EL GIRO ASIÁTICO EN LA REGULACIÓN DEL CANNABIS

Tailandia fue el primer país de Asia en legalizar la marihuana y las cosas no salieron como se planeó

El primer país asiático en legalizar la marihuana vive ahora una ola de incertidumbre y debate tras una despenalización que ha sorprendido tanto a turistas como a sus propios ciudadanos

Tailandia fue el primer país de Asia en legalizar la marihuana y las cosas no salieron como se planeó

Cuando Tailandia anunció en 2022 que legalizaría el cannabis, la noticia recorrió el mundo como un tsunami.

No era solo el primer país del sudeste asiático en dar este paso, sino que lo hacía en una región donde las leyes antidrogas suelen ser tan estrictas como un monje budista en meditación.

De pronto, los cafés de Bangkok colgaban carteles de hojas verdes y los turistas llegaban atraídos por el nuevo reclamo cannábico.

Pero, como suele ocurrir con las grandes revoluciones sociales, lo que prometía ser un paraíso regulado acabó sumido en una especie de limbo legal y social.

Al principio, la liberalización del cannabis fue recibida con entusiasmo tanto dentro como fuera del país.

Aparecieron miles de tiendas y dispensarios, y el sector turístico vivió un pequeño boom gracias al atractivo internacional del “nuevo Ámsterdam asiático”. Sin embargo, el desarrollo fue tan veloz que las autoridades tailandesas no lograron establecer controles ni reglas claras. Pronto surgieron problemas: desde el consumo descontrolado por parte de jóvenes, hasta la preocupación por el impacto en la imagen internacional del país y los posibles efectos sobre la salud pública.

¿Qué salió mal? Un marco legal improvisado y sus consecuencias

La ley que despenalizó la marihuana en Tailandia fue tan ambigua que dejó más preguntas que respuestas. Aunque se prohibía explícitamente el consumo en lugares públicos y la venta a menores, en la práctica casi cualquiera podía abrir un local o vender productos cannábicos. La confusión era tal que ni siquiera los propios dispensarios sabían exactamente qué podían vender o a quién. Esto abrió la puerta a una proliferación incontrolada de puntos de venta y al temor entre padres, médicos y educadores por el aumento del acceso a menores y turistas despistados.

En 2024, ante las crecientes críticas y preocupaciones internacionales, el nuevo gobierno tailandés —de corte más conservador— prometió endurecer las normas e incluso consideró volver a penalizar algunos usos recreativos del cannabis. El vaivén normativo ha dejado a Tailandia en una situación extraña: ni completamente liberal ni estrictamente prohibicionista, sino atrapada entre dos modelos opuestos.

El mapa global: ¿dónde es legal la marihuana?

El caso tailandés no es único, aunque sí peculiar por su contexto geográfico y cultural. Hoy día, solo unos pocos países han optado por una legalización total del cannabis recreativo:

  • Uruguay: Pionero absoluto (2013), con venta estatal y registro obligatorio para usuarios.
  • Canadá: Legal desde 2018; se permite portar hasta 30 gramos y cultivar cuatro plantas por domicilio.
  • Malta: Primer país de la Unión Europea en regular su uso recreativo (7 gramos por adulto y cultivo privado limitado).
  • Sudáfrica, Georgia y algunos estados de EE. UU. (como California o Nueva York) han despenalizado o legalizado parcialmente.

En otros países como Alemania o México se han dado pasos importantes hacia la regularización, aunque con modelos mixtos enfocados en clubes sociales o asociaciones sin ánimo de lucro. Muchos otros países mantienen un enfoque medicinal o han despenalizado el consumo privado para evitar llenar las cárceles de usuarios no violentos.

Tabla comparativa: Modelos legales del cannabis

PaísUso recreativoUso medicinalCultivo personalVenta regulada
UruguaySí (limitado)Sí (farmacias)
CanadáSí (4 plantas)Sí (tiendas)
MaltaSí (4 plantas)No (solo clubes)
TailandiaSí*Ambiguo
AlemaniaParcialAsociaciones
EE.UU. (est.)ParcialParcialVariableVariable

*Nota: En Tailandia está actualmente bajo revisión política.

El cannabis bajo la lupa científica: curiosidades inesperadas

La planta Cannabis sativa es uno de los organismos vegetales más estudiados y controvertidos del planeta. Su compleja composición química incluye más de 100 cannabinoides diferentes, entre ellos los famosos THC (tetrahidrocannabinol) —responsable del efecto psicoactivo— y CBD (cannabidiol), popularizado por sus posibles aplicaciones terapéuticas sin provocar “colocón”.

Algunas curiosidades científicas dignas de mención:

  • La concentración de THC en los cogollos actuales puede superar fácilmente el 20%, muy superior al 2-5% habitual hace medio siglo.
  • El cannabis ha sido empleado medicinalmente durante milenios: ya aparecía en farmacopeas chinas hace más de dos mil años.
  • Las semillas de cannabis son ricas en proteínas, omega 3 y omega 6; algunos nutricionistas las consideran un superalimento.
  • El sistema endocannabinoide humano —descubierto apenas en los años 90— regula procesos tan variados como el sueño, el apetito o la memoria.
  • Científicos han identificado variedades “inteligentes” capaces de adaptarse genéticamente a climas extremos mediante cambios rápidos en su metabolismo.

Anécdotas globales para terminar con una sonrisa

  • En Canadá, tras la legalización federal, algunas provincias sufrieron tal escasez inicial que hubo quien hizo colas kilométricas… solo para descubrir que quedaba “maría” sabor menta pero no natural.
  • En Uruguay, muchos turistas se sintieron decepcionados al saber que solo los residentes pueden comprar legalmente cannabis. Algunos intentaron camuflarse con acento rioplatense sin demasiado éxito.
  • En Tailandia, hay clínicas que ofrecen masajes tradicionales “con infusión cannábica”, aunque nadie tiene claro si realmente relajan más… o solo huelen diferente.
  • El término “420”, usado internacionalmente como símbolo cannábico, se originó según leyenda urbana entre un grupo de estudiantes californianos que quedaban cada día a esa hora para fumar escondidos tras el muro del instituto.
  • El cáñamo industrial —variedad no psicoactiva— fue esencial para fabricar cuerdas náuticas durante siglos. Incluso Cristóbal Colón no habría llegado a América sin velas hechas con cáñamo.

En definitiva, lo ocurrido en Tailandia muestra cómo regular una planta milenaria puede ser tan complejo como apasionante. Y mientras científicos siguen desentrañando sus secretos moleculares, políticos y ciudadanos aún debaten si su hoja verde es símbolo de libertad… o motivo para apretar el freno legislativo.

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