«El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago. Woody Allen, actor y director de cine norteamericano.
El pasado fin de semana estuve en Oviedo. Es una ciudad preciosa que visito a menudo para disfrutar de ella y para ir a la ópera en el teatro Campoamor. Como sabrán, en la calle Milicias esquina con Uría hay una estatua de Woody Allen a tamaño natural.
Al volver a verla una vez más recordé una de sus frases, la que figura más arriba, con la que estoy totalmente de acuerdo.
Los políticos, al menos los de España, tienen como especialidad crear problemas donde no los hay y buscar fórmulas para enmarañarlos de tal modo que sea imposible su solución. Tras el 20D nuestros políticos llevan dos meses enmarañando las cosas de tal forma que ni ellos ni los ciudadanos vemos que solución- si es que la hay – es la mejor para que España camine, y camine por el buen camino, porque se vislumbran caminos muy tortuosos. Mientras, España espera.
España espera sentada en las salas adyacentes a los despachos de los políticos a que alguno de ellos la priorice a sus intereses de poder. No hay ni un solo partido, ni un solo líder de esos partidos que ponga a España por delante de sus ansias de poder.
Señores políticos, ¿serán ustedes capaces de hacer que España, por fin, se levante de la silla en la que permanece esperando desde que se instauró la democracia? ¿Tendrán la generosidad de olvidar sus interese bastardos y construir el país que debe ser España y no el país que ustedes diseñan para obtener los beneficios del poder?
Mientras los despachos de los políticos están ocupados hasta arriba por sus intereses de partido, de poder y personales, en las salas de espera colindantes con esos despachos, un país espera. Lleva esperando toda la democracia a que el despacho presidencial de la Moncloa sea ocupado por un hombre o una mujer que, priorizando a España sobre todo lo demás, con la valentía, la gallardía, la generosidad, el coraje, la determinación y la inteligencia necesarias; abra la puerta del despacho y le diga a España lo que Jesús dijo a Lázaro: LEVÁNTATE Y ANDA
