El PSOE está tieso y va a seguir estándolo porque la realidad es ésta: los llamados recortes sociales no desgastan al PP.
Las encuestas -hechas por las mismas empresa que anunciaban la mayoría absoluta para Mad Mas– sostienen que el PP y el PSOE, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, se hunden en intención de voto, pero los datos las contradicen.
Hace una semana de las elecciones al Parlamento catalán y de todas las combinaciones hechas por los analistos de turno hay una que olvidan. Los partidos que están aplicando recortes en sanidad, educación, pensiones y demás servicios, CiU y PP, suman mayoría absoluta: 69 escaños. Los partidos contrarios a los recortes y que han formado gobierno en otras ocasiones, ERC, PSC e ICV, se quedan en 54.
CiU y PP sumaron en las elecciones regionales de 2010 1.589.896 votos y en las de 2012, con las subidas de impuestos, el cierre de hospitales (en Cataluña), el copago, el céntimo verde en las gasolinas… bajaron a 1.583.538. Es decir, menos de 7.000 votos de pérdida con 10 puntos más de particcipación.
El bloque contra los recortes sumó 1.025.230 votos en 2010 y en 2012 1.378.482 votos. Ha subido, sí, pero queda 200.000 votos por detrás de CiU y PP. Los siervos del mercado derrotan de nuevo a los paladines de la política. En los tebeos de la izquierda, los malos derrotan a los buenos.
En las elecciones de Galicia de octubre, el PP aumentó su mayoría absoluta en el Parlamento, de 38 escaños subió a 41. Es verdad que el PP perdió 135.493 votos, pero el PSOE cayó todavía más: de 524.488 votos en 2009 a 293.671 en 2012, una pérdida de un 44%. La gran figura de la oposición a Núñez Feijóo es el funcionario septuagenario José Manuel Beiras. «Y Franco, ¿qué opina de esto?»
Por último, en las elecciones vascas, donde intervienen otros factores aparte del económico, el PP bajó, pero es que el PSOE se estampó. Pese a gobernar y oponerse a las medidas de Rajoy y Merkel como la Liga de la Justicia, los socialistas vascos perdieron la presidencia y un tercio de sus votos.
La conclusión es irrebatible. La política anti-social, de desmantelamiento del Estado de Bienestar, de retroceso de décadas en derechos sociales y otros eslóganes puestos en circulación por el PSOE, El País y el Wyoming perjudica más a los socialistas que a los peperos.
En ningún momento el PSOE y sus gerifaltes, desde Glez a Zparo, han reconocido que se han equivocado en sus derroches ni han propuesto una alternativa creíble. Según el vídeo del perdón, el Gobierno del PSOE tenía que haber obligado a la Iglesia a pagar el IBI (¿y a las sedes del PSOE?). ¿Es éste el programa socialista? Parece que sí.
La situación es grave, la pobreza está creciendo, no hay dinero para pagar muchos servicios, la juventud que puede se va de España, se suben los impuestos a la clase media… y la izquierda propone que el Estado se invente más dinero, defiende el aborto y la eutanasia como derechos inalienables, homenajea al mayordomo del hombre más rico del mundo y ocupa la calle con sus tamborileros. Sus cerebros, como Odón Elorza y Rosa Regàs sostienen que la ola separatista levantada por Mad Mas en un truco pactado entre el PP y CiU para distraer a la gente. ¡Adónde van con semejantes análisis y propuestas!
El PSOE y el sindicato único UGT-CCOO han perdido toda credibilidad. Los editoriales y reportajes de El País sobre los inmigrantes ilegales que se van a morir porque no se les atiende en los hospitales españoles causan asco cuando se recuerda que Cebrián (13 millones de euros de sueldo) ha echado a casi 150 empleados con la reforma laboral del PP.
Y como Mariano Rajoy consiga que la economía mejore un poquito (algunos afirman que esa recuperación ya ha empezado, en la bolsa y las notarías), el PSOE volverá a perder las elecciones, aunque esa vez puede que pase de segundo partido de España a tercero.
