Desde que el pasado miércoles 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara oficialmente el coronavirus como una pandemia, parece que los que parecían incrédulos ante el avance de la enfermedad contagiosa ahora se muestran más preocupados.
China, Italia, Irán, Corea del Sur y España son hasta ahora los países más afectados, sus gobiernos han implementado medidas con diferentes fórmulas, y uno de estos se ha convertido en un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas y lamentablemente no es España, se trata de Corea del Sur.
Mientras que aquí en España ya son 7.753 casos de personas con el Covid-19, y 288 quienes han fallecidos registrados hasta este domingo 15 de marzo, Corea del Sur fue de los primeros países que sufrió los avances de la enfermedad con 8.232 casos, pero con apenas 75 personas muertas por la también llamada neumonía de Wuhan, es decir, el número de fallecidos representa una tasa de mortalidad del 0,6%, menor que la de España, EE.UU., Italia e Irán.
Entonces, ¿Qué hizo diferente Corea del Sur ante la epidemia del coronavirus y qué es lo que debe aprender el resto de países y por supuesto el Gobierno de Pedro Sánchez? aunque sea un poco tarde.
«Corea del Sur adelantó una campaña agresiva para combatir el virus. Puso todo su sistema de salud a disposición para diagnosticar tempranamente la presencia del covid-19 en los habitantes de zonas críticas del país», explica Bugyeong Jung, periodista del servicio coreano de la BBC.
Un ejemplo de ello es que, a pesar de que EE.UU. y Corea del Sur anunciaron el mismo día el primer caso de coronavirus en sus respectivos países (20 de enero), hasta esta semana EE.UU. había examinado a 4.300 personas en su territorio.
Corea del Sur, en cambio, hizo el test en 196.000.
«Ese método, aunque ha sido calificado de invasivo, ha logrado salvar vidas», añade Jung.
¿Qué es el diagnóstico masivo?
Cuando explotó la epidemia, a finales de 2019 en el norte de China, ya muchos conocían que los países vecinos serían los primeros donde el nuevo virus aterrizaría.
El 20 de enero de 202, Corea del Sur confirmó la noticia del primer caso de coronavirus.
Pronto, el sistema de salud surcoreano detectó el origen de la epidemia en su país: la ciudad de Daegu, en el norte, donde se han presentado tres cuartos de los casos totales en Corea del Sur.
Y de ellos, el 63% de los casos de contagio estaban relacionados con el grupo religioso la Iglesia de Jesús de Shinchonji, un culto dedicado a expandir la idea de que su fundador, Lee Man-hee, es la segunda encarnación de Jesucristo.
«Corea del Sur estaba preparada para afrontar esta epidemia desde el año pasado, cuando tuvo que enfrentar al MERS (el síndrome respiratorio de Medio Oriente)», dice Jung.
La estrategia, coordinada por el Ministerio de Salud surcoreano, se estableció desde el primer día: una amplia red de diagnóstico y la reducción de la tasa de mortalidad como objetivo.
«Detectar el virus en sus etapas más tempranas es fundamental para poder identificar a las personas que lo tienen y de esa forma poder detener o demorar su expansión», le dijo a la cadena CNN Park Neunghoo, ministro de Salud de Corea del Sur.
«Eso nos ha permitido también planear adecuadamente la atención en salud, debido a que solo el 10% de los contagiados requiere hospitalización», añadió, por esta razón es el método considerado como el más efectivo, pues permite tener un indicador más certero y un panorama más amplio de lo que ocurre realmente.
«Corea del Sur ha estado controlando a 10 mil personas por día, muchas de las personas que dieron positivo tenían síntomas leves», destacó el profesor de Epidemiología de la Universidad de Hong Kong, Benjamin Cowling.
Mientras que en España, la enfermedad inicialmente no fue tomada en serio, de hecho tan solo hace una semana el propio gobierno estaba llamando a manifestaciones, y no fue sino a partir del lunes 09 de marzo que se comenzaron a tomar algunas medidas.
