El comisario de Competencia y vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, ha avanzado este 12 de junio de 2012 que España cobrará al menos un interés del 8,5% anual a los bancos a los que rescata porque así lo exige la normativa comunitaria.
En una entrevista con Efe, Almunia ha explicado que el rescate de hasta 100.000 millones que ha solicitado el Gobierno español para sanear su sistema financiero, y que se canalizará a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), se considera una «inversión» del Estado y, por tanto, debe exigir una contrapartida a cambio de ella.
Si los bancos a los que España inyecta fondos salen adelante, el Estado ganará dinero mientras que, si a pesar de esa inyección las entidades no mejoran, el FROB perderá dinero, ha reconocido Almunia.
Por eso, ha insistido en que el objetivo de las inyecciones de capital deben servir para «enderezar la salud de las entidades», que tendrán que contar con un modelo de negocio viable y estarán obligadas a acometer una reestructuración.
Esto es, recortar gastos y ajustar su red de oficinas y personal.
Según el relato que ha hecho el comisario, con el tiempo tendrían que empezar a notarse los efectos positivos de la reestructuración en la cuenta de resultados del banco rescatado, lo que a su vez permitirá que el valor de las entidades aumente.
El comisario europeo ha recordado que esto es lo que está sucediendo con algunas entidades que fueron nacionalizadas en otros países hace tres o cuatro años, lo que ha permitido a los Estados recuperar la inversión hecha incluso con ganancias.
Almunia ha recordado que el FROB podrá hacer llegar la ayuda europea a los bancos españoles con la compra directa de acciones o a través de bonos convertibles contingentes (cocos, en el argot financiero), tal y como ya había adelantado el ministro de Economía, Luis de Guindos, el pasado fin de semana al anunciar que España pedía el rescate.
Si la inyección de capital se hace mediante la compra de acciones, el valor de estos títulos determinará que el Estado recupere antes o después su inversión y podrá ir recibiendo dividendos si la entidad entra en beneficios.
En el caso de que la ayuda se haga llegar a través de la compra de cocos, el Estado recibirá un interés fijo anual por esos instrumentos de capital hasta su desinversión.
Si se opta por esta vía, el interés mínimo que ha aceptado la Comisión en casos anteriores ha sido del 8,5%, ha destacado el comisario.
Aunque todavía no están cerrados los detalles del programa de asistencia financiera, fuentes comunitarias adelantaron que el interés que España deberá pagar por el crédito de sus socios del Eurogrupo estará en torno al 3%.
Este 11 de junio de 2012, el portavoz de Asuntos Económicos de Bruselas, Amadeo Altafaj, admitió que le parece «razonable» cobrar al Estado español entre un 3% y un 4%, rentabilidades que están por debajo de lo que le cuesta ahora al país financiarse en los mercados.
De confirmarse estos extremos, el Estado podría embolsarse la diferencia entre el 8,5% y el 4% por rescatar a los bancos en problemas siempre y cuando estos sean capaces en algún momento de devolver el dinero prestado.
Las normativas comunitarias de ayudas públicas exigen que los bancos que las reciben contribuyan al coste de su propia reestructuración y que, por tanto, el Estado reciba una remuneración adecuada por estas ayudas.
De hecho, en la primera reforma del sector, iniciada en 2010, el Estado inyectó a través del FROB un total de 9.700 millones por medio de participaciones preferentes por las que cobra un 7,75% de interés. Las entidades deben devolver este dinero en 5 o 7 años.
En una segunda etapa traspasó otros 4.751 millones. Por toda esta ayuda que ahora está en unos 13.800 millones, según publicita el mismo FROB, ingresó 750 millones de euros en 2011.