Ni más ni menos que 196 «intrusos» son los «artistas» que se beneficiaron de prejubilaciones en distintas empresas andaluzas sin haber trabajado en su vida en ellas.
Cuando hablemos de corrupción, este caso de los «intrusos» debería de aparecer a pie de página de las enciclopedias, es el «summun» de la corrupción, la «quintaesencia» de la desfachatez en política, el menosprecio, la burla, la grosería, la desconsideración… el descaro hecho política.