Benjamín López, titula hoy su columna La agencia de colocación de Pedro Sánchez fracasa: un apagón y tres imputados.
En este artículo, publicado el 5 de mayo de 2025, el periodista y director de ESdiario pone en el punto de mira la gestión del presidente del Gobierno, subrayando cómo, bajo su mandato, el aparato estatal se ha convertido en una “agencia de colocación” para afines y allegados, mientras los escándalos y la ineficiencia se multiplican.
La tesis central del texto es clara: el Ejecutivo del marido de Begoña ha degenerado en una red clientelar que utiliza las instituciones públicas para premiar lealtades políticas y personales, desatendiendo las necesidades reales del país y generando situaciones tan graves como “apagones institucionales” y la imputación judicial de altos cargos.
El autor no duda en asociar este modus operandi con un deterioro profundo del tejido democrático español.
El Estado como “agencia de colocación”
López arranca con una denuncia demoledora sobre el funcionamiento interno del poder bajo Sánchez. En uno de los pasajes clave del artículo, señala:
“El Estado se ha convertido en una gran agencia de colocación de familiares y amantes de dirigentes socialistas”, recoge en referencia a las palabras repetidas en el Congreso y en diversos foros políticos, reflejando una percepción ampliamente extendida sobre la instrumentalización partidista del sector público.
Este análisis enlaza directamente con las investigaciones recientes sobre empresas públicas como Tragsa o los organismos dependientes del Ministerio de Hacienda. Según López, el crecimiento exponencial de plantillas y la proliferación de contratos opacos no son fruto del azar:
“Diría que el 80% de la plantilla está puesta a dedo”, señala un empleado que prefiere guardar el anonimato por temor a las represalias y que denuncia, además, malos modos de los ‘enchufados’ a la hora de dirigirse a los trabajadores”.
No es un caso aislado. El texto contextualiza cómo la llegada al poder del PSOE ha ido acompañada de un incremento notable en la contratación temporal y discrecional, lo que ha servido tanto para pagar favores como para consolidar lealtades internas dentro del partido.
Apagones, escándalos e imputaciones
El artículo destaca también la reciente sucesión de episodios críticos que han puesto en evidencia las costuras del Gobierno. Entre ellos, sobresale un incidente especialmente simbólico:
“Un apagón informativo sin precedentes dejó a oscuras durante horas varias sedes administrativas clave, justo cuando el escándalo de las imputaciones estaba explotando en los medios”, subraya López, remarcando el desconcierto y la sensación de descontrol institucional.
A esto se suma la situación judicial delicada que afecta directamente al Ejecutivo: “tres altos cargos han sido imputados por presuntos delitos relacionados con adjudicaciones irregulares y tráfico de influencias”, escribe el autor, quien no oculta su preocupación ante el cariz que están tomando los acontecimientos.
El efecto devastador sobre la opinión pública
López advierte que estos hechos no solo tienen consecuencias jurídicas o administrativas; afectan también al clima social. Resalta el malestar creciente entre los propios empleados públicos:
“El malestar de los empleados se ha disparado en la etapa de Pedro Sánchez en La Moncloa, dado que la sensación que se extiende es que es una empresa pública que se ha convertido en una agencia de colocación para el PSOE”.
En este ambiente, las acusaciones cruzadas entre responsables políticos —cada uno intentando esquivar responsabilidades— solo contribuyen a aumentar la desconfianza ciudadana hacia las instituciones.
El desgaste político y el horizonte incierto
La columna concluye enfatizando cómo este cúmulo de prácticas clientelares y escándalos está erosionando aceleradamente la legitimidad del Gobierno:
“El fracaso estrepitoso en materia institucional termina por traducirse en un desgaste político irreversible para Pedro Sánchez. Cada nuevo escándalo añade un lastre más a un Ejecutivo ya debilitado por su incapacidad para pactar grandes acuerdos o gestionar con eficacia los recursos públicos”, reflexiona López.
La pieza recoge así una síntesis clara: el modelo gubernamental basado en el reparto discrecional de cargos y favores está tocando fondo, mientras crecen tanto las demandas sociales como las presiones judiciales.
En definitiva, Benjamín López firma una crítica acerada al actual Ejecutivo bajo el prisma del clientelismo y la ineficacia, sirviéndose tanto del testimonio directo como del análisis estructural para alertar sobre la deriva institucional. Su columna hoy en ESdiario es un espejo donde se reflejan algunas de las preocupaciones más acuciantes sobre el rumbo político-económico actual.
