CRISIS POLÍTICA EN EL PSOE TRAS EL ENCARCELAMIENTO DE SU EXSECRETARIO

En la Moncloa temen que Cerdán, entre rejas y bajo presión, se descomponga y ‘cante’ contra Sánchez

El ingreso de Santos Cerdán en Soto del Real abre un escenario de incertidumbre política y personal, mientras Moncloa teme que el exdirigente socialista decida romper su silencio

Santos Cerdán (PSOE)
Santos Cerdán (PSOE). PD

Todo en el aire.

Y la certeza de que la angustia del preso ira en aumento a medida que pasen los días y que vive con el alma en vilo, pensando en su familia y en que lo han cogido de penitente.

La escena, tan insólita como demoledora, ha dado la vuelta al país: Santos Cerdán, hasta hace poco mano derecha de Pedro Sánchez, cruzando el umbral de la prisión de Soto del Real.

La imagen, “desgarradora” según la portavoz gubernamental Pilar Alegría, pone rostro humano a la mayor crisis política vivida por el PSOE en la última década.

No es para menos.

El hombre que tejía acuerdos con independentistas y mantenía los equilibrios internos del partido duerme ahora en una celda de diez metros cuadrados, acusado de ser el cabecilla de una trama criminal para amañar obras públicas a cambio de comisiones.

Primeros días tras los barrotes: miedo, soledad y un silencio que inquieta

El aterrizaje de Cerdán en prisión ha sido brusco. Tras su llegada en furgón policial, el exsecretario de Organización fue sometido a los trámites rutinarios: registro, toma de huellas, revisión médica y entrega del kit básico para internos. Pasará un máximo de cinco días en el módulo de ingresos antes de ser reubicado definitivamente. Allí, la vigilancia es extrema: Cerdán comparte patio con presos magrebíes y está vigilado por otro interno designado como “preso de confianza”. Su primera visita fue la de su abogado, curtido en causas turbias y conocido entre los funcionarios como “el letrado de la cloaca”.

La primera llamada telefónica desde prisión no fue a un compañero del partido ni a su círculo político más cercano. Fue para su esposa. Antes incluso de entregar su alianza matrimonial —un gesto cargado de simbolismo carcelario—, Cerdán quiso asegurarse del bienestar familiar. El aislamiento, la incertidumbre sobre sus hijos y el futuro inmediato pesan más que cualquier estrategia judicial.

La preocupación crece: ¿cambiará Cerdán el guion y ‘cantará’ ante el juez?

La preocupación se extiende por igual dentro y fuera de los muros penitenciarios. Según fuentes socialistas consultadas por varios medios digitales en las últimas horas, Moncloa teme que Santos Cerdán, ante el endurecimiento de las condiciones carcelarias y la perspectiva realista de una larga estancia preventiva, decida romper su silencio y revelar información comprometedora que podría salpicar directamente a Pedro Sánchez.

El propio José Luis Ábalos, exministro caído en desgracia por el mismo caso, lo resume sin ambages ante sus allegados: “La cárcel ablanda; Cerdán ya no es el mismo”. La frase resuena en Ferraz como una amenaza latente. Nadie olvida que Cerdán atesora detalles sobre las negociaciones políticas más delicadas —incluidas las mantenidas con Bildu y PNV— y sobre la gestión interna del partido durante los años más convulsos del sanchismo.

Un relato explosivo: licitaciones millonarias y fondos europeos bajo sospecha

El sumario judicial desvela que tres de los proyectos investigados fueron anunciados durante el año electoral 2019; un cuarto buscaba salvar in extremis la alcaldía socialista en Sevilla. Según la declaración del propio Cerdán ante el Supremo —en la que solo respondió a su abogado—, muchas adjudicaciones públicas fueron impulsadas “por interés electoral” e incluso se usaron fondos europeos para satisfacer compromisos políticos concretos. Estas afirmaciones han encendido todas las alarmas en el Gobierno, donde se teme que nuevos datos puedan implicar directamente al núcleo duro socialista.

El juez instructor Leopoldo Puente no ha dudado: prisión provisional sin fianza por riesgo de fuga y destrucción de pruebas. La Fiscalía Anticorrupción considera a Cerdán “el jefe” de una organización criminal perfectamente estructurada para penetrar instituciones públicas mediante amaños y tráfico de influencias. El PSOE insiste en desvincularse como organización jurídica; pero la sombra sobre Moncloa es alargada.

La oposición carga contra Sánchez: moción de censura en ciernes

Mientras tanto, Alberto Núñez Feijóo no ha perdido tiempo. El líder del Partido Popular explora apoyos parlamentarios para una moción de censura contra Sánchez, utilizando el encarcelamiento del ex número tres socialista como prueba irrefutable del colapso moral del Gobierno actual. Ayuso va más allá: “Hoy toda la ONU sabe ya lo que pasa aquí”, ironiza desde Madrid.

Las declaraciones oficiales socialistas intentan mantener la compostura. Pedro Sánchez recalca que actuaron con “contundencia”, apartando a Cerdán nada más conocerse las investigaciones; la vicepresidenta Montero se limita a señalar que “el juez tendrá sus motivos”. Pero el daño está hecho. El escándalo erosiona no solo al partido sino también al relato personalista sobre integridad con el que Sánchez ha construido parte de su liderazgo político.

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