Han fracasado los intentos de Obama de recrear la coalición que le llevó a la Casa Blanca en el 2008
Gran noche electoral para el Partido Republicano, que ha conseguido más escaños de los que necesitaba para obtener el control de la Cámara de Representantes y que ha demostrado una renovada vitalidad para luchar por la presidencia en 2012.
Serio voto de castigo para Barack Obama, que se verá obligado a reacomodar su proyecto a la nueva realidad política de Washington.
Y mal resultado para el Partido Demócrata, que conserva por la mínima el control del Senado, con lo que evita el desastre que se temía, pero aún así sufre una derrota de grandes proporciones.
«Este es un claro mensaje de los ciudadanos para que el presidente cambie de rumbo«, ha declarado al borde de la medianoche el congresista John Boehner, próximo presidente de la Cámara de Representantes en sustitución de Nancy Pelosi:
«Los republicanos estaremos ahí para asegurarnos que eso se produce».
A LAS PUERTAS DEL SENADO
Los republicanos se quedan a las puertas del Senado, sus posibilidades de conquistar también la Camára Alta se verán multiplicadas en la próxima cita con las urnas.
De los 33 escaños que se renovarán en los comicios del 2012, un total de 21 están ocupados por demócratas y 2 por independientes que votan con ellos.
Mientras tanto, senadores republicanos como John Cornyn y John McCain, los dos de Arizona, ya han sugerido la posibilidad de incorporar en las próximas semanas algún tránsfuga a sus filas.
Este nuevo balance de fuerzas en Washington abre una era de gobierno dividido, con cambios casi inevitables para el gobierno de Barack Obama.
Como primera consecuencia, la demócrata Nancy Pelosi perderá su puesto como «Speaker» de la Cámara de Representantes.
Aunque la diputada por California ha sido reelegida sin problemas, se espera que la nueva mayoría conservadora designe al diputado por Ohio, John Boehner, como presidente de la Cámara Baja y segundo en la línea de sucesión presidencial.
EL TIMING ERRONEO DE OBAMA
Lo que parece ya innegablees que Obama se equivocó. Sobre todo, y ante todo, en el timing de su malhadada reforma sanitaria.
A un país conmocionado por la fuerza de la crisis económica y presa de un ataque de ansiedad por su lento declinar, Obama le metió a la fuerza una reforma sanitaria que la mayor parte de los estadounidenses interpretó como un ataque frontal a la libertad del individuo.
¿Por qué no esperó a que el país recuperara el aliento y entonces introducir la reforma con más suavidad? ¿Por qué nunca habló de creación de empleo?
EL DINAMISMO DEL TEA PARTY
El Tea Party -que no es un conglomerado novedoso de ultras, porque ha estado ahí siempre bajo otros nombres-, se reactivo a los pocos meses de la llegada al poder de Barack Obama se ha consolidado sin duda como una fuerza a tener cuenta en las próximas elecciones presidenciales de 2012.
Lo que ahora está por concretar es cómo el Tea Party realiza la transición de movimiento de protesta a una agenda específica de Gobierno en Capitol Hill.
EL PESO DE LA ECONOMÍA
Con diferencia, la economía ha sido la cuestión más importante de estas elecciones. Con un 88 % de votantes que consideran la actual situación con casi un 10 % de paro como bastante mala y un 42 % que se declaraba «peor que hace dos años».
A la hora de buscar culpables, los mayores porcentajes de responsabilidad sobre la «gran recesión» son atribuidos a los banqueros de Wall Street (35%), la Administración Bush (29%) y en tercer lugar a Obama (24%).
Los resultados también han puesto de manifiesto el fracaso de los intentos de Obama de recrear la coalición que le llevó a la Casa Blanca en el 2008. Particularmente, los demócratas han sido incapaces de atraer grandes números de votantes jóvenes.
Esta vez, una cuarta parte de los encuestados a la salida de los colegios electorales se ha identificado como mayores de 65 años.
En contraste con el 16 % registrado hace dos años. En total, el índice de respaldo a la gestión de Obama ha retrocedido a un 45 %, con una mayoría del 54 % que desaprueba lo que el presidente ha hecho durante sus dos primeros años de mandato.
LA FORTALEZA DE LOS CUBANOS
La elección como senador federal de Marco Rubio, el ‘animal’ político hispano y republicano que ha tenido la carrera más descollante en Estados Unidos, solidifica la presencia de los exiliados cubanos en la política estadounidense.
El político de 39 años, apadrinado por la dinastía Bush, logró retener para los republicanos uno de los dos escaños de senadores federales por Florida, que ya estaba en poder de los republicanos. El otro está en poder de los demócratas.
Los cubanos ocupan ya dos asientos en el Senado y tienen cuatro representantes federales en Washington.
CALIFORNIA NO LEGALIZA LA MARIHUNA
el ‘no’ a la proposición 19, que pedía despenalizar el consumo de la droga blanda a nivel general en el estado, se ha impuesto con el 56 por ciento de los votos frente al 44 por ciento de los que estaban a favor.
Con esta derrota, se viene abajo la propuesta del sector liberal y de algunos republicanos de abrir las puertas a un mercado extremadamente lucrativo, que hubiera supuesto millones de dólares en ingresos para paliar el déficit que sufre Sacramento.
En California, el dinero no ha servido para ganar unas elecciones. La candidata al Gobierno del Estado Meg Whitman, empresaria millonaria, cedió 140 millones de dólares de su bolsillo a su candidatura.
Carly Fiorina, aspirante a un escaño en el Senado y ex consejera delegada de Hewlett Packard, invirtió seis millones de su fortuna personal, entre préstamos y donaciones, a su campaña electoral.
Ambas han quedado barridas por el empuje de dos veteranos políticos demócratas: la senadora Barbara Boxer y el reelecto ex Gobernador Jerry Brown.
PRIMERA GOBERNADORA HISPANA
La republicana Susana Martínez, de 51 años y nacida en El Paso (Texas), se ha convertido en la primera gobernadora hispana de Estados Unidos, tras imponerse a la demócrata Diane Denish en estado de Nuevo México.
Martínez, ex fiscal del condado de Doña Anita, ha logrado un insólito triunfo con su política de ‘mano dura’ contra la inmigración, en un estado donde el 45% de los dos millones de habitantes tiene sangre hispana.
La candidata fue ‘bendecida’ en su día por Sarah Palin y en sus mítines políticos ha alabado la labor de «los patriotas del Tea Party».
La republicana sucede en el cargo al también hispano (y demócrata) Bill Richardson, ensombrecido en la recta final de su mandato por la corrupción.



