Pacos

Paco Sande

No es un problema de convivencia

Lo que ha ocurrido en Torre Pacheco o en Hernani, no es un problema de convivencia, es el resultado de una estrategia deliberada, el plan siniestro –llámese Agenda 20-30 o llamase “Wokismo”- de una elite en la sombra, que ha apostado por la desaparición de Occidente, empezando por Europa.

Suecia tiene ocho millones de habitantes.

Suecia está a punto de convertirse en un estado fallido y la razón es que, debido a su política de puertas abiertas a la inmigración, los servicios sociales suecos, que son extraordinarios, de pronto se encuentran con una llegada masiva de inmigrantes que ni se integran, ni se quieren integrar.

Y los ancianos suecos que tienen 70 u 80 años de edad, y que son cuidados por el sistema, de un manera extraordinaria, de pronto encuentran con que no pueden salir a la calle, ni pueden vender su vivienda y marcharse a otro sitio, porque, ¿quién va a comprar una vivienda en un pueblo de 10 mil habitantes donde cinco mil son musulmanes? Y lo que era el paraíso escandinavo se ha convertido en el infierno escandinavo.

El otro caso es Noruega, en ese país el ministro de cultura es un musulmán de origen paquistaní. Sus declaraciones cuando asumió el ministerio de cultura de noruega, fueron: Primero: “Yo no conozco la cultura noruega”, y segundo: “Voy a hacer todo lo posible por acabar con eso que ustedes llaman cultura noruega”.

Inglaterra ya es un chiste, los alcaldes de Londres, Oldham, Luton, Rochedale, Sheffield y Leeds, son musulmanes.

Hay 2.160 mezquitas y hay varias escuelas que imparten clases de Islam.

Mohammed ya es el nombre mas popular para los recién nacidos y el 10 por ciento de los niños menores de cinco años tiene como religión el Islam y en algunas ciudades, como por ejemplo, Birmingham, la segunda ciudad más grande el país, los musulmanes superan, por primera vez, a los cristianos.

Incluso algunos periódicos en su versión online, se vieron obligados a suspender la sección de comentarios para evitar opiniones del tipo de: “Inglaterra está perdida”.

Y esto lo han conseguido los musulmanes en menos de 25 años.

En Francia, para muestra un botón, en París, su capital, hay zonas en las que la policía francesa está excluida y son “patrulladas” por «policía islámica», que rigen sus propias normas emanadas de la «Sharia» o Ley Islámica.

Y en cuanto a Bélgica, según un informe oficial, algo que hay que coger con pinzas, se estima que el porcentaje de musulmanes, representa el 7¨51% del total de habitantes, pero en Bruselas, el porcentaje excede el 25´5% de la población.

El plan no se trata de ayudar al que viene, sino de destruir lo que ya está, erosionar la cultura Europea, diluir su identidad, borrar sus raíces, y sustituirla por, en el mejor de los casos, un híbrido que no será ni Europa ni África, sin historia y sin voz y en el peor, sustituirla completamente por una cultura arcaica, arraigada en la Edad Media, donde el ser humano esté supeditado a los caprichos de un Gobierno teocrático y fanatizado hasta el tuétano y donde la mujer tenga menos derechos que un perro.

Un plan que están llevando a cabo bajo el disfraz del buenismo a ultranza, y con el que han conseguido que los gobiernos de los países occidentales o, como se les conoció una vez, primer mundo, hayan optado por una política de fronteras abiertas, con el resultado de un flujo de inmigración ilegal masiva, con el colapso de los servicios públicos, con barrios convertidos en guetos, con una inseguridad creciente entre sus habitantes y con una población silenciada por miedo a ser señalada como racista.

Y esto es así y está ahí para ver, si no se quiere eludir la verdad o estar decidido a no mirar.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído