CUIDAR Y COMPRENDER LAS CUERDAS VOCALES

¿Por qué te quedas afónico y cómo recuperar la voz con remedios naturales?

Las infecciones víricas y el uso excesivo de la voz son las razones más comunes de la afonía, pero hay soluciones naturales para restablecer la voz y datos científicos sorprendentes sobre nuestro aparato fonador.

Afonía y voz
Afonía y voz. PD

Todos hemos vivido esa incomodidad cuando al intentar hablar solo logramos emitir un susurro, una ronquera o incluso quedarnos en completo silencio.

La afonía, que se manifiesta como una pérdida total o parcial de la voz, no entiende de profesiones ni de pasiones.

Desde cantantes hasta docentes, cualquier persona que fuerce sus cuerdas vocales o se cruce con un virus inoportuno puede verse afectada.

Aunque muchas veces se trata de un problema temporal, su origen esconde una fascinante historia biológica y científica.

La producción de la voz humana ocurre cuando el aire que sale de los pulmones hace vibrar las cuerdas vocales situadas en la laringe. Si estas cuerdas sufren inflamación, irritación o lesión, el resultado es la afonía. Las causas más comunes incluyen:

  • Infecciones víricas como laringitis, resfriados o gripe, que causan inflamación en la garganta y dificultan la vibración normal de las cuerdas vocales.
  • Hiperfunción vocal: gritar, cantar durante mucho tiempo, hablar en ambientes ruidosos o forzar la voz puede provocar fatiga y microlesiones en las cuerdas.
  • Factores ambientales como el humo, la contaminación o el aire seco.
  • Trastornos neurológicos, traumatismos, estrés psicológico y afecciones más serias, aunque son menos frecuentes.

Aunque la mayoría de los casos se resuelven en pocos días, hay situaciones que requieren atención médica urgente. Esto es especialmente cierto si la afonía persiste o viene acompañada de dolor intenso, dificultad para respirar o antecedentes de enfermedades crónicas.

Remedios naturales para recuperar la voz

La ciencia y las tradiciones populares nos ofrecen un arsenal de remedios naturales para ayudar a restaurar nuestra voz y calmar la irritación en la garganta, siempre que hablemos de casos leves y sin complicaciones.

1. Hidratación constante

Mantenerse bien hidratado es esencial. Beber suficiente agua a temperatura ambiente es clave para mantener la garganta humectada y facilitar así la recuperación de las cuerdas vocales. Evita las bebidas demasiado frías o calientes; lo ideal es optar por temperaturas neutras.

2. Infusiones y tés milagrosos

  • Té con miel y limón: La miel posee propiedades antioxidantes y cicatrizantes, mientras que el limón actúa como antiinflamatorio y es una excelente fuente de vitamina C.
  • Té de jengibre: Este ingrediente natural ayuda a reducir la inflamación gracias a sus propiedades antiinflamatorias.
  • Té de regaliz o orégano: Ambos tienen efectos expectorantes y analgésicos.

3. Gárgaras y vapores

  • Realizar gárgaras con agua tibia mezclada con sal o infusiones de menta, miel y limón puede mitigar la inflamación.
  • Inhalar vapor (la clásica olla con toalla) es efectivo para humedecer la garganta y aliviar esa molesta sequedad.

4. Descanso vocal

Nada mejor que el silencio para curar el daño vocal. Evitar hablar, cantar o forzar la voz permite a las cuerdas vocales recuperarse más rápidamente.

5. Alimentación suave

Optar por alimentos blandos mientras se evita lo irritante (como los picantes, comidas muy calientes o alcohol) contribuye a no agravar el problema.

Consejos prácticos

En general, los casos leves suelen resolverse en pocos días gracias al descanso adecuado y a remedios naturales.

Si persiste la afonía más allá de una semana o si se presenta fiebre alta, dolor intenso o dificultad para respirar junto a antecedentes médicos graves, es esencial acudir a un especialista.

Para prevenir la afonía debes evitar gritar innecesariamente, mantenerte bien hidratado, no fumar y proteger tu garganta en climas fríos o contaminados.

La ciencia detrás de la afonía

El aparato fonador humano está lleno de misterios que van más allá del simple acto de producir sonidos. ¿Sabías que…?

  • Aunque ya no movemos las orejas como lo hacen los gatos, nuestros músculos auriculares siguen intentando activarse cuando nos esforzamos por escuchar algo. Este vestigio evolutivo ha sorprendido a los científicos en experimentos recientes. Aunque estos músculos no logran mover nuestro pabellón auricular, podrían indicar el esfuerzo auditivo e incluso tener alguna función en cómo percibimos los sonidos.
  • El cerebro continúa enviando señales para mover nuestras orejas cuando queremos escuchar algo con atención, aunque ese movimiento sea prácticamente imperceptible.
  • La ronquera y la afonía no son exclusivas de cantantes ni docentes; entrenadores deportivos, locutores e incluso cualquier persona que haga un uso excesivo de su voz también están en riesgo.
  • Las cuerdas vocales no son cuerdas propiamente dichas; son pliegues musculares recubiertos por mucosa capaces de vibrar hasta mil veces por segundo al emitir tonos agudos.

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