La política española vuelve a demostrar que siempre puede sorprender.
Cuando la atención ya recaía sobre el hermano de Pedro Sánchez por su puesto a medida en la Diputación de Badajoz, surge ahora la revelación de que se habría alojado durante meses en un piso oficial proporcionado por Miguel Ángel Gallardo, quien fuera presidente de dicha institución y ahora es candidato socialista a la Junta de Extremadura.
Todo esto mientras la Guardia Civil lo investiga en relación con un caso por corrupción.
Este asunto reúne elementos explosivos: el uso indebido de recursos públicos, indicios de favoritismo hacia el círculo del presidente del Gobierno, una gestión poco clara en Extremadura y una campaña autonómica en la que el PSOE ya se encontraba a la defensiva debido a la erosión nacional y al propio “caso David Sánchez”.
Lo que ha salido a la luz no solo refuerza la narrativa de un poder que se protege a sí mismo, sino que podría acabar con lo poco que queda de la ya frágil posición socialista en una comunidad donde las encuestas apuntan a una debacle sostenida frente al crecimiento del centro-derecha.
El piso oficial y el “refugio” del hermano del presidente
De acuerdo con informaciones recientes, Gallardo habría cedido a David Sánchez (David Azagra) un piso institucional en Badajoz. Este inmueble estaba destinado al uso de altos cargos vinculados a la Diputación, no para servir como refugio discreto de alguien investigado por las autoridades.
Los detalles clave del caso son especialmente delicados:
- La vivienda era oficial, vinculada a la Diputación de Badajoz.
- El hermano del presidente habría estado allí alrededor de cuatro meses, justo cuando se llevaba a cabo una investigación por parte de la Guardia Civil sobre el puesto creado especialmente para él como coordinador de los conservatorios provinciales.
- Este alojamiento se produjo después de que se abriera la causa judicial que examina indicios de prevaricación, tráfico de influencias, malversación y nombramiento ilegal relacionados con su contratación.
La imagen que se proyecta es devastadora: un dirigente socialista destacado como Gallardo, facilitando a un implicado en un escándalo que afecta al núcleo familiar de los Sánchez un lugar donde pasar desapercibido mientras los investigadores avanzaban. Desde el punto de vista político, esta narrativa se asemeja demasiado a un trato preferencial utilizando recursos públicos.
No es solo una anécdota sobre inmuebles. Se conecta con el trasfondo ya descrito por las investigaciones judiciales: una plaza “diseñada a medida” para el hermano del presidente, sin expertos en música dentro del tribunal, criterios elaborados casi específicamente para ajustar su currículum y un desenlace previsto antes incluso de publicar las bases del puesto, tal como han indicado los informes provenientes de la UCO y las declaraciones testimoniales.

Gallardo, de barón provincial a candidato cuestionado
Hasta hace poco tiempo, Miguel Ángel Gallardo era uno de esos líderes socialistas cuyo perfil provincial aparentaba solidez: presidente de la Diputación de Badajoz, conocido por su buena gestión y su integración dentro del PSOE extremeño. En torno a ese perfil se construyó su candidatura para intentar recuperar el poder autonómico perdido por su partido.
Sin embargo, su nombre ha quedado vinculado judicialmente al caso del hermano de Sánchez: el juzgado número 3 de Badajoz investiga si tuvo algún papel en el diseño del puesto creado para David Sánchez en la institución que él dirigía. La sombra que proyecta esta imputación respecto a un “traje hecho a medida” laboral para un familiar directo del presidente supone ya un lastre considerable.
Con esta nueva revelación sobre el piso oficial, la imagen pública que se tenía sobre Gallardo como “gestor competente” se ve aún más comprometida. Se empieza a vislumbrar otro relato:
- Un dirigente fuerte orgánicamente,
- capaz de manejar los resortes institucionales,
- que habría utilizado esa capacidad para ayudar con los problemas judiciales del entorno personal del jefe del Ejecutivo.
En una comunidad muy receptiva ante críticas sobre el uso partidista de las instituciones, ver a un candidato involucrado junto al hermano de Sánchez, un piso público y una investigación penal resulta devastador. Especialmente cuando los votantes extremeños sienten que las decisiones realmente importantes provienen desde Madrid, donde las conexiones socialistas han tenido su epicentro clave en Badajoz dentro del poder nacional.
Encuestas en Extremadura: un PSOE en retroceso acelerado
Las consecuencias electorales para Extremadura no son simplemente detalles menores. Las encuestas ya habían señalado:
- Un descenso sostenido en el apoyo hacia el PSOE autonómico comparado con ciclos anteriores.
- Un crecimiento notable del PP, quien se beneficia del desgaste nacional provocado por el sanchismo.
- Un voto castigo entre antiguos electores socialistas desmovilizados o tentados hacia alternativas o incluso hacia no votar.
Este nuevo escándalo aparece justo cuando el PSOE extremeño:
- Arrastra consigo una gestión polémica relacionada con la Diputación de Badajoz y el “caso David Sánchez”.
- Sufre las consecuencias derivadas de la judicialización masiva afectando al entorno socialista estatal: casos relacionados con contratos públicos, mascarillas y nombramientos polémicos bajo escrutinio tanto en la Audiencia Nacional como en el Tribunal Supremo o juzgados como Plaza de Castilla.
- Enfrenta dificultades para presentar un discurso propio durante su campaña sin verse condicionado por el apellido Sánchez y por esa percepción generalizada acerca de una red clientelista beneficiando a quienes están cerca del presidente.
Bajo ese contexto, el piso oficial concedido al hermano del jefe del Ejecutivo se convierte en un símbolo perfecto para sus opositores. El PP y otras fuerzas políticas pueden encapsular críticas sobre el uso patrimonialista lo público, así como sobre la desconexión con los problemas reales que enfrenta Extremadura y cómo el PSOE regional parece estar subordinado al poder central desde La Moncloa.
Una campaña inicialmente enfocada en sanidad, agricultura o empleo corre el riesgo inminente de ser secuestrada por una pregunta simple pero contundente: ¿puede gobernar Extremadura alguien cuya figura aparece cada vez más asociada a investigaciones sobre favores otorgados al círculo cercano a Sánchez.
