NUEVO CAPÍTULO EN LA CRISIS ENTRE RUSIA Y UCRANIA

Putin reta a Zelenski: invita a Moscú al presidente ucraniano para una reunión clave

El líder ruso plantea un inesperado cara a cara en la capital rusa mientras mantiene su postura inflexible sobre la invasión y las líneas rojas de Moscú

Putin reta a Zelenski: invita a Moscú al presidente ucraniano para una reunión clave

A veces los gestos diplomáticos, lejos de acercar posturas, subrayan la distancia. Así ha ocurrido este miércoles, 3 de septiembre de 2025, cuando Vladimir Putin lanzó un desafío directo a Volodimir Zelenski: “Si está listo, que venga a Moscú y esa reunión tendrá lugar”. La propuesta, realizada en rueda de prensa desde Pekín, marca un giro en la retórica del Kremlin pero no implica concesiones en el fondo del conflicto.

Un órdago calculado desde Pekín

La declaración de Putin se produjo durante su visita a China, en el contexto del 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Rodeado de aliados como Xi Jinping y Kim Jong-un, el líder ruso aprovechó el altavoz internacional para condicionar cualquier encuentro al desplazamiento de Zelenski a la capital rusa. El mensaje fue claro: Rusia no contempla una negociación fuera de sus fronteras y solo bajo sus términos se sentará a hablar.

Este movimiento llega tras meses de estancamiento en el frente militar y ante la presión internacional para abrir vías diplomáticas. Según reconoció el propio Putin, la sugerencia responde a presiones directas del presidente estadounidense Donald Trump, quien habría pedido expresamente al líder ruso que facilitase un encuentro bilateral. La iniciativa norteamericana busca reactivar los esfuerzos diplomáticos y evitar que el conflicto siga desangrando Europa.

Líneas rojas inamovibles

Pese al aparente gesto de apertura, el discurso de Putin mantuvo las posiciones maximalistas que caracterizan su política exterior desde 2022. Reiteró las “líneas rojas” rusas, especialmente en lo referente a las garantías de seguridad que reclama Kiev y la negativa rotunda a la entrada de Ucrania en la OTAN. Para el Kremlin, “la seguridad de un país no puede garantizarse a expensas de otro”, fórmula con la que justifica su agresión y rechaza cualquier solución que implique cesiones territoriales o estratégicas.

La invitación a Moscú se interpreta en Kiev como una maniobra propagandística más que como una oferta realista. Fuentes ucranianas han calificado ya la propuesta como “inaceptable”. El gobierno ucraniano recuerda que aceptar tal reunión bajo las condiciones impuestas por Moscú equivaldría a reconocer implícitamente la legitimidad de las acciones rusas y debilitar su posición internacional.

Contexto político y militar

El conflicto iniciado en febrero de 2022 ha dejado más de tres años de hostilidades, miles de muertos y millones de desplazados. En el plano militar, Rusia presume ahora mismo de tener la iniciativa sobre el terreno: “avanzamos en todas direcciones”, afirmó Putin, mientras describe a las fuerzas ucranianas como limitadas a “tapar huecos”. Estas palabras llegan días antes de una nueva reunión internacional sobre ayuda militar a Ucrania, donde los aliados occidentales debaten cómo reforzar el apoyo logístico y financiero ante el cansancio creciente entre sus opiniones públicas.

En paralelo, Putin insistió en poner en duda la legitimidad institucional del presidente ucraniano por haber superado su mandato sin elecciones libres en todo el territorio nacional, ocupado parcialmente por tropas rusas. Esta narrativa busca restar credibilidad al liderazgo ucraniano y condicionar futuras negociaciones.

Perspectivas y dilemas

La invitación pública supone una nueva vuelta de tuerca en la guerra psicológica entre Moscú y Kiev. Desde el punto de vista ruso, forzar a Zelenski a acudir a Moscú le situaría en una posición subordinada y permitiría al Kremlin exhibir control sobre los ritmos diplomáticos. Para Ucrania, aceptar sería casi imposible sin garantías internacionales previas y sin señales claras sobre posibles avances reales hacia un alto el fuego.

El papel mediador de Estados Unidos es clave. Putin reconoció que ve “cierta luz al final del túnel” gracias a los esfuerzos diplomáticos impulsados por Trump. Sin embargo, advirtió también que si no prosperan las negociaciones “tendremos que lograr nuestros objetivos por medios militares”. Así, el margen para una solución pactada sigue siendo estrecho mientras ninguna parte esté dispuesta a ceder en lo esencial.

Reacciones internacionales y posibles escenarios

  • Ucrania descarta rotundamente aceptar una cita bajo los términos propuestos por Moscú.
  • Estados Unidos intensifica sus gestiones diplomáticas para evitar una escalada mayor.
  • Europa observa con preocupación el endurecimiento ruso y teme un nuevo ciclo de violencia si fracasa la vía negociadora.
  • China, anfitrión indirecto del anuncio, refuerza su papel como actor central aunque evita implicarse directamente.

La situación sigue marcada por la incertidumbre. A día de hoy, 3 de septiembre del 2025, no hay señales claras que anticipen un giro hacia la paz. El reto lanzado por Putin puede interpretarse tanto como una apertura táctica como un movimiento para reforzar su imagen interna e internacional. Zelenski enfrenta así uno de los dilemas más complejos desde el inicio del conflicto: arriesgarse a negociar bajo condiciones adversas o mantener su rechazo frontal mientras aguarda un cambio en el tablero geopolítico.

El pulso entre ambos líderes sigue abierto. El desenlace dependerá tanto del estado real del frente como del juego diplomático global. Por ahora, Moscú marca los tiempos; Kiev resiste; Occidente presiona; y millones esperan una salida que sigue pareciendo lejana.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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