De Pedro el Lindo a Tricky Peter

La imagen de ‘Frankenstein’ Sánchez se descose: en caída libre dentro y fuera de España

El marido de Begoña encadena portadas críticas en la prensa extranjera y pierde apoyos en la Unión Europea mientras en España arrecian los escándalos judiciales y la desconfianza política

Frankenstein Sánchez (PSOE)
Frankenstein Sánchez (PSOE). PD

Va cuesta abajo y sin frenos.

Según algunos, de esos que no lo tragan, es un ‘frankestein‘ al que sus socios -proetarras, separatistas y nacionalistas periféricos de derechas e izquierdas- han creado y que mantienen artificialmente vivo, para exprimirlo hasta el final.

El panorama político español vive una de sus fases más convulsas, y Pedro Sánchez ha pasado, en tiempo récord, de “Pedro el Lindo” a “Tricky Peter” en los titulares internacionales.

Si hace apenas un año el marido de Begoña lograba titulares elogiosos por su resiliencia y su audacia política, hoy protagoniza portadas demoledoras en medios de referencia como el Financial Times, que no ahorran en calificativos para describir su desgaste político y personal.

A día de hoy, 21 de agosto de 2025, la imagen del socialista que preside el Gobierno de España desde hace casi ocho años atraviesa una crisis sin precedentes.

La portada del Financial Times del 20 de agosto ilustra el momento: una fotografía del presidente junto a su esposa y un titular contundente, “Sánchez siente la presión”.

El diario británico no solo recuerda la imputación de Begoña Gómez por presunta malversación, sino que advierte de que la corrupción que salpica a su entorno “le hace perder autoridad” tanto dentro como fuera de España.

No es el primer varapalo mediático internacional.

En junio, el propio Financial Times publicó un editorial titulado “Tiempo para que Pedro gobierne o se despida”, y poco después le acusó de “torpedear” la cumbre de la OTAN.

El influyente The Economist llegó a pedir su dimisión, sentenciando que “se le acabaron las razones para seguir”.

La política española, como siempre, no defrauda en materia de giros inesperados ni en la producción de titulares que, si no fueran tan reales, bien podrían pasar por sátiras.

Europa da la espalda: el aislamiento de Sánchez

El deterioro de la imagen de Sánchez no es solo mediático. En los últimos encuentros clave a nivel europeo, su ausencia ha sido tan notoria como comentada. Mientras líderes como Emmanuel Macron, Friedrich Merz, Giorgia Meloni o Keir Starmer se reunían en Washington junto a Ursula von der Leyen y Volodimir Zelenski para tratar el futuro de Ucrania, Sánchez brillaba por su ausencia. Una señal inequívoca del progresivo aislamiento del presidente español en la escena internacional.

La pérdida de confianza de sus socios europeos es palpable. La prensa internacional, lejos de mostrar comprensión, subraya la incapacidad del Gobierno para aprobar leyes clave, la parálisis institucional y la sensación de que la autoridad de Sánchez se ha evaporado incluso entre sus aliados tradicionales.

La tormenta judicial: Begoña Gómez y la erosión del liderazgo

El epicentro de la crisis está en los tribunales. La tercera visita de Begoña Gómez a los juzgados de Plaza de Castilla ha convertido la investigación en un fenómeno mediático de primer orden. Cada comparecencia es seguida por un despliegue de seguridad, periodistas y manifestantes, lo que refleja el impacto social y político de un proceso que amenaza con arrastrar al propio presidente.

Las acusaciones de tráfico de influencias y corrupción en los negocios que pesan sobre la esposa de Sánchez podrían acarrear varios años de prisión si se confirman. Aunque Gómez niega rotundamente cualquier implicación y la defensa insiste en la falta de pruebas sólidas, las investigaciones continúan y la presión mediática aumenta con cada testimonio.

De héroe resiliente a “nuevo villano de la OTAN”

Hasta hace poco, la prensa internacional dedicaba a Sánchez adjetivos como “Don Teflón” por su capacidad de sortear escándalos. Hoy, el giro es radical. Medios como The Times sentencian: “La fiesta se ha acabado para el primer ministro español, cuya reputación parecía impermeable a los repetidos escándalos”. En Alemania, Der Spiegel califica de “penoso espectáculo” las explicaciones de Sánchez ante los casos de corrupción, mientras que en Francia y Reino Unido, Le Monde, Le Figaro y The Telegraph son igual de duros.

El cambio de percepción ha sido tan pronunciado que hasta sus propios asesores reconocen la dificultad para maquillar la realidad. La polarización interna y el hartazgo social se mezclan con un relato internacional de descrédito que parece imparable.

Libertad de expresión bajo mínimos

El desgaste de la imagen de Sánchez no se limita a los escándalos judiciales o la diplomacia. España ha caído varios puestos en el Índice de Libertad de Expresión desde la llegada del presidente al poder. Países como Nigeria, Jamaica u Honduras han superado a España, que ha pasado de una puntuación de 0,91 a 0,86 en solo unos años. La tramitación de leyes restrictivas y el veto a medios críticos han sido señalados dentro y fuera del país como síntomas de un clima cada vez menos tolerante con la disidencia.

El propio Gobierno ha llegado a tachar de “pseudomedios” a aquellos periódicos que no le son afines, y se han multiplicado los obstáculos para que periodistas críticos accedan a la información oficial. Todo ello contribuye a reforzar la imagen de una España menos libre y más polarizada.

De “Pedro el Lindo” a “Tricky Peter” en tiempo récord

En el anecdotario internacional, Sánchez ha pasado de ser visto como el “Don Teflón” que resistía todas las crisis, a convertirse en el “nuevo villano de la OTAN” y, para algunos rotativos, en “Tricky Peter”. Los apodos resumen el giro radical en la percepción de su figura: de la simpatía inicial a la desconfianza y el recelo, tanto en las redacciones europeas como en los pasillos de Bruselas.

Mientras tanto, la expectación mediática alrededor de cada movimiento del presidente y de su entorno más cercano convierte la política nacional en un espectáculo continuo, donde cada titular internacional amplifica la tormenta interna.

Curiosidades del caso

  • La portada del Financial Times dedicada a Sánchez ha sido celebrada por sectores críticos como un símbolo del final de la “impunidad mediática” del presidente.
  • El apodo de “Tricky Peter” circula ya entre diplomáticos y corresponsales extranjeros, en alusión al legendario “Tricky Dick” estadounidense.
  • España ha caído por debajo de Jamaica y Nigeria en el índice de libertad de expresión, un dato que ha generado sorpresa y cierta ironía en foros internacionales.
  • En algunos círculos europeos, la ausencia de Sánchez en las grandes cumbres es interpretada como la confirmación de que España, al menos por ahora, no “pinta nada” en los grandes debates del continente.

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