Un nuevo paso en la lucha contra el blanqueo de dinero y contra la financiación del terrorismo
(J. B./Agencias).- El Vaticano da un paso más hacia la transparencia financiera. Con el objetivo de ser incluida dentro de la «lista blanca» de los países que luchan contra el blanqueo de dinero, la Santa Sede contrató hace unos meses al que es conocido en el mundo financiero como el «James Bond», el suizo René Bruelhart. Hoy, el Vaticano le ha nombrado director general de la Autoridad de Información Financiera (AIF), el máximo organismo romano para la lucha contra el fraude fiscal.
Bruelhart sustituye al abogado italiano Francesco De Pasquale, que entra en el Consejo directivo de la AIF. El suizo, que ha sido director de la unidad de información financiera de Liechtenstein y vicepresidente del grupo Egmont (red internacional de información financiera), era desde septiembre pasado asesor de la Santa Sede en materia de prevención y lucha contra el blanqueo de dinero.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, recalcó que el nombramiento de Bruelhart se enmarca en la «potenciación» del AIF y suponen un «nuevo paso en la lucha contra el blanqueo de dinero y contra la financiación del terrorismo«.
Todo esto sucede después de que este verano el órgano de control del Consejo de Europa para la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, Moneyval, instó a la Santa Sede a reforzar sus organismos supervisores, aunque reconoció que había recorrido «un largo camino en muy poco tiempo«.
El Vaticano expresó su «satisfacción» por el informe de Moneyval, que subrayó que la Santa Sede cumple nueve de las 16 recomendaciones centrales del Grupo de Acción Financiera Internacional del Consejo de Europa (GAFI), creado en 1989 para combatir el blanqueo de capitales, mientras que en el resto tiene que mejorar.
El Vaticano «aprobó» en puntos como la prevención y lucha contra el reciclaje, medidas de confiscación o cooperación internacional. Moneyval le recomendó que elabore una «evaluación de los riesgos» relacionados con el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo y que el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano, sea supervisado de manera independiente, a la vez que puso reparos sobre los poderes e independencia de la AIF.
El prelado Ettore Balestrero, subsecretario para las Relaciones con los Estados («subsecretario de Exteriores») precisó en aquella ocasión que el Vaticano no es un centro financiero y que por tanto los factores de riesgo de blanqueo son «muy bajos».
No obstante, reconoció que ello no supone que no tuvieran que poner más cuidado en ese punto y afirmó que ya lo están haciendo.
Respecto al AIF, reconoció que tenían que potenciarla, y en esa línea se enmarcan los nombramientos de hoy.
El 30 de diciembre de 2010, Benedicto XVI aprobó una ley para luchar contra el blanqueo de dinero en las instituciones financieras del Vaticano, que entró en vigor el 1 de abril de 2011, y para vigilar la aplicación de la misma creó la Autoridad de Información Financiera.