El presidente Donald Trump ha desatado una nueva tormenta en los mercados internacionales al anunciar aranceles de hasta el 40% a partir del 1 de agosto sobre importaciones procedentes de países con los que no ha logrado acuerdos comerciales satisfactorios.
Esta decisión, comunicada a través de cartas oficiales y difundida por su red social Truth Social, afecta a socios tan relevantes como Japón, Corea del Sur, Malasia, Sudáfrica o Myanmar, entre otros.
El mensaje es claro: “Nuestra relación ha estado, desafortunadamente, lejos de ser recíproca”.
La ofensiva llega tras una tregua arancelaria de 90 días que expirará el 9 de julio de 2025, plazo que Trump concedió a sus socios para renegociar los términos comerciales.
Apenas dos países —Reino Unido y Vietnam— han conseguido cerrar acuerdos con Washington en este periodo. El resto, enfrentará barreras arancelarias drásticas.
¿Quiénes son los más afectados?
Los nuevos gravámenes se distribuyen así:
- 25% para productos de Japón, Corea del Sur, Túnez, Malasia, Kazajistán
- 30% para Sudáfrica y Bosnia
- 32% para Indonesia y Tailandia
- 35% para Bangladesh, Serbia y Camboya
- 40% para Laos y Myanmar
Además, Trump ha advertido que cualquier represalia por parte de estos países será respondida con un aumento automático del arancel equivalente al porcentaje adicional que impongan sobre productos estadounidenses.
El trasfondo: déficit comercial y presión política
El argumento oficial es el mismo que ha repetido desde su primer mandato: corregir desequilibrios históricos en la balanza comercial estadounidense. Trump acusa a estas economías de beneficiarse durante años de un acceso privilegiado al mayor mercado del mundo sin ofrecer reciprocidad.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que varios países han enviado propuestas “de última hora” para evitar los nuevos aranceles, pero Washington considera que el tiempo para negociar se ha agotado. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, confirmó además la inminencia de más anuncios comerciales.
España: impacto limitado pero desigual
Para España, la decisión supone un nuevo reto en un contexto ya marcado por tensiones comerciales previas. Aunque no figura entre los países directamente afectados por esta ronda concreta, las medidas forman parte de una política proteccionista que ya ha tenido consecuencias palpables sobre las exportaciones nacionales.
Algunos datos clave:
- Según la Cámara de Comercio de España, un arancel generalizado del 25% reduciría casi una cuarta parte las ventas españolas al mercado estadounidense, lo que podría traducirse en pérdidas directas de hasta 4.300 millones de euros.
- Este golpe directo representa apenas el 0,27% del PIB español. El efecto global sería limitado gracias a que solo el 5% de las exportaciones españolas tienen como destino Estados Unidos. La inmensa mayoría se dirige a otros países europeos.
- Sectores como maquinaria, material eléctrico, productos químicos, farmacéuticos y metalúrgicos serían los más perjudicados. Por ejemplo:
- Las exportaciones de maquinaria podrían desplomarse hasta un 28%
- La industria química y farmacéutica podría perder un 16,5% de sus ventas a EE.UU.
- El sector agroalimentario (aceite de oliva y vino) también es vulnerable, recordando el desplome sufrido durante la anterior guerra comercial (2019-2020), cuando las ventas de aceite español cayeron hasta un 70%.
Tabla: Sectores españoles más expuestos
| Sector | Caída potencial en exportaciones a EE.UU. |
|---|---|
| Maquinaria/material eléctrico | Hasta -28% |
| Química/farmacéutica | Hasta -16,5% |
| Metalurgia (acero/alu) | Hasta -10,3% |
| Agroalimentario | Hasta -6%, con picos del -70% en aceite |
Efectos indirectos: inflación e incertidumbre
El análisis del think tank español Funcas estima una pérdida directa para el PIB cercana a los 5.000 millones de euros si se aplican las medidas más duras. Sin embargo, advierte que los efectos indirectos pueden ser aún mayores:
- Si los productos españoles afectados no logran redirigirse a otros mercados alternativos, podrían desaparecer empresas y empleos, elevando la presión sobre los precios a medio plazo.
- Un posible escenario inflacionista podría venir si suben los precios internacionales por distorsiones en las cadenas globales o si la UE decide responder con medidas similares.
- Además, Trump busca utilizar la recaudación extra por aranceles para financiar recortes fiscales masivos en Estados Unidos —hasta 5 billones de dólares— lo que podría calentar aún más la economía norteamericana y desencadenar subidas adicionales en los tipos de interés globales.
Europa y España: entre la resiliencia y la adaptación
Pese al ruido mediático, los expertos insisten en que el impacto macroeconómico directo para España será moderado comparado con otras economías mucho más dependientes del mercado estadounidense. Aun así:
- Sectores muy concretos sí pueden ver comprometida su viabilidad internacional.
- La respuesta europea —por ahora prudente— marcará si esta escalada deriva o no en una guerra comercial mayor.
- Las empresas españolas afectadas deberán buscar alternativas fuera del mercado estadounidense o reinventar su cadena logística.
En conclusión —y sin pretender cerrar el debate— lo cierto es que la nueva ronda arancelaria lanzada por Trump añade otra dosis considerable de incertidumbre al comercio global justo cuando muchas economías apenas empiezan a recuperarse del ciclo inflacionista pospandemia. España observa el tablero internacional con cautela, consciente de que la resiliencia dependerá tanto del tejido empresarial como del pulso político europeo ante el giro proteccionista estadounidense.
