Elecciones Autonómicas

Extremadura: el PP queda lejos de la mayoría absoluta, VOX se dispara y el PSOE se hunde, según el CIS

El barómetro de Tezanos anticipa una Extremadura fragmentada, donde la tibia María Guardiola se alza como ganadora sin alcanzar los 33 diputados requeridos, y tendrá que pactar con Óscar Fernández

Óscar Fernández (VOX), María Guardiola (PP) y Miguel Ángel Gallardo (PSOE)
Óscar Fernández (VOX), María Guardiola (PP) y Miguel Ángel Gallardo (PSOE). PD

María Guardiola tenía la esperanza de convocar elecciones anticipadas para liberarse de la influencia de VOX y gobernar por su cuenta. Sin embargo, sus planes no han salido como esperaba. El barómetro preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas, publicado este viernes, muestra un panorama que desafía los objetivos de la presidenta extremeña: el Partido Popular ganaría con claridad las elecciones del próximo 21 de diciembre, pero seguiría dependiendo de pactos con la formación liderada por Santiago Abascal.

Según la encuesta, Guardiola conseguiría entre 25 y 29 escaños con un 38,5% de intención de voto, quedando a cuatro diputados de la mayoría absoluta que se sitúa en 33.

Esto representa prácticamente el mismo resultado obtenido en mayo de 2023, cuando empató a 28 escaños con el PSOE de Guillermo Fernández Vara. La presidenta adelantó los comicios ante la imposibilidad de aprobar los presupuestos autonómicos por segundo año consecutivo, buscando así reforzar su posición electoral.

in embargo, el sondeo realizado por José Félix Tezanos indica que el voto útil no ha funcionado como ella esperaba, manteniendo el apoyo popular en márgenes muy similares a los anteriores.

Lo realmente relevante no es tanto lo que gana el PP, sino lo que pierden sus adversarios y, sobre todo, lo que logra quien debería ser su competidor.

VOX se erige como la gran sorpresa de esta encuesta, duplicando su representación parlamentaria de manera notable. La formación de extrema derecha pasaría de los cinco escaños obtenidos en 2023 a una horquilla entre 10 y 12 diputados, con un incremento en votos del 8,12% al 17,3%. Este aumento es tan significativo que convierte al partido ultraconservador en un aliado prácticamente imprescindible para cualquier gobierno regional.

Óscar Fernández, candidato de VOX en Extremadura, lidera una campaña impulsada por Abascal, quien ha estado presente en actos públicos casi a diario en toda la comunidad.

El derrumbe socialista y sus causas políticas

El verdadero colapso electoral lo protagoniza el PSOE, que experimenta una caída que el propio CIS califica como catastrófica. Los socialistas pasarían de los 28 escaños actuales a una proyección entre 19 y 22 diputados, perdiendo entre seis y nueve representantes. Esta debacle representa un retroceso cercano a ocho puntos en intención de voto, descendiendo del 39,9% registrado hace dos años y medio al 31,6% que ahora le atribuye la encuesta.

La culpa de este hundimiento recae en gran medida sobre Miguel Ángel Gallardo, candidato socialista implicado en el conocido «caso del hermanísimo» en la Diputación de Badajoz. Este escándalo de corrupción ha causado un desgaste político considerable dentro del propio partido socialista, fracturando así la coalición de izquierda que debería ofrecer una alternativa clara al Gobierno liderado por Guardiola. Precisamente por esta razón, la encuesta detecta un fenómeno interesante: Unidas por Extremadura, la confluencia formada por Podemos e Izquierda Unida, experimenta un notable crecimiento al pasar de los cuatro escaños actuales a una proyección entre seis y siete diputados, con un aumento en votos del 5,98% al 9,6%.

Este ascenso de la izquierda alternativa refleja el descontento dentro del PSOE no solo hacia Gallardo como candidato sino también con la gestión del Gobierno central dirigido por Pedro Sánchez. La encuesta revela que el 19% de los encuestados siente más simpatía hacia el PSOE como partido político; sin embargo, ese respaldo institucional no se traduce en confianza cuando el candidato específico enfrenta acusaciones de corrupción. Es un fenómeno político bien conocido: los votantes castigan al PSOE por las debilidades en su candidatura más que por sus políticas autonómicas.

La gobernabilidad como interrogante central

Si bien el PP ganaría claramente las elecciones, la gobernabilidad en Extremadura se convierte en una incógnita complicada. Guardiola no puede gobernar sola con los escaños proyectados y aunque podría intentar buscar la abstención del PSOE, las relaciones entre populares y socialistas no son lo suficientemente fluidas para facilitar un acuerdo así. De este modo, vuelve a depender de Vox como socio imprescindible; justo lo que Guardiola quería evitar al convocar elecciones anticipadas.

La paradoja es contundente: cuanto más fuerte se presenta Vox según esta encuesta, más débil resulta ser la posición negociadora de Guardiola. Si los ultraconservadores duplican su representación parlamentaria, sus exigencias políticas y presupuestarias durante las negociaciones para la investidura serán presumiblemente más ambiciosas que las planteadas en 2023. Las tensiones entre PP y Vox en Extremadura ya han sido evidentes: el partido dirigido por Abascal abandonó el Gobierno en julio de 2024 tras la decisión del PP a nivel nacional sobre acoger menores extranjeros no acompañados; una medida considerada incompatible con su ideología migratoria.

Las valoraciones de líderes y preferencias presidenciales

En cuanto a la valoración personal de líderes políticos, María Guardiola es la única candidata que aprueba con una puntuación de 5,63 sobre diez; esto refleja un respaldo personal significativo. En contraste están Miguel Ángel Gallardo, quien obtiene un escueto 3,68; Óscar Fernández con un 3,60; e Irene de Miguel representando a Unidas por Extremadura con un modesto 4,10. Esta diferencia resulta relevante porque indica que el voto hacia el PP no es necesariamente un castigo al PSOE sino más bien una muestra de confianza hacia la gestión realizada por Guardiola.

Cuando se indaga directamente sobre sus preferencias para presidir la Junta, Guardiola aparece como favorita para el 37,3% de los consultados; casi duplica a Gallardo que alcanza solo el 21%, mientras Fernández obtiene un escaso 10,5% e Irene de Miguel se queda con un modesto 8,5%. Sin embargo, esta preferencia personal no garantiza automáticamente una mayoría parlamentaria; lo cual subraya aún más la fragmentación política existente.

La percepción de la gestión y los problemas reales

Respecto a cómo se valora la gestión del Gobierno extremeño hay opiniones casi equilibradas: un 37,8% considera que es «regular», mientras que un 35,7% opina que es «muy buena o buena» y un 25,9% dice que es «mala o muy mala». Esta división refleja cómo el Ejecutivo dirigido por Guardiola no ha logrado consolidar ni apoyo masivo ni rechazo absoluto entre los extremeños.

Sobre cómo ven actualmente la situación general en Extremadura: el 42,8% opina que es «muy buena o buena», mientras que un porcentaje similar (41,5%) considera que es «mala o muy mala», quedando un pequeño grupo (14,6%) que ve todo “regular”. Comparando estas opiniones con hace dos años y medio cuando comenzó a gobernar el PP: hay casi paridad; un 34.3% piensa que todo sigue igual; un 32.7% asegura que ha empeorado y otro porcentaje similar (31.6%) dice haber visto mejoras desde entonces.

Los problemas percibidos como más apremiantes son principalmente desempleo (19.2%), seguido por las infraestructuras regionales –como trenes y peajes– mencionadas por el15.1%, mientras que temas relacionados con sanidad ocupan tercer lugar (7.8%) . Así pues queda claro: el paro sigue siendo una preocupación primordial para una región históricamente marcada por tasas superiores al promedio nacional.

El contexto de fragmentación política

Del barómetro surge claramente un panorama cada vez más fragmentado políticamente. Hace dos años y medio había empate entre PP y PSOE con ambos alcanzando los mismos veintiocho asientos; ahora según datos del CIS se proyecta una bajada para ambos partidos (PP entre 25-29; PSOE entre 19-22) mientras Vox casi triplicaría sus asientos (de cinco pasaría a diez-doce). A esto se suma otro dato interesante: La izquierda alternativa podría aumentar su representación hasta seis o siete asientos. Esta dispersión del voto convierte gobernar Extremadura en todo un ejercicio político donde ninguna mayoría parece clara ni estable.

La recolección para esta encuesta tuvo lugar entre el 21 y 25 de noviembre mediante 2.037 entrevistas telefónicas dirigidas a residentes extremeños mayores 18 años; además cuenta con margen error ±2.2 % para toda muestra . Aunque históricamente los sondeos realizados por CIS han demostrado cierta precisión relativa dentro región extremeña ,la magnitud cambios proyectados aquí contrasta notablemente otros barómetros privados ejecutados octubre donde otorgaban solo siete u ocho asientos Vox además presentaban caída menos drástica PSOE .

Datos curiosos y perspectivas futuras

Un dato revelador emerge aquí: aunque 58.3% encuestados piensan ganará PP las elecciones del 21 de diciembre, al preguntarles preferencia real, solo 34.8% optan precisamente esa opción; mientras 27.9% prefieren votar PSOE, 14.7% quisieran ver triunfar a Vox. Esta brecha expectativa-preferencia indica cierta resignación electoral entre ciudadanos extremeños; como si muchos aceptaran victoria popular inevitable aunque no deseable.

Otro aspecto interesante destaca también :52 % participantes afirman estar siguiendo elecciones “con mucho o bastante interés” ;casi igual número(45 .7 %) dice tener “poco o ningún interés” . En región donde política autonómica suele generar menos movilización comparativa nacional ,nivel seguimiento actual muestra conciencia importancia estos comicios para futura gobernabilidad local.

Además ,la encuesta revela cómo Santiago Abascal está liderando personalmente campaña Vox dentro comunidad ;su presencia casi diaria actos públicos refuerza idea formación ultraconservadora vislumbra oportunidad estratégica consolidar poder territorial demostrar capacidad negociación junto PP contexto autonómico .

Lo acontecido el 21 de diciembre en Extremadura trascenderá de simple elección regional; será test político sobre cómo gestionará el PP su relación con Vox después recientes enfrentamientos nacionales; también cómo intentará reconstruirse la izquierda española tras el golpe electoral cuya confirmación redefiniría el mapa político de la comunidad autónoma marcada por la tradición socialista.

 

 

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