Durante largos tramos del encuentro, el Real Madrid de Xabi Alonso pareció un equipo irreconocible, atenazado por sus propios nervios y salvado solo por la pegada de Mbappé. El conjunto blanco logró avanzar a los octavos de final de la Copa del Rey, pero lo hizo con el corazón en un puño y dejando una imagen más propia de un equipo en crisis que de un aspirante al triplete.
El técnico vasco sorprendió al incluir a Mbappé en el once, rodeado de una mezcla de suplentes y canteranos en busca de minutos. En teoría, el francés debía guiar el camino hacia una victoria cómoda. En la práctica, fue el único que pareció tomarse el partido con algo de orgullo, aunque su ansiedad por igualar el récord de Cristiano Ronaldo lo llevó a encadenar errores y remates frustrados.
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— Real Madrid C.F. (@realmadrid) December 17, 2025
El Madrid dominó sin brillo en la primera parte, monopolizando el balón pero sin colmillo. Solo un penalti de los que levantan cejas —imposible de revisar al no haber VAR— rompió el bloque manchego: Mbappé no falló desde los once metros. El segundo, un autogol fruto del infortunio local, pareció sellar el pase. El Talavera, hasta entonces, apenas había respirado cerca de Lunin.
Sin embargo, lo peor para el equipo merengue llegaría en el tramo final. Con 0-2 en el marcador, Mbappé se dedicó a coleccionar fallos ante la portería rival y la grada local empezó a creer en el milagro. Alonso, inquieto, tiró de sus pesos pesados —Rodrygo, Bellingham y Tchouameni—, pero nada cambió. En el minuto 80, Nahuel acortó la distancia y agitó el duelo. Luego, cuando el partido parecía cerrado tras el 1-3 (obra de un Mbappé más oportunista que inspirado), el Talavera volvió a golpear en el descuento para el 2-3 y rozar una hazaña histórica.
El pitido final sonó como un alivio y una advertencia: el Real Madrid se clasifica, sí, pero deja la sensación de estar caminando sobre el alambre. Mbappé suma 58 goles en 2025, pero el equipo aún transmite más dudas que certezas. Alonso, de momento, pasará unas navidades en calma… o en aparente calma.

