El fallido intento de asesinato contra Rafael López Aliaga, alcalde de Lima y figura clave de la derecha latinoamericana, volvió a poner en evidencia la intolerancia que promueven sectores de la izquierda y el globalismo.
Santiago Abascal, presidente de VOX, fue directo al señalar a estos movimientos como responsables de fomentar un clima agresivo y una peligrosa radicalización que ya se traduce en ataques reales contra quienes defienden la libertad y los valores tradicionales.
En un mensaje de solidaridad, Abascal reiteró su apoyo incondicional a López Aliaga, a quien definió como un “amigo y aliado” en la batalla internacional por la soberanía, la familia y los principios democráticos.
El intento de asesinato de nuestro amigo y aliado @rlopezaliaga1 es la enésima prueba de que la izquierda y el globalismo han abandonado la palabra y están dispuestos a todo con tal impedir la vuelta del sentido común, la libertad y la razón a nuestras naciones.
Adelante Rafael,… https://t.co/JueT6JhCRM pic.twitter.com/ZvoZ532oIQ
— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) October 11, 2025
“Adelante Rafael, Perú te necesita”, publicó el líder español, subrayando que los enemigos de la libertad recurren a la violencia cuando pierden el debate de las ideas.
El incidente no es aislado: la historia reciente revela una escalada de ataques —frustrados o consumados— contra líderes que confrontan el avance de la agenda globalista y el socialismo radical, tanto en Europa como en América. LO acontecido con López Aliaga confirma que el discurso de odio de la izquierda trasciende las fronteras y busca silenciar voces disidentes que representan a millones de ciudadanos honestos.
La rápida actuación de la Policía Nacional del Perú, al frustrar un atentado que implicaba armas de fuego y una granada, evitó una potencial tragedia política en un país golpeado por años de manipulación izquierdista. La alianza entre VOX y sectores de la derecha iberoamericana, articulada a través del Foro Madrid, cobra vigencia ante esta amenaza real, enfrentando con firmeza a quienes pretenden socavar la democracia mediante la violencia y la intimidación.
Con cada nuevo ataque, la narrativa victimista de la izquierda pierde fuerza: hoy queda claro que la verdadera defensa de la libertad, la familia y la soberanía nacional se libra en el frente común de las ideas y de la acción legal y democrática.

