RETRASOS Y AVERÍAS EN PLENO VERANO

Trenes varados y miles de evacuados: el caos ferroviario amarga la primera semana de agosto

El eje Madrid-Andalucía vive una semana negra con averías diarias, cortes y evacuaciones

Óscar Puente (PSOE)
Óscar Puente (PSOE). PD

El nepotismo y el politiqueo, lastran a @Renfe.

Y la ineptitud del PSOE.

La primera semana de agosto ha dejado una imagen inédita en las principales estaciones del país.

Inédita antes, porque desde que Pedro Sánchez asaltó La Moncloa y sobre todo, desde que ocupa el ministerio de transportes el bocazas Óscar López, es el pan de cada día.

Maletas apiladas, turistas y trabajadores atrapados durante horas y la sensación de incertidumbre que ha marcado el arranque de las vacaciones para miles de usuarios.

Los datos son contundentes: más de 2.200 viajeros tuvieron que ser evacuados en plena noche tras una avería masiva en el corredor Madrid-Andalucía, mientras que otros centenares permanecieron varados hasta diez horas a bordo de trenes detenidos por fallos mecánicos o cortes de tensión eléctrica.

El epicentro del caos ha sido el eje sur, con incidencias continuas en los servicios de media y larga distancia.

El primer AVE Granada-Madrid, que debía salir a las 6:12 del lunes, fue cancelado sin explicaciones claras.

Los pasajeros tuvieron que improvisar un viaje alternativo vía Málaga, mientras Renfe reconocía dificultades operativas pero evitaba entrar en detalles. A mediodía, otro tren Madrid-Málaga quedó parado cuatro horas entre Brazatortas y Venta de la Inés, generando demoras en la circulación y provocando que los viajeros llegaran a destino entrada la tarde.

Averías recurrentes y evacuaciones masivas

La sucesión de incidentes ha sido tan constante que los usuarios apenas han tenido respiro entre un fallo y otro:

  • Averías en el tramo Puertollano-Brazatortas, con retrasos superiores a tres horas en los AVE Madrid-Sevilla y Madrid-Málaga.
  • Media Distancia entre Córdoba y Sevilla afectada por problemas en la infraestructura, con traslados en autobús para los pasajeros del tren Algeciras-Madrid.
  • El martes, una caída de tensión en las vías entre Santa Justa y Marajabique bloqueó el acceso y salida de trenes AVE en Sevilla, obligando a evacuar a más de 2.200 personas, muchas de ellas pasando la noche en los convoyes mientras técnicos intentaban restablecer la circulación.

La liberalización del sector —con la entrada de operadores como Iryo y Ouigo— ha añadido presión a una infraestructura ya sobrecargada. Ahora circulan más trenes que nunca por líneas diseñadas para menor frecuencia, lo que incrementa la probabilidad de incidencias técnicas según reconocen desde Renfe.

Falta de mantenimiento y gestión cuestionada

Las voces críticas apuntan directamente al Ministerio de Transportes, liderado por Óscar Puente, por lo que consideran una «dejación de funciones» en el mantenimiento ferroviario. Santiago Villaverde, portavoz de la Asociación de Usuarios AVE de Valladolid, señala que «no se están poniendo todos los medios ni toda la carne en el asador» para garantizar un servicio seguro y fiable.

Los problemas no sólo se limitan a fallos técnicos; también hay dudas sobre la capacidad del sistema para absorber el aumento de operadores privados. No hubo estudios previos sobre qué medios eran necesarios para ampliar o adaptar las infraestructuras ante este cambio regulatorio. La consecuencia es evidente: más trenes compitiendo por las mismas vías, más averías y más pasajeros afectados.

Además, la política de compensaciones por retrasos se ha convertido en un síntoma del problema. El ministerio anunció equiparación con operadores privados en indemnizaciones por incidencias, lo que muchos interpretan como un reconocimiento tácito del deterioro del servicio.

Las cifras detrás del desastre

Los datos oficiales revelan la magnitud del problema:

  • De 9.607 trayectos realizados recientemente, 8.143 han sufrido retrasos significativos: más del 84% según informes internos.
  • Junio registró un retraso medio de 19 minutos en Alta Velocidad; cuatro de cada diez servicios sufrieron demoras mínimas de cinco minutos.
  • El mes pasado se retiraron cinco unidades Talgo Avril (modalidad Avlo) tras detectarse fisuras en los bogies; fueron sustituidos temporalmente por modelos S102 y S103 mientras se espera el suministro de repuestos por parte del fabricante.

Reacciones políticas y sociales

El Partido Popular ha solicitado explicaciones urgentes tanto en el Congreso como en el Senado por lo que califican como «caos ferroviario» y «gestión caótica» del ministro Óscar Puente. La indignación ciudadana se multiplica al comprobar que Puente no ha hecho declaraciones públicas sobre el asunto durante estos días críticos, pese a su habitual actividad comunicativa en redes sociales.

Mientras tanto, asociaciones de usuarios denuncian falta absoluta de transparencia tanto por parte del Ministerio como de Renfe y Adif. No existen datos actualizados sobre si las incidencias han aumentado respecto a años anteriores; ni siquiera el Portal de Transparencia ofrece información completa tras solicitud formal. La sensación generalizada es que los responsables parecen más preocupados por gestionar la imagen pública —o incluso dedicarse a aficiones personales como el golf— que por resolver los problemas estructurales del sistema ferroviario.

Impacto social: vacaciones truncadas y frustración colectiva

La ola de calor intensifica aún más la incomodidad para los viajeros atrapados durante horas sin aire acondicionado ni información fiable sobre cuándo podrán llegar a destino. Muchos usuarios relatan escenas surrealistas: niños durmiendo en pasillos improvisados, adultos compartiendo agua e improvisando cenas con lo poco disponible a bordo.

Las redes sociales se han llenado estos días con testimonios directos:

  • Familias enteras evacuadas tras diez horas varadas.
  • Pasajeros obligados a dormir dentro o fuera del tren.
  • Maletas extraviadas o abandonadas.
  • Empleados desbordados intentando atender consultas sin información suficiente.

La concatenación de problemas pone sobre la mesa no solo una cuestión técnica sino también política: ¿qué plan existe para modernizar realmente las infraestructuras? ¿Cómo se prevé evitar que este verano negro se repita año tras año?

El futuro incierto: ¿habrá cambios reales?

Mientras se suceden las reuniones internas y las peticiones parlamentarias, la realidad es que miles de españoles siguen optando por el tren como medio principal para sus desplazamientos vacacionales o laborales. Sin embargo, cada vez son más quienes reconsideran sus opciones ante lo vivido esta semana.

El reto ahora será recuperar la confianza perdida e invertir realmente en un sistema ferroviario que garantice fiabilidad y seguridad —más allá del marketing institucional o las promesas políticas— antes de que nuevos episodios pongan aún más contra las cuerdas al sector.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído