DESDE VENECIA

Entrevista a Lana Daher, directora de ‘Do You Love Me’: «Es una película sobre la gente, el sufrimiento que supone la guerra, la pérdida, el duelo»

La cinta de la directora libanesa cuenta más en 75 minutos de lo ocurrido en el Líbano desde que alcanzara su independencia-1943-, que en cualquier libro escolar de historia de aquel país (que, por cierto, según desvela en su documental, no hay). En los colegios del Líbano no hay libros de historia contemporánea

Lana Daher
Lana Daher

Lana Daher (Mineápolis, Minnesota, 11 de diciembre de 1983) debuta en el largometraje con Do You Love Me, un interesantísimo documental presentado en la sección ‘Giornate Degli Autori’ del Festival de Venecia 2025, en un ejercicio de cine fascinante. A través de imágenes de archivo, de fotografías, de fragmentos de programas de televisión, de películas de ficción y también de películas caseras, todo ello aderezado con canciones pegadizas cuyas letras son así mismo importantes, narra de forma no cronológica, sino más bien por temas (con fotogramas agrupados del mar, de las armas, de los atentados, de las bombas, de la reflexión, de niños jugando, de personas bailando… y hasta con Catherine Deneuve en la escena de un film en el que se interesa por lo que ve desde un coche en su recorrido por Beirut: la torre Murr, un edificio inacabado símbolo de la guerra civil libanesa), el relato- individual y colectivo- de lo acontecido en el Líbano en los últimos 70 años. No juzga, no toma posturas políticas. Solo muestra la belleza del país y de su gente, su vulnerabilidad, su alegría, sus ganas de vivir, y cómo el horror, la destrucción, las guerras, el duelo y el sufrimiento forman parte de su vida.

Antes de adentrarnos en la entrevista, situemos el contexto de este país de Oriente Próximo, uno de los más pequeños del mundo (10.452 km2), con capital en Beirut (a unas cuatro horas y media de avión desde Madrid), de unos seis millones de habitantes- ahora más musulmanes que cristianos-, que hace frontera con el Mediterráneo, con Siria y con Israel. Influido por muchísimas culturas (desde los fenicios, griegos, romanos, árabes… y perteneciente al Imperio otomano desde el siglo XVI hasta la Primera Guerra Mundial), pasó a estar bajo Mandato francés. Alcanzó su independencia en 1943 -aunque la retirada completa de las tropas francesas no llegaría hasta el 31 de diciembre de 1946-, y tiene reconocidas oficialmente 18 confesiones religiosas. Su historia de conflictos, internos y externos, es interminable- con una guerra civil de 15 años (1975 a 1990), y guerras con Israel, Siria…-.

Hoy en día, la que fuera la Suiza de Oriente Medio en los años 50 y 60, sigue siendo un lugar inestable, y su historia es tan complicada que Do You Love Me opta por narrarla de una forma poética a través de una carta de amor.

En la terraza de la sede de las Giornate Degli Autori del Lido de Venecia, Lana Daher habla con PERIODISTA DIGITAL.

Felicidades por la película.

Muchas gracias.

¿Cuándo y dónde nació usted?

El 11 de diciembre de 1983, en Mineápolis, Minnesota. Mi padre es médico, cirujano de columna, y cuando yo nací, estaba haciendo su sub especialización ahí. Luego estuvimos entrando y saliendo del Líbano hasta que cumplí los siete años, debido a la guerra civil. Así que terminó su sub especialización y volvimos al Líbano.

¿Sus padres son libaneses?

Sí. Cien por cien libaneses. Como mis abuelos. Todos son del Sur del Líbano.

¿Y cuánto tiempo estuvo con su familia en Estados Unidos?

Nada. Muy poco. Mis padres estuvieron uno o dos años antes de nacer yo, y yo solo estuve unos meses y nos mudamos antes de cumplir yo el año.

Pero usted habla un inglés americano perfecto. Sin acento.

Sí, porque en cierto punto vivimos en Abiyán (capital económica y sede del gobierno de Costa de Marfil). De nuevo, estábamos en Beirut y la situación se puso muy violenta. Mi padre consiguió encontrar un trabajo allí; hay una gran comunidad libanesa en varios lugares del Oeste de África y nos mudamos allí dos años. Las cosas en el Líbano estaban muy, muy mal, y yo fui a un colegio americano.

¿Cómo llegó al cine?

Primero estudié Diseño gráfico y Bellas Artes en el Líbano, en la Universidad Americana de Beirut, y luego hice un Máster en dirección de cine en la Goldsmiths University de Londres. Trabajé en cortos, y este es mi primer largometraje.

¿Mereció la pena estudiar cine, ir a una escuela de cine?

Sí. De hecho mereció mucho la pena porque me dio un sentido de la estructura tradicional, de cómo hacer películas. Pero es curioso, y ahora sonrío, porque no hay nada tradicional en mi ópera prima en cuanto a la forma en la que la abordé y cómo decidí hacerla. Pero es muy bueno tener esa base, con lo básico de cada aspecto. Cómo se trabaja con los actores, cómo se escribe un guion…

Su documental se llama Do You Love Me. ¿Se refiere a si Beirut la quiere?

Al principio el título estaba inspirado en una canción muy famosa en el Líbano (que une la música tradicional libanesa con el pop anglosajón llamada Do You Love Me).

Es una canción de la familia Bendaly, trece hermanos y hermanas que tenían un grupo en los años 70, y me sentía fascinada por el videoclip, todos en el mar, junto a la cornisa. La gente cree que está rodado en Beirut, pero de hecho lo rodaron en Kuwait porque en el Líbano había guerra civil. Iba a hacer una película sobre la música y sobre esa familia, pero a lo largo de los años, a medida que iba investigando, se fue convirtiendo en algo sobre la memoria, el amor, el hogar, y no pude encontrar otro título. No quería otro porque por un lado era un diálogo que yo mantenía con el Líbano, con Beirut, y, por otro, la pregunta que el país nos hacía a los libaneses; si éramos capaces de seguir por encima de nuestras creencias políticas y de nuestras confesiones religiosas, de nuestros credos, y llegar de forma distinta a lo que significa ser libanés.

¿Tiene pasaporte americano?

Sí. Tengo pasaporte americano, pasaporte francés y pasaporte libanés.

Esa es una gran ventaja. Dependiendo de a dónde viaja, utiliza aquel con el que será mejor bienvenida.

Sí. Además, en el Líbano, tener más de un pasaporte es una gran suerte, porque aplicar para los visados es un infierno. Soy muy afortunada.

Me gusta mucho que al principio de Do You Love Me señale que es un documental muy desordenado, y que, de hecho, sea muy organizado. Creía que no iba a entender nada- sin fechas, en árabe y con subtítulos-, y está muy bien contado.

(Ríe). Muchas gracias.

¿Son exclusivamente imágenes de archivo o rodó usted algo?

Rodé poquísimo. Empecé el proyecto en 2018, y pasé a desarrollarlo. Ganamos nuestro primer premio, que ya no existe, y trabajé en esto consistentemente. Pero desde 2018 hasta hoy han ocurrido muchas cosas en el Líbano. Recientemente hubo una guerra con Israel, una guerra extremadamente violenta; también la explosión en el puerto de Beirut en 2020, después un colapso económico masivo, meses de revolución… Y mientras estas cosas ocurrían, yo estaba rodando. A veces rodaba con el director de fotografía, que es un amigo, y con un equipo muy pequeño; a veces rodaba yo sola, simplemente documentando mi entorno… Pero solo un pequeño porcentaje de mis planos están en la película. Algunos son momentos que rodamos de archivos abandonados, de instituciones que están en bancarrota, y por eso los archivos están en ese estado. Y documenté muchísimo. Lo que utilicé de cosecha propia es quizá un total de dos minutos de toda la película. Y el resto, 106 películas de cine independiente libanés desde los años 50 hasta 2024, vídeos caseros y muchas fotografías.

¿Y los vídeos caseros eran del archivo?

No. Los vídeos caseros eran de personas privadas. Los busqué a través de gente que conozco. Y encontré de super 16, e incluso hay un archivo llamado Katsakh´s Mediterranean Archives, que tiene vídeos particulares de gente de los años 20. La archivista es Chantal Partamian, y ha estado desarrollando y preservando esas imágenes de los años 20 en 35 milímetros ella misma.

¿Y tuvo que pedir permiso para utilizarlos?

Tuve que pedir permiso para cada cosa. Para absolutamente todo. Inicialmente porque éticamente quería hacerlo, pero es que, además, como están involucrados los canales ARTE y Al Jazeera, tenía que tener licencia y autorización de todo para poder vender el documental y que tuviera recorrido también fuera de los festivales. Teníamos casi 400 contratos y una hoja de Excel con 764 fuentes que tenían que ser contrastadas…

Menudo trabajo. Supongo que tiene un buen equipo.

Sí, maravilloso.

Si usted y su equipo cobraran por horas, como en una consultora, el presupuesto sería enorme. Y usted habría ganado una fortuna.

Fue una locura. Sí, eso le decía a mi padre hace unos días, porque estaba cansadísima. “Si me pagaran por hacer mi película, sería riquísima”.

Y también tenía un montador, aunque la directora es usted. Esta es su película.

Sí. Es un montador increíble, y yo estaba con él cada segundo. Se llama Qutaiba Barhamji, y aquí en Venecia tiene otra película: es el montador de La Voz de Hind Rajab (ganadora del León de Plata-Gran Premio del Jurado, dirigida por la tunecina Kaother Ben Hania).

Cuando se habla de guerras, se habla de en qué lado están los unos y los otros, de quién apoya a quién, de números de muertos y de heridos, de una bomba aquí o allá, pero nunca de la gente, de las personas en particular.

Precisamente de ese espacio es de dónde salió mi película. Porque no quería hacer un documental sobre los partidos políticos, o los lados políticos. O la historia lineal de la política en el Líbano. Y no quería tomar partido, porque es imposible. Pero lo que quería era una película exactamente sobre lo que acabas de decir: la gente. Sobre la sociedad civil, sobre las experiencias de todos los libaneses, independientemente de su religión o de qué parte están. Las experiencias de la gente a través de los ciclos de violencia. El sufrimiento que supone la guerra, la pérdida, el duelo…

Lo muestra muy bien. En Do You Love Me subraya que en el Líbano hay 18 religiones.

Sí.

Así que siempre ha sido complicado.

Totalmente. Y todavía lo es.

Algunas situaciones me han impactado: el vídeo casero de una niña que va a celebrar su cumpleaños, y que cuando le cuenta a su padre que no ha invitado a cierta niña por ser musulmana, este le dice: “O la invitas, o no hay fiesta”. Otro en el que un niño de dos o tres años está jugando y correteando tan contento en la terraza de su casa, y, de repente, se oyen (y se ven) bombas a lo lejos, y empieza a llorar.

Sí. Una locura.

O el de un profesor que relata cómo un día que tiene que hacer un examen a sus alumnos, coge el coche para ir a su pueblo, le paran en un control, alguien ordena que le disparen, y, de repente, otro de los que forman parte del control detiene la orden porque es ex alumno suyo. Se libra de una muerte segura, y cuenta que ese día murieron 500 personas.

Son todas historias reales. Solo por una cuestión de suerte, o sobrevives, o mueres. Así es como es.

¿Y uno se acostumbra a convivir con el peligro constante? ¿Usted vive en Beirut?

Sí, desde que tenía siete años. Para mí ese temor, desgraciadamente, forma parte de la norma. Las cosas están inestables.

¿El conflicto civil del Líbano tiene solución?

No tengo ni idea. Creo que todos lo esperamos, pero, en la forma en la que yo lo veo, todavía están estos poderes en los que todos están muy ligados a su confesionalismo, a su religión, a sus ideas políticas… y mientras sea así y no tengamos un sentido de identidad unificado de lo que significa ser libanés, creo que no hay solución.

Las canciones son muy pegadizas.

Sí, y las letras también eran importantes. Por eso están subtituladas. Cubren distintas épocas; épocas muy distintas entre sí.

El hecho de que el Líbano fuera colonia francesa hasta 1943 hace que se hable francés, aunque la lengua oficial sea el árabe.

Sí, pero todos hablamos los tres idiomas, árabe, francés e inglés, porque muchísimos libaneses tuvieron que emigrar en un momento u otro, y había olas masivas de emigración desde la hambruna (1914-1918), y, luego, las guerras mundiales; y, después, cada guerra que ha ocurrido. Y en los colegios del Líbano, por las colonias británicas y por las colonias francesas, en muchos de ellos estudias en inglés o en francés, acompañado del árabe.

La inclusión de Catherine Deneuve en el documental le aporta glamour. Ella está como el espectador: descubriendo Beirut. ¿Cómo encontró ese fragmento?

Es de la película Je Veux Voir (Quiero ver), de 2008. Es de Joana Hadjithomas y Khalil Joreige, unos directores libaneses buenísimos que la hicieron tras la guerra del 2006 con Israel, cuando el sur del Líbano estaba muy, muy destruido. La persona que está en el coche con Catherine Deneuve es Rabih Mroué, un artista libanés increíble, y son testigos de la destrucción de esta guerra que ella ve con ojos extranjeros. Y en ese extracto ella pregunta sobre un edificio fantasma de Beirut.

La Murr Tower.

Exacto. Que permanece como un emblema de algo, porque, al igual que no tenemos libros de historia contemporánea en los colegios, no tenemos espacios ni estatuas.

¿Y por qué no hay libros escolares de historia desde la independencia? Se menciona en la película.

Porque nadie puede ponerse de acuerdo en cuanto a lo que sucedió después. De la misma forma en la que existen 18 confesiones religiosas, cada partido político tiene su versión de la historia. Así que hay demasiado debate y conflicto sobre lo que pasó. Cuando acabó la guerra civil, decidieron repartir las cosas de determinada manera, e hicieron una ley de Amnistía (1991) en la que todos fueron de alguna forma perdonados u olvidados, y si escribieran la versión de un lado de la historia, sería partidista, así que no pueden ponerse de acuerdo en cuanto a lo que ocurrió. Hasta hoy no hay un solo libro de historia unificado, porque significaría culpar a alguien o exigirle cuentas a alguien.

En la película alguien dice una frase interesante: “No es lo mismo perdonar que decir que no ocurrió”.

Exacto.

¿Cree que las autoridades estarán contentas con su película?

Creo que sí. Sí. Esa fue la intención. No quería hacer una película con polémicas o susceptible de censura. Quería hacer algo que llegara al público, y que no fuera sobre un partido político o una postura política, si no que se pueda mostrar en los institutos. A los estudiantes.

En Do You Love Me la cuestión no es quién tiene razón, sino que, si hay conflicto, la gente sufre.

Exactamente. Ese es la cuestión.

Muchas gracias.

Ha sido un placer.

 

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