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Las 5 leonas atacan a un hipopótamo herido y pasa esto…

Pese a ser una especie herbívora y a su imagen aparentemente tranquila, este mamífero es tremendamente agresivo

El hipopótamo -herido en una disputa previa- se acerca al agua y es avistado por dos leones machos, que llaman a toda su manada para embestirlo.

Los felinos utilizan contra él dientes y garras, tratando de derribarlo, pero el paquidermo logra librarse y esconderse en su hábitat acuático.

Ocurre en la reserva de caza de Mala Mala, en Sudáfrica

Pese a ser una especie herbívora y a su imagen aparentemente tranquila, este mamífero es tremendamente agresivo, más que un león o un cocodrilo; ello se debe a su instinto territorial –considera al resto de especies una amenaza– y con sus 500 kilos de peso y el medio metro que miden sus colmillos, se trata de un animal temible

Al verlo de gran tamaño y bastante ‘excedido de peso’ pensamos que no tiene la capacidad de atacar.

Luego, cuando nos enteramos que su dieta está basada en vegetales y hojas o que se pasa la mayor parte del día en el agua, nos creemos que es un ser inofensivo. Pero, ¿sabías que los hipopótamos son peligrosos? En este artículo te contaremos por qué.

UNA BESTIA ENGAÑOSA

Si te preguntan: ¿cuál es el animal más temerario de África? Quizás respondas que el leopardo o el león. ¡Pero eso no es correcto!

Aunque no lo creas, el hipopótamo es el más peligroso de todo el continente y el que provoca más cantidad de muertes de personas y mamíferos de la región.

Incluso le ‘gana’ al temido cocodrilo, el cual está considerado como un ágil nadador y muy hábil en lo que a camuflaje se refiere: porque puede cazar animales mucho más grandes que él escondido en el agua salvo sus ojos.

El hipopótamo puede parecernos muy tierno y hasta bonito por su fisonomía robusta, sus grandes orificios nasales o sus pequeños ojos.

Sin embargo, está clasificado como el animal más agresivo del mundo.

Además, no tiene miedo de enfrentarse a otros ‘compañeros’ que viven en las mismas aguas, como el cocodrilo o el caimán.

En realidad, al hipopótamo no le cae en gracia tener que ‘compartir piso’, y busca la forma de acaparar la mayor cantidad de espacio vital en la superficie de agua y la costa que haya elegido para estar con su familia.

No es para nada un vecino amigable, sino con el que siempre se tendrán problemas.

No sucede lo mismo cuando busca un sitio en tierra donde quedarse; allí reduce el mal humor y el espíritu combativo… Al menos mientras haya comida disponible.

Si no consigue alimento o agua fresca dejará salir su lado más agresivo.

Si bien los machos son más salvajes en cuanto a territorio se refiere, las hembras se vuelven realmente poderosas cuando están criando a sus cachorros.

No tienen miedo a la hora de enfrentarse a un león, a una hiena o a cualquier otro depredador que quiera atacar a sus bebés.

El ataque de los hipopótamos a las personas

Hasta el momento hablamos del comportamiento hostil que pueden tener los hipopótamos en su entorno natural para protegerse de los depredadores, o bien para conseguir alimento y refugio.

¿Pero qué podemos decir en relación a los ataques de estos enormes mamíferos a los seres humanos?

Son conocidos los episodios en los cuales han volteado barcos o matado personas que se encontraban nadando en las aguas africanas.

Básicamente, esto se debe a que para un hipopótamo, cualquier ser vivo es una amenaza para su tranquilidad y su medio ambiente.

Ese instinto territorial es el que provoca una reacción que puede ser mortal en muchos casos.

Y lo que es más curioso aún es que el hipopótamo no matará a una persona (o a cualquier animal que lo moleste) para alimentarse… ¡Ya que es herbívoro!

Cuando la comida o el agua escasea consideran a los humanos o demás mamíferos como un enemigo que se quedará con su valiosa ración de frutas, hojas y plantas.

Cuando atacan utilizan su fuerza y su gran peso: entre 3 200 y 4 500 kilos según la edad y si son machos o hembras.

Además, tienen un arma muy poderosa: sus colmillos de casi medio metro de largo, con los cuales pueden triturar ramas y lo que se interponga en su camino.

Si bien no son los más atléticos de la sabana, lo cierto es que el hipopótamo tiene la capacidad de correr hasta 45 km/h, y cuando están ‘ciegos de furia’ no hay nada ni nadie que los pueda frenar.

Esta conducta agresiva y territorial es lo que en definitiva ha permitido a la especie mantenerse con vida.

Tienen muy pocos depredadores naturales de los cuales preocuparse, ya que ningún felino, por más hambriento o desesperado que esté, se atreverá a medirse con una mole furiosa de media tonelada.

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