En Moriscos: nueva sacudida al sistema ferroviario español

Mueren dos personas tras ser arrolladas por el Alvia Madrid-Slamanca

El suceso, ocurrido cerca de las 22:49, dejó el tren parado con pasajeros hasta la madrugada y reabre el debate sobre la gestión ferroviaria en España

Mueren dos personas tras ser arrolladas por el Alvia Madrid-Slamanca
Alvia. PD

El domingo por la noche, la línea férrea entre Madrid y Salamanca se vio sacudida por una tragedia inesperada.

A las 22:49 horas, un tren Alvia que cubría la ruta desde la capital fue escenario de un accidente mortal a unos 300 metros del apeadero de Moriscos.

El suceso, que acabó con la vida de dos personas arrolladas en circunstancias aún no esclarecidas, ha generado una fuerte conmoción entre los pasajeros y reavivado las críticas sobre la gestión de la red ferroviaria española.

Los primeros informes apuntan a que el centro de emergencias 112 de Castilla y León recibió una llamada de seguridad de ADIF alertando sobre el arrollamiento.

Al llegar al lugar, los servicios sanitarios sólo pudieron certificar el fallecimiento de las dos víctimas.

La Guardia Civil acordonó la zona y comenzó a investigar para determinar las causas exactas del siniestro, mientras los pasajeros permanecían dentro del tren, visiblemente afectados por la incertidumbre y el impacto emocional del accidente.

Pasajeros atrapados durante horas: malestar e incertidumbre

Lo sucedido no terminó con el accidente. Pasada la 01:30 del lunes, es decir casi tres horas después del suceso, los pasajeros seguían dentro del convoy parado en plena vía, sin información clara ni opciones para abandonar el tren. Algunos testigos relataron que primero escucharon un fuerte golpe cuando el Alvia circulaba a la altura de Gomecello, y sólo cuando consiguió detenerse ya se encontraba en Moriscos.

Durante esas largas horas de espera, varios viajeros recurrieron a redes sociales para intentar obtener respuestas del servicio de información de Renfe (@Inforenfe), pero no obtuvieron respuesta. Uno de ellos, José Miguel Martín, preguntó públicamente: “¿Ha ocurrido algo en el viaje 04909 de Madrid Chamartín a Salamanca? Está parado el tren después de un ruido extraño”. La falta de comunicación oficial incrementó la ansiedad entre los presentes, muchos de los cuales desconocían tanto el motivo real de la parada como las previsiones para poder continuar su viaje o ser evacuados.

Una gestión ferroviaria bajo presión: críticas a Óscar Puente

La tragedia ha coincidido con un momento especialmente delicado para la red ferroviaria española. El suceso se suma a una serie de incidencias y retrasos que han afectado a miles de usuarios en los últimos meses. La gestión del ministro socialista Óscar Puente está siendo objeto de duras críticas tanto por parte de usuarios como desde diversos sectores políticos y sociales.

En mayo, más de 10.000 viajeros resultaron afectados por un robo masivo de cable en Toledo y averías técnicas que provocaron graves retrasos y cancelaciones en líneas clave como el AVE Madrid-Sevilla. Los retrasos, las largas horas atrapados en convoyes sin información y la falta de alternativas han llevado a voces como la del vicesecretario económico del PP, Juan Bravo, a denunciar públicamente lo que considera “incompetencia y mala gestión” del Gobierno en materia ferroviaria.

Esta percepción negativa se ha visto reforzada por episodios recientes como el colapso vivido a principios de julio por una avería en la catenaria que dejó varados durante más de trece horas a cientos de pasajeros entre Madrid y Andalucía. Incluso inversiones millonarias —más de 700 millones desde 2021— no han logrado evitar una sensación creciente entre los usuarios: “Cada vez es más normal el caos y cada vez más rara la puntualidad”, según palabras recogidas tras uno de los incidentes más recientes.

Desastres acumulados: ¿es seguro viajar en tren en España?

La sucesión de accidentes e incidencias plantea preguntas incómodas sobre el estado real del sistema ferroviario español. La línea Madrid-Andalucía —la segunda con más actividad— ha sido calificada como una “ruleta rusa” tras varias averías graves pese a las inversiones prometidas. Los usuarios han tenido que soportar retrasos superiores a veinte horas, evacuaciones nocturnas y situaciones límite como insuficiencias respiratorias provocadas por largos encierros en vagones sin climatización adecuada.

La situación vivida esta noche en Moriscos refuerza esa percepción colectiva de vulnerabilidad e impotencia ante fallos organizativos o técnicos. A pesar del elevado número de trayectos diarios y los anuncios oficiales sobre modernización tecnológica e inversiones récord, las incidencias graves persisten con regularidad preocupante.

Contexto social y legal: investigación abierta

Por ahora, las circunstancias exactas del arrollamiento siguen bajo investigación policial. No se ha revelado si las víctimas intentaban cruzar las vías o si hubo algún fallo técnico o humano implicado. La zona permanece acordonada mientras agentes especializados recogen pruebas e interrogan a posibles testigos.

Legalmente, este tipo de accidentes abre debates sobre seguridad ferroviaria, protocolos ante emergencias y responsabilidad civil o penal según se esclarezcan los hechos.

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