Camboya pide un alto el fuego urgente y Tailandia hace que no se escucha y se entiende.
Porque la diferencia de fuerzas es más que notable.
Hoy, 26 de julio de 2025, la situación en la frontera entre Tailandia y Camboya sigue siendo tensa, con enfrentamientos armados que han dejado decenas de muertos y heridos, así como miles de personas desplazadas.
Este conflicto no es nuevo, ya que tiene raíces históricas que se remontan a tratados coloniales y disputas territoriales, pero ha escalado en los últimos meses.
El conflicto entre Tailandia y Camboya se ha intensificando en las últimas décadas, con episodios como la disputa por el templo de Prasat Ta Muen Thom y el Triángulo Esmeralda.
Además, la presencia de recursos energéticos en el Golfo de Tailandia, como gas y petróleo, ha aumentado las tensiones entre ambos países.
Tailandia, como un importante sólo de Estados Unidos en la región, enfrenta a Camboya, que tiene fuertes víndulas con China.
Las raíces del conflicto
Las tensiones entre Tailandia y Camboya se remontan a los tratados coloniales entre el Reino de Siam y el Protectorado francés de Camboya en 1904-1907. Estos acuerdos establecieron fronteras que han sido cuestionadas por ambos países.
Impuestos por Francia en su calidad de potencia colonial, dejaron áreas ambiguas, especialmente en torno al templo de Preah Vihear, un sitio de gran valor cultural e histórico.
En 1962, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) otorgó la soberanía del templo a Camboya, basándose en los mapas coloniales franceses, pero no resolvió la disputa sobre los 4,6 kilómetros cuadrados de territorio circundante, que ambos países reclaman como propios.
Esta ambigüedad ha sido un polvorín durante décadas. El templo de Preah Vihear, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008, se convirtió en un símbolo nacionalista para ambos países, avivando sentimientos patrióticos y desencadenando enfrentamientos esporádicos. Las tensiones se intensificaron tras la inscripción del templo en la lista de la UNESCO, ya que Tailandia percibió la decisión como una afrenta a sus reivindicaciones territoriales. Desde entonces, los choques armados, las disputas diplomáticas y las negociaciones fallidas han sido recurrentes.
El conflicto actual, que estalló el pasado jueves, se enmarca en un contexto de rivalidades geopolíticas y tensiones nacionalistas. En Camboya, el gobierno del primer ministro Hun Sen
Una pugna desigual marcada por la historia
En la tensa frontera entre Tailandia y Camboya, un aliado histórico de Estados Unidos con décadas de experiencia militar se enfrenta a una fuerza armada joven, respaldada por la creciente influencia de China. Bangkok y Phnom Penh libran una batalla por un territorio disputado desde que la potencia colonial francesa trazara la frontera entre ambos hace más de un siglo. Desde que estallaron los combates el pasado jueves, al menos una docena de personas han perdido la vida y más de 100.000 civiles han sido evacuados, según los últimos reportes.
A continuación, un análisis de las capacidades y trayectorias de ambos contendientes.
Tailandia: un gigante militar en la región
El poderío militar tailandés eclipsa al de su vecino Camboya, tanto en efectivos como en armamento. Con 361.000 efectivos en activo distribuidos entre todas las ramas de sus fuerzas armadas, Tailandia triplica la capacidad humana de Camboya. Además, su arsenal incluye armamento con el que las fuerzas camboyanas apenas pueden soñar.
«Tailandia cuenta con un ejército grande y bien financiado, y su fuerza aérea está entre las mejor equipadas y entrenadas del sudeste asiático», destaca el informe Military Balance 2025 del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). Según el ranking de 2024 del Lowy Institute, que evalúa las capacidades militares de 27 países de la región, Tailandia ocupa el puesto 14, mientras que Camboya se sitúa en el 23.
Esta disparidad no sorprende si se considera que Tailandia tiene una población cuatro veces mayor y un PIB más de diez veces superior al de Camboya. Además, a diferencia de Camboya, Laos o Vietnam, Tailandia evitó las guerras que asolaron la región en la segunda mitad del siglo XX y el colonialismo europeo previo. En el Lowy Asia Power Index, que mide el poder militar, económico, diplomático y cultural, Tailandia se sitúa como una potencia media en el puesto 10, por delante de países como Malasia o Vietnam, mientras que Camboya es considerada una potencia menor, comparable a Bangladesh o Laos.
El ejército tailandés ha sido históricamente un actor clave en la política del reino, dominada por una élite conservadora formada por militares, la monarquía y figuras influyentes. Desde 1932, los generales han protagonizado 20 golpes de Estado, derrocando a menudo gobiernos democráticos, según el CIA World Factbook. El ejército se presenta como el defensor supremo de la monarquía.
Tailandia es un aliado estratégico de Estados Unidos desde la firma del Tratado de Defensa Colectiva del Sudeste Asiático en 1954. Durante la Guerra de Vietnam, albergó bases aéreas estadounidenses con bombarderos B-52 y envió decenas de miles de tropas a luchar junto a Vietnam del Sur. Esta relación con Washington se mantiene sólida: Tailandia es un aliado no perteneciente a la OTAN con beneficios especiales, lo que le ha permitido acceder a décadas de apoyo estadounidense en armamento.
Ambos países coorganizan el ejercicio militar anual Cobra Gold, el más longevo del mundo, iniciado en 1982. Además, realizan más de 60 ejercicios conjuntos al año, y cientos de aeronaves y buques estadounidenses visitan Tailandia anualmente, según el Departamento de Estado de EE. UU. Sin embargo, en la última década, Tailandia ha adoptado una postura más neutral, fortaleciendo lazos con China y desarrollando una industria armamentística propia con apoyo de países como Israel, Italia, Rusia, Corea del Sur y Suecia, según el informe Military Balance.
Camboya: un ejército joven con el respaldo de China
En contraste, el ejército camboyano es relativamente reciente, creado en 1993 tras la fusión de las fuerzas del gobierno comunista con dos ejércitos de resistencia no comunistas, según el IISS. «Los vínculos de defensa más importantes de Camboya son con China y Vietnam. Aunque históricamente dependía de Rusia para equipamiento, China se ha convertido en su principal proveedor», señala el instituto.
Beijing ha consolidado su influencia con la construcción de la base naval de Ream, en el golfo de Tailandia, capaz de albergar portaaviones chinos, según analistas internacionales. En mayo de 2024, ambos países celebraron la séptima edición del ejercicio militar conjunto Golden Dragon, descrito como el mayor hasta la fecha, con maniobras de fuego real. Según un informe de febrero de 2024 del sitio web en inglés del Ejército Popular de Liberación chino, esta relación está destinada a alcanzar «un nuevo nivel de desarrollo». «China y Camboya son amigos inquebrantables que siempre se apoyan mutuamente. Sus ejércitos comparten una hermandad sólida como una roca», afirmó el portavoz del Ministerio de Defensa chino, el coronel Wu Qian.
Sin embargo, Camboya enfrenta limitaciones significativas. «Actualmente, carece de la capacidad para diseñar y fabricar equipamiento moderno para sus fuerzas armadas», apunta el IISS.
Armamento: una brecha abismal
El respaldo estadounidense ha dotado a la Real Fuerza Aérea Tailandesa de un arsenal formidable, con al menos 11 cazas Gripen suecos modernos y decenas de F-16 y F-5 estadounidenses, según el IISS. Camboya, por su parte, no cuenta con una fuerza aérea de combate relevante. En tierra, Tailandia dispone de 60 tanques modernos VT-4 chinos y cientos de tanques estadounidenses más antiguos, frente a los aproximadamente 200 tanques chinos y soviéticos obsoletos de Camboya.
El ejército tailandés cuenta con más de 600 piezas de artillería, incluyendo 56 cañones de 155 mm y 550 de 105 mm remolcados, mientras que Camboya tiene apenas 12 cañones de 155 mm y unas 400 piezas menores. En el aire, Tailandia dispone de helicópteros de ataque Cobra y 18 Black Hawk estadounidenses, frente a los pocos helicópteros de transporte soviéticos y chinos de Camboya.
El terreno y la estrategia
«El terreno favorece el acceso desde territorio camboyano a la zona disputada», señaló a CNN el analista Schuster. Camboya habría desplegado minas y trampas en el área, lo que podría llevar a Tailandia a priorizar su superioridad aérea y armamento de largo alcance. «La Fuerza Aérea Tailandesa es superior, al igual que sus fuerzas especiales. Creo que los tailandeses apostarán por el poder aéreo y el fuego de largo alcance en este conflicto», afirmó Schuster.
En un contexto de tensiones históricas y desequilibrios militares, la frontera tailandesa-camboyana sigue siendo un polvorín donde la geopolítica y las alianzas internacionales juegan un papel crucial.
