Cincuenta personas muertas en Nigeria, (mientras asistían en una iglesia católica a la misa del Domingo de Ramos).
¿Cincuenta personas muertas?
Tanto les jode el relato ´buenista´, encabezar la noticia diciendo ´50 católicos asesinados´.
No ha sido fácil averiguar que los masacrados eran fieles católicos en misa. ¿Y quién los ha matado? Los medios, no saben, no contestan. ¿Habrá sido el ´cambio climático´?
Aleccionados ´plumillas´, maestros de la manipulación semántica, eligiendo las palabras justas que no estropee el relato oficialista del ´Régimen 2030´, no sea que el sátrapa se enfade y les retire la publicidad institucional, por dejar en evidencia a ´especies protegidas´ que tienen sus costumbres y hay que respetarlas.
Así que nadie espere un ´blanco y en botella´, sobre la autoría.
El caso me ha revuelto el estómago, casi tanto como las presuntas mentiras del Sanedrín (en que se ha convertido la Conferencia Episcopal Española), sobre su ´ardiente defensa del Valle de los Caídos´.
Así, y por aquello de que ´antes se pilla a un mentiroso que a un cojo´, (y es que, en el caso que nos ocupa, correr con faldas hasta los pies, es complicado), leemos en la Gaceta de la Iberosfera, que “el Gobierno desmiente a la Conferencia Episcopal y anuncia que estudiará profanar toda la Basílica del Valle de los Caídos” … “El Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado en la publicación del concurso internacional de ideas para la profanación del Valle de los Caídos que el 100% de la Basílica podría sufrir alteraciones”.
En fin, si tenemos Sanedrín, es porque tenemos Papanatas. A cada uno, lo que le toca, al no caber en esta cuestión, aquello de ´que buen vasallo, si tuviese buen señor´. Hijos de gato, mininos.
Para concluir, y volviendo al principio de este escrito, la guinda. Descubro, buscando información sobre la masacre en Nigeria, que lo sucedido podría ser debido al ´cambio climático´. ¡Sí, como lo oyen! Me he quedado a cuadros, y por una milésima de segundo he llegado a pensar si parte de culpa, en la muerte de 50 hermanos en Cristo, la he tenido yo, por tener y usar un vehículo diésel.
Cuando parecía que la cuerda ya no daba más de sí, aún da. Y seguirán estirando de ella, hasta el día no muy lejano, que se rompa y les reviente la ´jeta´.

