Orden Mundial de su propia iniciativa.
Una vez descrito este pequeño resumen de lo alterado que está nuestro mundo, no podemos ignorar los desastres que nos afectan a los españoles, por el engreido y altanero señor sin escrúpulos que nos controla, cual es D. Pedro el Bulo. Este señor nos controla a los ciudadanos, pero sobre todo controla las Instituciones, los medios de comunicación y la fuerza pública. Nadie se explica como aún sigue teniendo algunos simpatizantes que no hablan mal de él. Pero sobre todo tiene un equipo de opinión sincronizada que repite sin parar las consignas que le dicta el nutrido grupo de asesores de Monloa.
¡Sánchez, márchate y déjanos en paz!
Pablo D. Escolar
