Edu Yanes (sustituto de Jaime Cantizano en 'DEC' durante las vacaciones) dijo que Bores había sido "la peor persona" con la que había trabajado.
Ahora que se acerca Halloween queremos contar un auténtico relato de terror, el de cinco personajes que provocan las pesadillas de los profesionales de la tele. A su lado, Encarna Sánchez parecía una princesa Disney. A estos televisivos les sigue la peor de las sombras: las de ser malos compañeros y peores jefes. Pero ¿es verdad?
La noticia de que a Víctor Sandoval se le ha despedido de un programa antes, incluso, de empezar, nos ha recordado que en la tele, como en todos los medios, existen personas que más que profesionales, son cuentos que se usan para aterrar a los niños. El handicap aquí es que la exposición pública es mayor que en otros campos, por lo que una mala reputación puede llegar a arruinar carreras.
Esto nos lleva a la siguiente cuestión. De las cinco personas que hay en esta lista corren cientos de rumores y todos sabemos que los chismes pueden nacer de bocas vengativas o rencorosas. Se sabe de multitud de trabajadores que se inventan cotilleos ficticios para perjudicar a quienes les han despedido.
Sí, para ser justos hay que ofrecer el beneficio de la duda. El problema es que también hay hechos, documentos y testimonios semi-fiables que nos hacen declinar la balanza en contra. Y algo muy importante, por una razón u otra, actualmente, todos están en el paro, arruinados o, simplemente ya no son lo que eran. Pero vayamos uno a uno y analicemos los cinco ‘ogros’ más aterradores (se supone) de la TV.
Jaime Bores: ‘¿Qué fue de Baby Jane?’
En los 90, Jaime Bores (San Sebastián 1968) fue el yerno ideal de las madres españolas. La suya fue la historia de cómo un secundario se hace protagonista. Tras ser azafato y redactor de ‘Lo que necesitas es amor’ (Antena3), el periodista (San Sebastián 1968) saltó a la fama como reportero de ‘Madrid Directo’ (Telemadrid) desde 1993 a 1997. Su consagración llegó con ‘Digan lo que digan’, un talk-show diario que alcanzó gran éxito en TVE.
Pero llegó un punto de inflexión. En el año 2000, Bores presentó la gala de ‘Miss España’ y protagonizó un bochornoso momento al confundir a la ganadora, leyendo la lista de las elegidas finales al revés. Fue por estas fechas cuando el presentador decidió tomarse su primer descanso televisivo. Aunque más adelante se medio recuperó y co-presentó ‘La Granja’ en Antena3 junto a Terelu Campos.
Su historia para no dormir se inicia desde casi los comienzos. Su fama de histérico y tirano se acentuó, sobre todo, cuando comenzó a tener mayor responsabilidad. Lo que confirmó sus malas pulgas fueron unas declaraciones del presentador Edu Yanes (sustituto de Jaime Cantizano en ‘DEC’ durante las vacaciones) en las que decía que Bores había sido «la peor persona» con la que había trabajado en su vida y lo mejor de todo es que el ‘cara de niño’ de Jaime B. lo confirmó en una entrevista en ‘La Noria’:
El mundo de la televisión, cuando yo vivía aquellos episodios en los que yo tenía tantísimo estrés, sin lugar a dudas, soy consciente que no fui justo con muchas personas. (…). En la tele es fácil caer en una semiesclavitud. Sé que presioné mucho, exigí mucho y no estuve a la altura en muchos momentos de lo que se esperaba de mí. Desde aquí pido disculpas.
Quiso hacer borrón y cuenta nueva y presentó durante unos cinco minutos ‘Vuélveme Loca’ en Telecinco pero la audiencia salió pitando. Ahora está missing. Nos quedamos, al menos, con que es el único de todos que ha reconocido los hechos y que ha pedido perdón.
Víctor Sandoval: Mujer blanca soltera busca…
Él es la razón de esta lista y uno de los personajes más insufribles que han pisado la tele en los últimos años. Lo peor para él no es que sus compañeros no le soporten, es que a la audiencia nos saca de quicio. La buena de Terelu Campos dijo hace poco que su ex compañero de ‘Sálvame’ «es más listo de lo que pensamos» y «que sabe perfectamente lo que hace». Permíteme, Sor Terelu, que lo dude. Si fuese tan consciente de sus actos no sería tan kamikaze.
Sandoval lo tenía todo para ser el primer y único Jorge Javier Vázquez. Como presentador en ‘Mamma Mía’ (Telemadrid) nos hizo reir y nos entretuvo con sus ademanes exagerados. Pero cuando se fue a Miami y regresó medio enfermo (contó que le había picado una araña) y arruinado, entró en ‘Sálvame’ y demostró ser lo que era: un personaje triste con una necesidad enfermiza por recuperar un reino que, en realidad, nunca tuvo.
Él mismo ha reconocido que ponía papelitos en el congelador para ‘bloquear’ a sus enemigos (en los que se encontraban María Teresa Campos y Jorge Javier) y le han acusado de tener envidia de todos los que le rodeaban.
En ‘Sálvame’, Sandoval ha tenido broncas con la totalidad de sus compañeros, algo que, en ese programa, no es muy raro, pero curiosamente, a él no le han vuelto a llamar. ¿Por qué? Por que es imprevisible, traicionero y alocado (o eso es lo que vemos como espectadores).
Isabel Gemio: la reina de los condenados
¿Cómo es posible que una de las presentadoras más competentes, queridas y exitosas de nuestra televisión pasase, de un día para otro, al ostracismo? Adoramos con locura a Isabel Gemio en ‘Lo que necesitas es amor’ y, sobre todo, ‘Sorpresa, sorpresa’ (ambos de A3). Venerábamos su voz, su candidez, su elegancia y su capacidad para resolver los problemas del directo.
Pero su fama de déspota y de tratar muy mal a sus empleados la persigue. Yo, particularmente, he escuchado decenas de historias sobre ella de gente que ha estado a su servicio y puedo asegurar que ponen los pelos de punta.
La que dio más datos fue su sobrina Anabel Gemio, quien acudió al ‘Deluxe’ en enero de 2010 para decir que:
Mi tía Isabel es una déspota con sus trabajadores y una amargada. Vivir con ella, estar a su lado… es una tortura psicológica. Yo no tenía amigos, no podía salir de fiesta y mucho menos tener novio. Te dice todo lo que le viene en gana y aunque se equivoque no tiene el detalle de pedirte luego perdón. Me tenía en su casa como una sirvienta, no como una sobrina. Era su esclava desde que me levantaba y hasta que me acostaba. Me hacía sentir un cero a la izquierda. Era una tortura
Relato aterrador pero que ponemos en duda puesto que el resto de la familia de Isabel Gemio mandó un comunicado desmintiendo lo dicho por la sobrina (el propio padre de ésta llamó al ‘Deluxe’ para ponerla a caldo).
Pepe Navarro: ‘Scream’
Él es el más temido. Los que han trabajado a su sombra contienen la respiración y se cubren con una ristra de ajos. Del emblemático presentador de ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’ se ha dicho de todo.
Además de sus líos de faldas y de la multitud de féminas que han atentado contra su honor en diversos programas, a Navarro le hemos visto en varias ocasiones perder los papeles en directo. Célebre es ya un cabreo que se pilló cuando pensaba que no le estaban grabando.
Pero aún con todo, hablamos sólo de leyendas, de historias para no dormir que nunca se han verificado. Eso sí, lo único cierto es que al presentador ya no le llaman ni para ser el aparcacoches de Vasile. ¿Por qué?
José Luis Moreno: La mano que mece la cuna
He dejado lo mejor para el final. Aquí voy a hacer algo que no suelo hacer: contar mi experiencia personal. Hace tiempo trabajé durante un año en la productora de José Luis Moreno, que por aquel entonces se llamaba Miramón Mendi, y llegué coincidir con él en varias ocasiones. Nunca intimamos y dudo mucho de que se acuerde de mí pero estuve en su casa, conocí su entorno y puedo comparar la realidad con la rumorología.
Ante todo he de decir que conmigo, siempre, repito, siempre, fue absolutamente encantador, lo que no quiere decir que no diese miedo. Tiene algo de megalómano, es cierto. Todo en él eran excesos y delirios de grandeza. Quería controlar cada movimiento de su ‘reino’, no aceptaba la realidad (si una serie suya era un fracaso, no quería verlo y se empeñaba en que iba de maravilla) y era de la opinión de que para que algo salga bien, tienes que hacerlo tú mismo (cosa que, según qué, puede ser cierta).
Es culto hasta la saciedad, se puede aprender mucho de él pero no da opción a réplica. Le he visto gritar en alguna ocasión a sus empleados (cosa que tampoco es un delito) y despedir a otros de manera injustificada. A su alrededor se respiraba la paranoia. Sus empleados temían sus cambios de humor. Su empresa era un caos administrativo y humano. Todos hablaban mal de los otros y era difícil fiarse a alguien.
Soy sincero cuando digo que aprendí muchísimo de aquella experiencia. Que, profesionalmente hablando, fue más que enriquecedora y que siempre guardaré un recuerdo agradable de esa época. Eso sí, no digo que José Luis Moreno sea el monstruo de dos cabezas que muchos dicen que es, pero yo no le tendría de enemigo.
