La noche en el este de Siria se iluminó con una serie de explosiones casi simultáneas. Desde la capital estadounidense se habló de un “ataque masivo” como respuesta directa. A miles de kilómetros, Australia aún se recupera del horror causado por la matanza antisemita en Bondi Beach, cuya conexión con la ideología del Estado Islámico ha sido confirmada por las autoridades. Dos escenarios distantes, pero unidos por un mismo hilo: el temor a que ISIS esté encontrando formas de reorganizarse, no como un “califato” territorial, sino como una red global capaz de atacar donde menos se espera.
Según fuentes estadounidenses, las fuerzas armadas de EEUU llevaron a cabo este viernes una serie de bombardeos coordinados contra decenas de objetivos del Estado Islámico en Siria, centrándose en infraestructura, depósitos de armas y centros de mando del grupo. Esta acción fue una respuesta al ataque ocurrido el 13 de diciembre cerca de Palmira, donde un militante del ISIS emboscó a un convoy mixto que incluía tropas estadounidenses y sirias, resultando en la muerte de dos soldados estadounidenses y un intérprete y dejando varios heridos. La operación, denominada OPERACIÓN HAWKEYE STRIKE, tenía como objetivo enviar un mensaje contundente: cualquier agresión contra personal estadounidense será respondida rápidamente y con gran fuerza.
Un ataque de precisión con mensaje político
Desde el Pentágono describen la operación como un ataque a gran escala dirigido a objetivos “militarmente relevantes”: centros de mando, almacenes de armas, nodos logísticos y refugios para combatientes. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, enfatizó que no se trata de iniciar una nueva guerra, sino más bien lo que él definió como “una declaración de venganza” por la muerte de los militares.
Entre los elementos destacados del ataque se incluyen:
- Uso de aviones de combate y drones armados contra objetivos dispersos por varias zonas en Siria.
- Enfoque prioritario en:
- depósitos de armas
- centros de comunicaciones
- infraestructuras para operaciones con drones del ISIS
- Coordinación con inteligencia sobre el terreno para optimizar la precisión y minimizar el riesgo para civiles.
Los primeros informes difundidos por organizaciones que monitorean la situación en Siria indican que al menos cinco miembros del ISIS han muerto, entre ellos un presunto líder de una célula dedicada a drones. Aunque esta cifra es limitada, el objetivo primordial no era acumular bajas, sino golpear sus capacidades operativas y lanzar una advertencia disuasoria.
El presidente Donald Trump calificó la campaña como un golpe “masivo” y “una represalia muy seria”, alineándose con su insistencia pública en castigar cualquier ataque contra tropas estadounidenses. Esta retórica responde tanto a una lógica militar disuasoria como a consideraciones políticas internas: demostrar firmeza frente al terrorismo en medio del desgaste por las intervenciones militares en Oriente Medio.
Siria, un frente que nunca llegó a cerrarse
A pesar del colapso del “califato” hace años, los informes sobre seguridad subrayan que en Siria e Irak ISIS nunca desapareció. Se ha replegado hacia:
- células clandestinas en áreas rurales y desérticas
- redes financieras y logísticas poco visibles
- apoyo ocasional proveniente de estructuras criminales locales
Análisis recientes vinculados a la ONU indican que en Siria el grupo mantiene redes dispersas pero activas, habiendo registrado más de 90 ataques recientemente contra fuerzas locales como las Fuerzas Democráticas Sirias. El objetivo declarado sigue siendo restaurar cierta capacidad operativa, aunque muy lejos del control territorial que ejercieron entre 2014 y 2017.
En este contexto, la emboscada cerca de Palmira se ajusta a un patrón conocido:
- ataques dirigidos contra fuerzas policiales o tropas extranjeras
- uso individual o por parte de pequeños grupos altamente móviles
- acciones llevadas a cabo donde el control estatal es frágil o compartido
La respuesta aérea estadounidense busca frenar así una dinámica peligrosa: si el grupo percibe que puede atacar a soldados estadounidenses sin consecuencias significativas, aumentará el riesgo de más emboscadas.
Bondi Beach: el eco del Estado Islámico en Australia
Mientras los aviones bombardean depósitos armamentísticos en Siria, en Sídney las investigaciones sobre el tiroteo en Bondi Beach siguen otro rumbo: rastrear cómo la ideología del Estado Islámico continúa inspirando a individuos lejos de sus antiguos bastiones.
El ataque fue llevado a cabo por un padre y su hijo durante una celebración judía en Janucá en un parque cercano a la famosa playa. El saldo fue trágico: al menos 15 muertos y numerosos heridos relacionados con la comunidad judía. El Gobierno australiano lo ha catalogado como el atentado terrorista más grave ocurrido en décadas.
Las autoridades han proporcionado datos cruciales:
- Los dos atacantes viajaron a Filipinas a inicios noviembre, donde el Estado Islámico tiene presencia mediante grupos locales afines.
- En uno de los vehículos utilizados se encontraron dos banderas del Estado Islámico junto con artefactos explosivos improvisados.
- El primer ministro Anthony Albanese ha declarado que el atentado fue motivido por ideología islamista extremista y odio hacia los judíos; sin embargo, hasta ahora no se han encontrado vínculos directos con ninguna célula externa.
- La policía ha presentado 59 cargos contra el sospechoso superviviente, Naveed Akram, incluyendo 15 cargos por asesinato y uno relacionado con terrorismo.
Este caso no apunta tanto hacia una estructura centralizada dentro del ISIS sino hacia algo más difuso e inquietante: una marca ideológica capaz de inspirar tanto a individuos como a pequeños grupos que combinan antisemitismo con radicalización online y acceso a armas. El hallazgo tanto de banderas como explosivos indica planificación meticulosa; sin embargo, las investigaciones apuntan hasta ahora hacia un ataque aislado sin órdenes directas desde Siria o Irak.
¿Se está fortaleciendo nuevamente el Estado Islámico?
El panorama actual no sugiere un regreso del “califato” como entidad territorial; sin embargo, sí muestra una mutación del riesgo. Diversos informes sobre seguridad indican que:
- Las estructuras centrales tanto del al Qaeda como del Estado Islámico enfrentan problemas relacionados con liderazgo y cohesión.
- La atención se desplaza hacia las filiales regionales (Sahel, África Occidental, Afganistán) así como hacia redes motivadas ideológicamente más que operacionalmente dirigidas.
- En Siria e Irak, el grupo mantiene suficiente presencia para entrenar efectivamente y proyectar su imagen al exterior.
Un cuadro simplificado ayuda a entender mejor este mosaico actual:
| Región | Tipo de presencia del ISIS / filiales | Tendencia reciente |
|---|---|---|
| Siria e Irak | Células dispersas; ataques puntuales | Actividad sostenida; sin control territorial |
| Sahel y África Occ. | Filiales activas (ISSP, ISWAP) | Aumento reciente en violencia; expansión geográfica |
| Asia (incluyendo Filipinas y Afganistán) | Grupos afiliados e ISIS-K | Capacidad para entrenar; proyectar ataques |
| Occidente (EEUU, Europa, Australia) | Lobos solitarios / células inspiradas | Riesgo irregular; vinculado a radicalización online |
La combinación entre ataques masivos precisos realizados en Siria y actos terroristas como el acontecido en Bondi Beach ilustra dos caras diferentes pero interconectadas dentro del mismo fenómeno:
- La capacidad residual del ISIS para llevar a cabo emboscadas contra fuerzas locales o extranjeras.
- La capacidad simbólica y propagandística dirigida hacia individuos radicalizados incluso dentro países considerados seguros.
Los servicios secretos temen ante todo esta segunda dimensión. Los informes recientes sobre Daesh destacan cada vez más su uso creciente:
- mensajería cifrada
- criptomonedas
- herramientas basadas en inteligencia artificial para propaganda y reclutamiento
Este ecosistema permite que símbolos asociados al grupo aparezcan ya sea junto al coche cerca Bondi o bien circulando por chats cifrados europeos sin necesidad alguna contacto directo con algún líder desde Siria.
Efecto dominó: desde Siria hasta Australia pasando por la opinión pública
Los bombardeos llevados a cabo por EEUU junto al atentado ocurrido en Bondi parecen retroalimentarse mutuamente tanto política como mediáticamente. En Washington D.C., la muerte reciente soldados estadounidenses cerca Palmira refuerza aún más esa narrativa sobre lo vital que resulta mantener tropas desplegadas dentro zonas riesgosas para contener al ISIS antes que éste proyecte nuevos ataques sobre aliados o territorio nacional propio.
En Australia, este atentado vuelve abrir debates antiguos:
- control sobre armas largas así como municiones
- supervisión acerca individuos previamente investigados debido posibles vínculos extremistas
- coordinación efectiva entre servicios secretos gubernamentales junto policía federal
Mientras tanto,Siria denuncia cómo esa campaña aérea extranjera—aunque enfocada específicamente contra ISIS—se desarrolla sobre suelo aún frágil institucionalmente hablando acompañado equilibrios poder delicados existentes allí mismo Cada bomba lanzada tiene también implicaciones geopolíticas: indica quién puede ejercer fuerza efectiva; quién conserva influencia real; quién paga finalmente costos asociados terreno.
En este tablero actual ,el Estado Islámico ya no actúa cómo aquel actor dominante observado hace diez años atrás. Ahora resulta fragmentado ,indirecto ,más adaptado lógica red . Sin embargo episodios tales cual emboscada reciente Palmira así mismo matanza Bondi evidencian sigue poseyendo algo considerado amortizado : capacidad seguir marcando agenda grandes capitales . Y mientras esto persista ,cada ataque preciso cada tiroteo «inspirado» continuarán conversando distancia ,recordándonos final califato no significó cierre problema.
