Este domingo 9 marzo 2014 Carmen Rigalt titula con un El ‘pepé’ las prefiere rubias su Testigo impertinente de la última página del diario El Mundo.
El pepé tiene nombre de mujer. Ya sé que es una cursilada, pero a veces no queda más remedio que ponerse cursi y aguantar el chaparrón. Voy a hablar de las mujeres del pepé, y concretamente de Arantza Quiroga, a quien evitaré decirle guapa para no ponerla de los nervios. Raras que son algunas. […] Reuniendo muchas condiciones para ser detestada por la afición femenina (aparte de guapa, concilia divinamente la actividad laboral con la familiar -cinco hijos, cinco-, es antiabortista, está próxima al Opus Dei y ha llegado a declarar que jamás usaría preservativo) reuniendo todo eso, digo, Quiroga no ofende y hasta goza de aceptación pública.
Añade:
Hoy se clausura en San Sebastián el congreso del pepé vasco, con relativo éxito para Arantza al legitimar el poderío cedido por Basagoiti, que la ungió a dedo antes de cambiar la política por la cartera. Quiroga necesitaba este congreso para revestirse de autoridad. Aunque es una mujer de enemigos contados (Mayor Oreja, Consuelo Ordóñez, María San Gil, etcétera), ahora se dispone a silenciarlos.
Y concluye:
Ya lo dijo en el cementerio de Polloe con una frase que enfadó a los nostálgicos del victimismo: «La mayoría de los que están aquí tienen billete de vuelta a Madrid». Ella rechazaba así los consejos a distancia de los quejicosos, partidarios encarnizados de la ultima modalidad del «no pasarán».
