El Partido Popular ha dado un paso firme al exigir la comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero en el Senado, debido a su participación en el rescate de 53 millones de euros destinados a la aerolínea Plus Ultra, conocida por sus vínculos con Venezuela.
Este movimiento surge en un contexto marcado por recientes revelaciones sobre encuentros clandestinos en El Pardo y la residencia del expresidente en Aravaca, lo que ha intensificado las sospechas sobre un posible desvío de fondos públicos.
El escándalo se remonta a 2021, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó una inyección económica a Plus Ultra, argumentando que era una compañía estratégica, a pesar de contar con una ínfima cuota de mercado del 0,1% y operar solo un avión que ni siquiera es de su propiedad.
Críticos como la eurodiputada Dolors Montserrat han denunciado irregularidades, lo que llevó al PP a presentar quejas ante Bruselas. Ahora, con las recientes detenciones de directivos como Julio Martínez Sola, presidente de la aerolínea, y Roberto Roselli, CEO, la Fiscalía Anticorrupción investiga si parte de esos fondos fueron blanqueados hacia Venezuela mediante sociedades ubicadas en Francia, Suiza y España.
La figura de Zapatero se convierte en pieza clave dentro de este entramado. Empresarios como Víctor de Aldama han afirmado que el expresidente presionó al exministro José Luis Ábalos para que aprobara el rescate, llegando incluso a visitar el Ministerio de Transportes en dos ocasiones y alegando órdenes directas del presidente. Aldama va más lejos al sugerir que hasta 10 millones habrían sido utilizados para financiar la Internacional Socialista, con conocimiento por parte de Zapatero sobre posibles ilegalidades.
La trama parece sacada de una película de Torrente: los protagonistas se reunían primero en caminos apartados del monte de El Pardo, donde no había cobertura telefónica. Allí definían estrategias lejos del escrutinio público. Posteriormente, Martínez contactaba con Martínez Sola en restaurantes del lujoso barrio de La Moraleja en Alcobendas y regresaba a informar al chalet de Aravaca, que ya no era habitado por el expresidente, quien ahora reside en una mansión en el madrileño municipio de Las Rozas. Además, empleaban técnicas propias de delincuentes para comunicarse como recurrir a teléfonos móviles prepago desechables y que cambiaban frecuentemente para no dejar rastro.
El círculo se estrecha con familia y más sospechas
El entramado se complica aún más con conexiones familiares. Julio Martínez era cliente de What The Fav, la agencia dirigida por las hijas de Zapatero, Alba y Laura. Días antes de su detención el 12 de diciembre de 2025, se reunió con el expresidente en un descampado en Salamanca, revisando documentos desde un coche oficial. Además, las hijas de ZP han eliminado sus perfiles profesionales en X justo antes del arresto por parte de la SEPI, avivando aún más las especulaciones.
La Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil están investigando si Plus Ultra actuó como un canal para blanquear dinero proveniente del chavismo: préstamos ficticios vinculados a tramas corruptas se «pagaban» con fondos públicos, devolviendo así dinero limpio a los criminales. Las conexiones con la dictadura de Nicolás Maduro son evidentes, incluyendo rutas clave entre España y Venezuela y menciones sobre ventas de fragatas o maletas llevadas por la vicedictadora Delcy Rodríguez.
En el Senado, el PP incluye a Zapatero entre los llamados a declarar junto a otros personajes como Paqui, esposa del exdiputado Cerdán, aunque ella se encuentra actualmente con baja médica. Feijóo ha calificado estas acusaciones como «calumniosas», pero las evidencias siguen acumulándose: desde las confirmaciones sobre reuniones entre Ábalos y otros hasta investigaciones realizadas por la Administración Trump que apuntan hacia exgobiernos españoles por delitos relacionados con Venezuela.
Antecedentes y ramificaciones políticas
El rescate fue defendido inicialmente por María Jesús Montero, pero denuncias provenientes de grupos como Manos Limpias, además del PP y Vox, llevaron al archivo inicial del caso. Ahora reabierto, el Juzgado de Instrucción 15 en Madrid ha impuesto medidas restrictivas como retirada de pasaportes y prohibiciones para salir de España. Tras abandonar La Moncloa, Martínez creó hasta 16 sociedades nuevas; además hay una lista secreta de imputados que incluye residentes en República Dominicana vinculados al chavismo.
Las posibles consecuencias políticas son significativas. Si se confirma algún tipo de desvío, afectaría gravemente al actual PSOE y pondría bajo cuestionamiento la gestión realizada respecto a los fondos europeos tras la pandemia. No es de extrañar que Bruselas ya esté investigando este asunto; una imputación contra Zapatero podría provocar dimisiones o crisis dentro de la Internacional Socialista. A nivel internacional, las indagaciones impulsadas por Trump añaden presión al vincular al expresidente con lo que él califica como «narcodictadura».
Para ilustrar esta opacidad, aquí tenemos un resumen visual:
| Etapa | Acción | Lugar | Participantes |
|---|---|---|---|
| 1 | Reunión inicial | Monte de El Pardo | Zapatero y Julio Martínez |
| 2 | Detalles operativos | Restaurantes La Moraleja | Martínez y Martínez Sola |
| 3 | Cierre y ajustes | Casa en Aravaca | Martínez informa a Zapatero |
| Extra | Último encuentro tenso | Sushi 99, cerca del Paseo de la Castellana | Múltiples asistentes |
Este método evitaba contactos directos, siendo siempre Martínez quien actuaba como nexo entre las partes involucradas. Aldama menciona haber viajado a Caracas usando un apartamento relacionado directamente con Maduro; incluso hizo referencia a Francisco Flores, sobrino condenado en EE.UU. por narcotráfico.
Finalmente, algunos detalles curiosos: mientras todo esto sucedía, parece que Zapatero mantenía su rutina diaria corriendo junto a Martínez en El Pardo; disfrazando así sus reuniones como simples actividades deportivas. Su chalet en Aravaca —apodado «Beverly Hills madrileño»— fue testigo central del entramado político-empresarial aquí expuesto. Y mientras tanto Trump sigue investigando apoyándose en «pruebas sólidas», mientras las hijas borran cualquier rastro digital justo cuando todo estalla.
Por cierto, cabe mencionar que los accionistas venezolanos vendieron el 64,3% del capital social a Martínez Sola justo antes del cerco judicial impuesto sobre Plus Ultra; sin duda este escándalo aún tiene muchos capítulos por delante.
