En 1970, Al Bano y Romina Power se casaron en Cellino San Marco, el pueblo natal del cantante italiano. Aquel evento no fue solo una ceremonia nupcial, sino un acontecimiento nacional que reunió a más de 30.000 personas, ansiosas por presenciar el enlace de una pareja que ya comenzaba a conquistar corazones con su música y su historia de amor.
El impacto mediático fue tan grande que la iglesia y los alrededores se llenaron de fanáticos y curiosos, demostrando que no era un enlace convencional. Sin embargo, detrás del glamour y la atención pública, había una historia llena de retos personales y circunstancias inesperadas.
“No pude subirme al coche para ir a la iglesia”
En una reciente entrevista, Romina confesó entre risas uno de los momentos más tensos y anecdóticos del día de su boda: “No pude subirme al coche para ir a la iglesia”. La cantante explicó que la combinación del nerviosismo y el vestido, voluminoso y lleno de detalles, hicieron que aquel gesto simple se convirtiera en un pequeño desafío logístico. Finalmente, con ayuda, logró llegar al altar donde Al Bano la esperaba emocionado.
Este detalle es solo una muestra del carácter humano y cercano de una pareja que, pese al éxito internacional, siempre ha mantenido una conexión genuina con sus seguidores.
Una relación nacida entre cámaras
El flechazo entre ambos ocurrió en 1967 durante el rodaje de Nel sole, película que lanzó a Al Bano al estrellato y en la que Romina debutó como actriz en Italia. Ella tenía solo 17 años; él, 24. Desde entonces, su relación fue intensa y apasionada, resistiendo las críticas iniciales debido a sus diferencias culturales: Romina provenía de una influyente familia estadounidense (su padre era el actor Tyrone Power), mientras que Al Bano creció en un entorno rural del sur de Italia.
El amor entre ellos no tardó en consolidarse y, para 1970, ya estaban esperando a su primera hija, Ylenia. Este embarazo influyó en la decisión de casarse pronto, aunque no sin enfrentar la oposición inicial de los padres de Romina, quienes desconfiaban de aquel joven italiano.
El día del “sí quiero”
El día de la boda no fue menos icónico que su relación. En medio del fervor popular, los novios llegaron a la iglesia rodeados por miles de personas que querían ser parte de ese momento histórico. Según Al Bano, ese día marcó un antes y un después en su vida: “Fue un momento inolvidable para cualquier hombre”. La ceremonia estuvo llena de simbolismo y emoción, reflejando la fuerte conexión entre ambos.
Sin embargo, lo que pocos saben es que el evento estuvo lleno de complicaciones logísticas debido a la masiva asistencia inesperada. La policía local tuvo que intervenir para garantizar el orden público mientras los novios intentaban disfrutar del día más importante de sus vidas hasta ese momento.
Los altibajos tras el altar
Aunque vivieron años dorados tanto en lo personal como en lo profesional—con éxitos como Felicità, Ci sarà o Sempre sempre—su matrimonio enfrentó desafíos significativos con el tiempo. La desaparición en 1994 de su hija mayor, Ylenia Carrisi, fue un golpe devastador para la pareja. Este trágico episodio marcó el inicio del distanciamiento emocional entre ellos, culminando con su separación oficial en 1999 tras casi tres décadas juntos.
A pesar del divorcio y las diferencias públicas sobre temas familiares como el destino de Ylenia (Romina cree que sigue viva mientras Al Bano acepta su fallecimiento), lograron reencontrarse artísticamente en 2013. Desde entonces han actuado juntos esporádicamente en conciertos alrededor del mundo.
Un legado eterno
Hoy en día, tanto Al Bano como Romina Power mantienen una relación cordial basada en el respeto mutuo y un profundo cariño por los recuerdos compartidos. Su regreso a los escenarios no solo ha sido un regalo para sus fans sino también una manera simbólica de cerrar heridas emocionales abiertas durante años difíciles.
En entrevistas recientes han recordado aquella boda como uno de los momentos más felices e inolvidables de sus vidas: “La música siempre será nuestro puente”, comentó Romina durante su última visita a España para promocionar su gira conjunta este verano.
Con conciertos programados en ciudades como Madrid o Barcelona este año, vuelven a demostrar que hay historias que nunca pierden su magia ni su capacidad para inspirar al público generación tras generación.

