El marido y la hija de la mujer han informado de que tenía "problemas laborales" con el ahora arrestado
Apareció boca arriba en la sala, en medio de un gran charco de sangre y con varias heridas incisas en los antebrazos, como si hubiera querido defenderse de su agresor.
Catalina Frontera había recibido también un fuerte golpe en la cabeza, quizás al ser sorprendida en la cocina, desde donde llegó a la otra estancia tratando quizás de huir.
Su asesino, tras rematarla, dejó las huellas ensangrentadas de sus pisadas en derredor. Es una de las pistas que ahora pueden resultar clave para la Guardia Civil.
A medida que pasan las horas se van conociendo más detalles sobre este espeluznante suceso acontecido en la mañana de este miércoles en una finca situada en el término municipal de Bunyola, en la carretera que une esta localidad con Santa María, villa de donde era oriunda la víctima y que contaba 53 años de edad.
PROBLEMAS LABORALES
Ahora la Guardia Civil acaba de detener a un exempleado de la vivienda, de 45 años de edad, despedido recientemente, y que al parecer estaba enemistado con Catalina por motivos laborales.
Este último detalle ha sido corroborado por el marido de la infortunada y por su hija, quienes han asegurado además que ésta había recibido últimamente amenazas por parte de esta persona, que a la hora de redactar estas líneas estaba siendo interrogada.
Aunque en un principio se pensó que el cadáver fue descubierto por los propietarios de la vivienda, ahora se sabe que no fue así, sino que el macabro hallazgo lo realizó un electricista que había acudido al lugar a realizar unas reparaciones.
La finca, situada cerca de la carretera, en el kilómetro 3-800 de la MA-2020, es propiedad de unos extranjeros que se encuentran en estos momentos fuera de la isla.