"No hay otro club más difícil para desempeñar cargos de responsabilidad que el Real Madrid. En ninguna de las grandes instituciones del fútbol europeo cambia la marea del poder con más frecuencia y más violencia"
El Real Madrid pudo celebrar ese ansiado título de campeón de Liga que desde hacía tres años había estado en manos del F.C. Barcelona. El conjunto blanco se desplazó por las calles de Madrid hasta la Plaza de Cibeles, donde la diosa esperaba ser coronada con la bufanda y bandera merengues como manda la tradición, ante una gran expectación del enfervorizado público madridista.
La música, el festejo de los jugadores y la lluvia amenizaron la concentración vespertina en el centro de la capital hasta que el capitán del Real Madrid, Iker Casillas, llegó a lo alto de la diosa romana para ataviarla con los atuendos pertinentes.
El propio guardameta del conjunto blanco se erigió además como la estrella de la tarde, con sus constantes celebraciones aclamando a los aficionados, con algunas frases y fotos colgadas en las distintas redes sociales, con un resbalón fatal en el escenario que le llevó al suelo —VÍDEO— y finalmente, con una entrevista peculiar ante las cámaras de Real Madrid Televisión, desbordado de alegría —AUDIO, min. 47–:
«La gente lo merece y es todo es por ellos. A mí me da igual, es por ellos porque son madridistas de pura cepa».
El Real Madrid brindó su trigésimo segundo título de Liga a la hinchada, y en la próxima temporada no cejará en su empeño de llegar a conseguir la anhelada Décima Champions League del club.
DIEGO TORRES CANTA SUS ALABANZAS A IKER EN ‘EL PAÍS’
El periodista del diario El País que cubre la información del Real Madrid, Diego Torres, expresa en su texto lo importante y trascendental que resulta la figura del meta madridista para los intereses del club de Chamartín. Torres se deshace en elogios hacia el gran capitán con un título sintomático —La Liga de Casillas–:
«No hay otro club más difícil para desempeñar cargos de responsabilidad que el Real Madrid. En ninguna de las grandes instituciones del fútbol europeo cambia la marea del poder con más frecuencia y más violencia. Los flujos circunstanciales lo arrastran todo, incluyendo los ídolos, esos jugadores que no solo adora la propia hinchada sino que son respetados por una amplia mayoría de los amantes del juego. En este ámbito, Casillas, capitán del equipo, el futbolista más representativo del madridismo, a veces resulta una pieza tan exótica y delicada como un jarrón chino en una guardería».
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