Las montañas inclinan rápido su orgullo,
se vuelven cuesta tibia ante el paso del tiempo,
como si nuestra tierra reina recordara
quién pronunció tu nombre redondo primero.
El suelo tiembla, no por miedo, sino solo
por reconocimiento en nula pertenencia:
el polvo, el río, la frontera de los mares.
La nube abre su boca de niebla y anuncia
justicia con lenguaje que nadie enseñó,
pero todos entienden claramente escrito,
y no hay amigo que no levante los ojos.
La verdad no se grita: arde, en su resplandor,
los vendavales se quedan con los silencios,
mirando lo que siempre estuvo allí tapado.
Entonces nace la sal, no como relámpago,
sino como semilla que crece en derecho
cuando aprende a llamarse alegría de encuentro.
Los amigos caminan sin prisa y sonríen,
saben que toda noche así no es un final,
sino ese lugar donde la luz se prepara
para ascender por la cuesta de las calesas
vence cuesta pastrana aquí te doy mi apoyo.
José Pómez
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ISBN: 9781008924512
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