PLATO EMBLEMÁTICO DE LA COCINA ESPAÑOLA

Gambas al ajillo: el clásico español que nunca falla

Receta sencilla y llena de sabor, perfecta para tapear o sorprender en casa

Gambas al ajillo
Gambas al ajillo. PD

En la barra de cualquier taberna de Madrid, junto al mar en Huelva o en las terrazas más castizas de Valencia, las gambas al ajillo son protagonistas indiscutibles.

Este plato, que ha trascendido fronteras como símbolo del tapeo español, es una receta tan fácil como irresistible: ajos dorados, aceite de oliva virgen extra y gambas frescas.

Una combinación que, servida en cazuela de barro y acompañada de buen pan, invita a compartir y repetir.

“El aroma del ajo dorado, el punto justo de las gambas y el toque de guindilla son tres de los secretos que hacen que las gambas al ajillo sean uno de los platos más espectaculares de la gastronomía española”, afirman desde La Cocina de la Abuela.

Y no les falta razón. Porque detrás de su aparente sencillez, hay pequeños trucos que marcan la diferencia.

Ingredientes imprescindibles

La lista es breve, pero la calidad es clave. Para dos o tres raciones generosas necesitas:

  • 500 g de gambas frescas (pueden ser congeladas si son de calidad)
  • 4-6 dientes de ajo
  • 1 guindilla o cayena seca (ajustar al gusto)
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra
  • Sal fina
  • Perejil fresco picado (opcional)
  • Pan rústico para acompañar

Opcionalmente, puedes añadir un chorrito pequeño de vino blanco para un matiz aromático.

Paso a paso: cómo hacer gambas al ajillo perfectas

1. Preparación previa

  • Si usas gambas congeladas, descongélalas con tiempo y sécalas bien con papel absorbente. Si son frescas, pélalas dejando la cola si quieres un aspecto más tradicional. Retira el intestino con un palillo o cuchillo fino para evitar sabores amargos.
  • Sala ligeramente las gambas y resérvalas.
  • Pela los ajos y lamínalos finamente. Pica el perejil si decides usarlo.

2. El sofrito aromático

  • Calienta el aceite en una sartén amplia o cazuela de barro a fuego medio.
  • Añade los ajos laminados y la guindilla. Cocina hasta que los ajos estén dorados pero sin quemarse —si se pasan, el aceite amargará—.

3. Cocción rápida para jugosidad

  • Sube el fuego e incorpora las gambas.
  • Salpimenta ligeramente y remueve durante 1-2 minutos por cada lado. Las gambas deben quedar rosadas y jugosas; si se cocinan demasiado tiempo, se endurecen.
  • Si lo deseas, añade un chorrito de vino blanco en este momento y deja que evapore el alcohol unos segundos.

4. Toque final y presentación

  • Aparta del fuego cuando las gambas estén listas.
  • Espolvorea con perejil fresco picado.
  • Sirve inmediatamente, mejor aún si es en una cazuela caliente para mantener la temperatura y ese burbujeo característico.

Un buen pan es imprescindible para mojar en ese aceite aromatizado con ajo y guindilla. Para muchos comensales, ese “oro líquido” es casi tan importante como las propias gambas.

Consejos prácticos para triunfar siempre

  • Utiliza siempre aceite de oliva virgen extra, es el responsable principal del sabor final.
  • Controla muy bien el dorado del ajo; retíralo si se dora demasiado antes de añadir las gambas y vuelve a incorporarlo después.
  • Ajusta el nivel de picante a tu gusto: puedes usar cayena entera para un sabor suave o picarla para más intensidad.
  • Si quieres un toque diferente, prueba a dejar marinar brevemente las gambas con sal, ajo picado y unas gotas de limón antes de cocinarlas; realza su sabor y aporta una nota fresca.

Variaciones: creatividad sin perder la esencia

Aunque la receta tradicional es inamovible en muchos hogares, existen variantes interesantes:

  • Añadir un poco de pimentón picante junto al ajo para dar color y profundidad al aceite.
  • Incorporar un toque cítrico rallando piel de lima o limón sobre las gambas antes de servirlas.
  • Sustituir parte del ajo por chalota para suavizar el sabor.
VarianteIngrediente extraResultado
TradicionalSolo ajo y guindillaSabor puro a mar y ajo
Con pimentónPimentón picanteAceite rojizo, aroma ahumado
Toque cítricoRalladura lima/limónFrescor añadido
Con vino blancoVino blanco secoMás aroma

¿Por qué triunfan tanto las gambas al ajillo?

Sencillez, rapidez y sabor inconfundible. Ese es su secreto. Además:

  • Es una receta saludable si se controla la cantidad de aceite.
  • Puede prepararse en menos de diez minutos.
  • Se adapta a cualquier ocasión: aperitivo informal o cena especial.
  • Es naturalmente libre de gluten.

Como dicen en Directo al Paladar, “tan rico como las propias gambas es el aceite que queda en el fondo… todos disfrutarán mojando una o dos rebanadas”. Por eso sigue siendo uno de los grandes éxitos del tapeo español.

¿Con qué acompañarlas?

Las gambas al ajillo lucen solas pero admiten acompañantes ideales:

  • Pan rústico crujiente
  • Vino blanco seco bien frío (Albariño o Verdejo)
  • Ensalada fresca con tomate
  • Aceitunas aliñadas

Atrévete a preparar esta receta clásica en casa siguiendo estos consejos sencillos. Descubrirás por qué las gambas al ajillo no faltan nunca en la carta de ningún bar español… ni en nuestras mesas cuando queremos celebrar algo especial con poco esfuerzo pero mucho sabor.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído