Al menos doce personas han resultado heridas este jueves 11 de julio de 2019 a causa de un atentado con coche bomba perpetrado cerca de un templo ubicado en la ciudad siria de Qamishli, en el noreste del país.
Fuentes locales han indicado que el ataque fue perpetrado frente a la Iglesia de la Virgen María, en el barrio cristiano de Al-Wasta, y la explosión tuvo lugar poco después de las seis de la tarde (hora local).
La autoría del atentado ha sido reclamada por el Estado Islámico.
Según un cristiano del lugar, que ha pedido permanecer en el anonimato, el saldo podría haber sido mucho más grave, si los terroristas no hubieran fallado al calcular el horario de la salida de los fieles, al término de las oraciones vespertinas, que comenzaron a las 17:30 horas. De haber ocurrido pocos minutos después, hubiera sido «una masacre» con varias decenas de muertos.
En un comunicado, el Patriarcado siro-ortodoxo de Antioquía y de todo Oriente ha condenado el atentado, que «ha desatado una atmósfera de ansiedad y desorden».
A pesar de ello, el patriarca Mar Ignatius Efrem ha recordado que los cristianos «deben permanecer» en su tierra y no deben dejarse atemorizar.
Según el comunicado de los siro-ortodoxos, los sacerdotes y fieles «que se encontraban en la iglesia están todos bien», al igual que «los habitantes de Qamishli».
El Patriarcado ha trasladado en su nota la esperanza de una «pronta recuperación» de todas las personas heridas y de que a la mayor brevedad «vuelvan la paz y la seguridad a Siria».
El ataque contra el templo cristiano de Qamishli no es un hecho aislado. Este nuevo atentado yihadista forma parte de la estrategia de «derribar la Cruz de Cristo”, anunciada en varias de las publicaciones internas del grupo radical.
Además, el Estado Islámico había advertido a través de su agencia Amaq de la colocación de un coche bomba frente a la Iglesia de la Virgen María en la citada localidad siria.
La ciudad de Qamishli se encuentra en la provincia de Hasaka y está bajo control de la Administración Autónoma kurda en el Norte y el Este de Siria, si bien algunos barrios están en manos de las autoridades de Damasco.
