El fútbol, un deporte que persigue
marcar algún gol más que el adversario;
será un inmenso Estadio el escenario;
y las faltas, el árbitro, castigue
que, a noble conducta, a todos obligue;
un público forofo y partidario,
por siempre hostil al equipo contrario
que, además, al propio, aplausos prodigue.
En España, tenemos dos Partidos
que compiten en busca del Poder.
Los árbitros no son obedecidos
y pueden mil desmanes cometer;
a millones les votan, convencidos,
de que cuánto prometen, van a hacer.
Mientras las Leyes sean letra muerta
todo serán goles en propia puerta.
