Si algo nos ha dejado claro el pasado fin de semana, es que en el PSOE no hay hueco para el debate, la inteligencia o la decencia.
Ese entramado político-empresarial trufado de corruptos y arribistas ha unido su destino al de Sánchez y su final será igual de catastrófico que el del marido de Begoña y su cuadrilla de maleantes.
Nada puede aportar un engendro así a España y lo mejor es que desaparezca del escenario.
Quizá por eso me ha rechinado que en su discurso de clausura ante la Convención Nacional del PP, cuando subrayaba su intención de gobernar en solitario, Feijóo hablase de un Ejecutivo que trabajará en alianzas con todos los grupos parlamentarios, ‘sin vetos a VOX como pide la izquierda y sin vetos al PSOE como pide VOX’.
No creo y menos conociendo a Tellado, su expeditivo Nº-2, que entre los dirigentes populares abunden los pardillos convencidos de que hay un PSOE bueno y razonable, distinto a la jauría que increpaba a Page a la puerta de la sede-puticlub de Ferraz.
Eso me lleva a pensar que el énfasis en la ‘moderación’ tiene como objeto, además de pescar en el centro, evitar una movilización de la izquierda similar a la de 2023.
Entonces y a pesar de ser los más votados en las elecciones generales, la aritmética parlamentaria y esa ignominia que es la Coalición Frankenstein donde se unen al PSOE xenófobos catalanes, derechona vasca, proetarras, ultraizquierda periférica y todo tipo de zarrapastrosos, privó por 4 escaños a los populares de un poder que tocaban con la punta de los dedos.
No parece que ese fiasco se pueda repetir, pero Feijóo no se fía y hace bien, porque la propensión a pifiarla del centroderecha español es infinita.
Sigo pensando que tendremos elecciones antes de que finalice el año y aunque no es lo mío, me voy a atrever a darle unos consejos a Abascal.
Yo, si fuera el líder de VOX, no insistiría más en eso de que PP y PSOE son lo mismo, sino en que no podemos fiarnos de los populares.
Que si llegan solos al Gobierno, envueltos en su natural propensión al chalaneo, repetirán los pufos y gatillazos de Rajoy y no se atreverán a dar marcha atrás a las desquiciadas leyes y medidas que ha impuesto la izquierda desde Zapatero para acá.
Me postularía como la clave de la renovación, como el depositario del ‘voto útil’, como el instrumento para hacer a España grande, limpia, decente, sensata e ilusionante, otra vez.
Y si VOX saca más de 40 escaños, lo que parece al alcance de Abascal, al Gobierno de España y que salga el sol por Cartagena.
