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Dios me pide que sea creativo

Ángel Sáez García 19 Sep 2023 - 14:00 CET
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DIOS ME PIDE QUE SEA CREATIVO

EL SER SUPREMO ES UN ADICTO AL JUEGO

“Y el Señor Dios mandó al hombre y a la mujer diciendo: ‘De cada árbol del jardín puedes comer libremente, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque en el día en que comas de él seguramente morirás’”.

Génesis, 2, 16-17 

Por cierto, ¿soy el único que ve en ese “morirás” divino del epígrafe, que cabe leer donde se refiere, la consecuencia o el correlato de haber perdido la inocencia y, por ende, en contrapartida, haber adquirido conciencia de nuestra existencia en el inmundo mundo? La soledad, junto con el silencio, es una estupenda compañera de viaje para el aprendiz de cuentacuentos o bululú, pero la compañía nunca ha estado de más, salvo que esta fuera pésima, tóxica.

Al grueso de la gente que me sigue, pero no me conoce (ni me ha tratado ni se ha retratado conmigo, porque no soy amigo de selfis, aunque sí de sílfides, pero no de sífilis) en persona, le cuesta entender por qué menciono tanto en mis urdiduras y “urdiblandas” la localidad riojana de Navarrete, a unos once kilómetros de la capital, Logroño. Saben que, proverbialmente, sitúo allí mi edén en el planeta azul, la Tierra. Acaso les ayude a comprender el quid, por qué insisto en iterar lo que hago, conocer alguno de los casos o de las cosas que me dispongo a narrar en los parágrafos que siguen.

Tiendo a buscar concomitancias o coincidencias en cuanto me ha pasado con lo que le acaeció a Adán, cuando este fue expulsado del Paraíso por haberle dado un bocado al fruto (¿una manzana?) del árbol prohibido por Dios, el del conocimiento del bien y del mal, con el que el demonio o diablo había tentado y dado a probar antes a Eva. Está claro, cristalino, que ese bocado se le atragantó y, por ese motivo, a la nuez masculina se le dio en llamar así, “bocado de Adán”, como todo hijo de vecino sabe o a cada quisque le debería constar (y no costar tanto asimilar).

Aunque a algún individuo (hembra, varón o no binario), de esa gran parte que menciono en el arranque o inicio de esta pieza literaria, le cueste creerme, el Ser Supremo es un adicto al juego, a lo lúdico, un ente juguetón. Si tuviera que asemejarlo o compararlo con uno de mis profesores, formadores o educadores en el seminario menor navarretano, elegiría para dicho papel, sin dudarlo un segundo, a ojos cerrados, al navarro (de Ázqueta) Pedro María Piérola García, a quien le gustaba plantear acertijos, charadas, desafíos o retos lingüísticos sin cuento. Yo no he olvidado el día en el que escribió en la pizarra EGO SUM y nos preguntó qué significaba en latín. No aceptó nuestras respuestas: yo soy, yo estoy. A fin de echarnos una mano y que alguno se llevara el botín de chuches o gominolas que llevaba aparejada la resolución del enigma, colocó una R entre la E y la G de EGO, resultando ERGO. Antepuso COGITO y todos procedimos a hacer en nuestra mente el lógico descarte y caímos en la cuenta del primer principio de la filosofía de Descartes: “Cogito, ergo sum”, “Pienso, luego existo”.

A Dios, como a Piérola, sin ninguna duda, le gustaba jugar con las palabras y, por eso, precisamente por eso, y no por otra razón de peso (al menos, este menda desconoce que concurra otra en el asunto, que haya alguna más), le puso ese nombre a Adán, porque lo creó de la nada (léase al revés), su anagrama. Bueno, si no recuerdo mal, que puede, pues hace mucho que no sostengo entre mis manos el libro de los libros, la Biblia, en ella se cuenta que fue del barro, pero, aunque lo que cuento a continuación desapareciera, Él se dijo “borra, borra” y se borró, pero no le robó la idea a nadie. Con Eva debió ocurrir otro tanto; así que a nadie debería extrañarle que el saludo a la Virgen por parte del arcángel San Gabriel comenzara con su anagrama latino, Ave (léase al revés) María.

   Ángel Sáez García

   angelsaez.otramotro@gmail.com

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza. Casado (con la literatura —en traducción libre, literaria, “si la literatura no lo es todo, no vale la pena perder una hora con ella”, Jean-Paul Sartre dixit—, solo con […]

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