Alejandro Blasco Miquele: «Los abdominales de Cristiano Ronaldo»

Alejandro Blasco Miquele: "Los abdominales de Cristiano Ronaldo"

Cada vez encontramos más casos de quien ejerce la política a base de rectificaciones; y a fuerza de tanto corregirse, hay algunos que llegan incluso a dar con el acierto, cosa que, bien mirada, no tiene demasiado mérito. Las políticas, más que a través de los idearios y los convencimientos, se edifican ahora desde las aproximaciones, y aquí, quien más quien menos, acaba encontrándose a fuerza de desdecirse.

Como casi todo en esta vida, también el juego de las aproximaciones puede llegar a convertirse en todo un arte. Con un poquito de paciencia y algo de tiempo libre, lo mismo uno puede perfilar unos abdominales más que aceptables o aprender a mentir sin remordimiento alguno. Partiendo de nuestras inclinaciones y de nuestras querencias hacia el gimnasio o hacia el escaño, según se dé el caso, uno concluye estar predestinado a la vigorexia o al escándalo, que es hacia donde se encamina quien comienza a tomarse más en serio a base de imprimir mayores dosis de carácter, ganas y fanatismos en lo que hace y en lo que dice.

El español medio, estadísticamente hablando, es como una chiquita adolescente y romántica que regala el corazón y sus esperanzas al primero que se le aproxima con cierto arte y aparente comedimiento. Y más que enamorarnos de lo concreto, en España nos seguimos enamorando de nuestros sueños acerca de lo concreto, tal es nuestra ansia de alcanzar infinitudes. Cuesta renunciar a seguir creyendo en ese cuento de hadas, que, aunque modestito y escaso de exigencias y de miras, sigue siendo al menos nuestro: un país que sepa manejarse sin excentricidades y que haga acopio de ciertos decoros; que tampoco es pedir demasiado. Pero es que aquí, que tanto nos cuesta desilusionarnos, nos seguimos encaprichando del primero que pasa, conjeturando sobre sus abdominales o sus convencimientos, según se tercie. Y esto no nos pasaría si nos propusiéramos al menos leer los programas electorales y sus deconstrucciones o solicitarle al interesado que se levantara la camisa, que, aunque algo frías y notariales, son idénticas declaraciones de amor, solo que matizadas.

Aunque bien mirado, importan poco los programas electorales de nuestros partidos, porque donde uno dijo “digo” ahora proclama “Diego”, y aquí no ha pasado nada. Los programas son algo muy remoto que desconocemos profundísimamente, solo que desde la cercanía del griterío tertuliano de nuestros bares y nuestros provincianismos, que es donde el español se encuentra verdaderamente cómodo ejerciendo de politólogo.

En esta política de taberna en la que nos desenvolvemos, una vez confirmadas todas las medianoches y las reconversiones de nuestra clase política en una calabaza inquietante e inapelable, el español medio, cansado una vez más de piropear a un imposible, se acuesta con el Marca entre las manos, dispuesto a seguir soñando eternamente con Cristiano Ronaldo.

Alejandro Blasco Miquele
(Escritor, autor de las novelas “Resucitando sombras” y “A ras de suelo”)

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