Jesús Millán Muñoz

Solitarios: Ana Frank

Solitarios: Ana Frank
Jesús Millán Muñoz. PD

¿Qué es el ser humano? ¿Esta es la gran pregunta a la que nos enfrenta, Ana Frank y su vida y su Diario y su época-tiempo?

¿Qué es lo que es el ser humano individual, qué es el ser humano en grupo-sociedad-colectividad? ¿Qué puede hacer el Estado?

¿Cómo una sociedad o parte de ella, o cómo un Estado o parte de Él, cómo una sociedad-cultura que era de las más desarrolladas, en multitud de parámetros del mundo, no solo de Europa, fue capaz de llegar a realizar, no toda la sociedad, pero una parte, ser capaz de hacer esto…?

¿Explicaciones psicológicas de los líderes es suficiente…? ¿Y por último sucedieron otras masacres, o han sucedido después en el mundo?

¿Y cómo evitar que no vuelva a suceder otro fenómeno así, en ningún lugar del mundo, ni ahora, ni dentro de cincuenta años…?

1. Annelies Marie Frank, 1929, Alemania, + Bergen-Belsen, 1945.

Es imposible en mil palabras, incluir lo esencial de una vida, de un tiempo, de una época, de una historia. Es enormemente complejo sinterizar afectos y emociones, conceptos e ideas, épocas y tiempos, en un modesto artículo, indicar aspectos esenciales de una cuestión o tema o persona. Es más, hay artículos que no habrías deseado escribir, por la historia que reflejan, y éste es uno de ellos, ojala, a ninguna persona-niña le hubiese sucedido lo que la historia le trajo a esta niña-mujer. Pero con todo el temor debido, sabiendo que es imposible sintetizar toda la dramaticidad de esta vida, y del tiempo que refleja, creo que como articulista me veo en la obligación de tratar temas y cuestiones, que no son agradables, que son enormemente dramáticas, para al menos, ofrecer un pequeño homenaje a esta niña-adolescente-mujer, un pequeño homenaje a los millones de seres humanos que se quedan en las cunetas o entre alambradas, ayer y hoy, y de ese modo, quizás mañana no sucedan los mismos hechos con otras banderas y otros colores y en otras tierras.

– Siempre me hago preguntas que no puedo contestar, y supongo que a usted estimado e hipotético lector/a no sé si le interesarán, pero que constituye diríamos una fibra de la vida-existencia-existir del ser humano. Ana Frank murió unos días antes de ser liberado dicho campo. Diez días, diez días, sólo diez días…

Si hubiese aguantado su mente y su cuerpo, su cerebro y su alma unos días más, posiblemente habría sido liberada, curada, alimentada, y hoy, quizás a día de hoy, en estas fechas, habría fallecido en algún lugar tranquilo de Norteamérica o de Israel. Me pregunto habría tenido hijos o hijas, habría tenido nietos o nietas. Habría sido una persona normal, con mayor importancia o menor, quizás, ni siquiera hubiese publicado su Diario, porque quizás no lo hubiese encontrado, quizás se habría hecho escritora, o quizás, solo Dios o Yahvé lo sabe.

Unos días, unos cientos de horas para la liberación…

– Pasarán siglos y creo que los seres humanos, la humanidad no entenderá, no ya la segunda guerra mundial, que posiblemente hay docenas de razones para entender, lo no entendible, pero el fenómeno de la Shoah o del Holocausto no se entiende, no se entenderá-comprenderá, dentro de una catástrofe-tragedia, la guerra, otra catástrofe-crueldad-tragedia individual-colectiva de millones de personas, simplemente, por el delito de ser judíos, muchos de ellos hay que decirlo, siendo ateos, solo por haber nacido de un padre o madre judía. Seis millones muertos, y muertos en condiciones horripilantes, otros millones desplazados, huidos, y en multitud de otras circunstancias. Cierto es en esos cientos de campos de concentración y exterminio, murieron millones de personas por otras supuestas razones o ideologías o etnias o circunstancias.

Hay que decir, que yo no soy judío, por ninguno de los ocho costados, como en la egregia España de hace cuatro siglos, en frase simbólica expresaban. Pero este horrendo suceso, que nunca comprenderemos-entenderemos, ni como individuos, ni tampoco, la sociedad-historia-humanidad, habría sido igual de dramático si hubiese sucedido a cualquier otra etnia-religión-pueblo-ideología, etc.

Es como si el mundo, en un momento se hubiese vuelto irracional o loco. O como algunos autores, indican, los «medios que utilizaron eran racionales, era la industria racional del extermino, eran métodos racionales e instrumentales racionales, incluso tomados de algunos aspectos de metodologías científicas», pero el fin, el fin, exterminar a un pueblo, a una religión, a unas personas, pero por millones, de todas las edades, sin ningún motivo, solo ser judío o tener un padre judío, «era-fue-es un fin irracional, una meta irracional».

Lo que nos lleva a hacernos muchas preguntas, demasiadas y tan grandes, que es imposible contestar, entre otras ¿qué llevamos dentro, la humanidad, llevamos dentro de nosotros, paraísos, pero también llevamos infiernos, infiernos para nosotros y para otros…? ¿Acaso habría que preguntarse el relativismo-materialismo-hedonismo moral y ético, aumenta la posibilidad de que estos hechos sucedan o puedan volver a suceder…? ¿Erradicar de la mente y de los corazones, como muchos intentan, la idea de Dios, de un Dios moral y racional, aumenta la posibilidad de que estos hechos sucedan, o vuelvan a suceder…?

Pasarán los siglos y milenios, y esperemos no se vuelva a repetir, pero cómo el pueblo más culto de Europa, el alemán, o parte de ese pueblo, y sus dirigentes, o parte de sus dirigentes, se les ocurrió esta medida-norma-actuación, y cómo fueron capaces de aplicarla, tan eficiente y sistemáticamente… ¿Qué somos en el fondo, este es el grave problema…? ¿Somos conscientes de lo que somos o de lo que podemos ser o de lo que podemos hacer, tanto de bueno y maravilloso, como tanto de malo y negativo y pernicioso en grados inconcebibles…?

– ¿Pero la gran pregunta, podríamos la humanidad, en algún lugar del mundo, con las condiciones concretas que sean, volver a repetir este hecho o fenómeno? ¿Y ahora con el poder tecnocientífico, que tenemos en todos los campos del saber y de la realidad y actividad humana, y podríamos con la demografía actual, con la enorme capacidad de acumulación de datos que se disponen…? ¿Ahora o mañana, de repetirse un fenómeno así, es imposible prever los resultados, podrían ser cifras que superan la inteligencia humana…?

¿O incluso una segunda gran pregunta, sucedió, al mismo tiempo, en otros territorios, con otras banderas, otros fines, sucedió algo similar, en esa misma época…?

¿La tercera gran pregunta, de alguna manera y de alguna forma, lustros o décadas después sucedió un fenómeno semejante, utilizando otras supuestas razones…? ¿O ha sucedido, en mayor o menor grado, en estos últimos años, algunos hechos que podrían ser equiparables?

¿Cuarta grave pregunta, podría volver a suceder hoy, podría suceder dentro de diez o veinte años…? ¿Volvemos a la primera pregunta, después de dar una vuelta a la historia reciente, aunque no hayamos puesto nombre, después de dar una vuelta a estos últimos ochenta años…?

No voy a poner nombres, pero de estas cuatro graves y grandes preguntas, todos sabemos, si es que no miramos hacia otro lado, que han sucedido, han vuelto a suceder, se han repetido, de alguna manera o forma. La cuarta es la que estamos intentando, de docenas de modos, en el mundo, por millones de seres humanos, que no vuelva a suceder. En mi caso contribuyendo con este modesto artículo.

– Como cifra para que reflexionemos, de los ciento diez mil judíos que desde los Países Bajos fueron trasladados a campos de concentración, solo quedaron con vida, después de la guerra cinco mil o cinco mil sobrevivieron.

2. Para terminar, parece ser que Ana pasaba en el refugio la mayor parte de su tiempo leyendo y estudiando. Para mí, esto es una metáfora-realidad-símbolo-imagen, de la humanidad. Incluso en el peor de las situaciones, metidos en un cubículo, escondidos, durante meses, una persona, todavía no se derrumba del todo, y es capaz de continuar leyendo, continuar estudiando. Es el símbolo de la esperanza. De la esperanza de la humanidad. Dentro de la enorme tragedia de la vida de esta persona, y como ésta hubo cientos de miles, millones, como ésta ha habido millones antes y después de este tiempo. Nos enseña que el ser humano puede y debe seguir existiendo. Y nos enseña que debemos buscar modos y formas y conceptos e ideas y emociones y sentimientos, para que esto, no se vuelva a repetir. Aquí mi pequeño homenaje a todos los niños y niñas, adultos y adultas, que se han quedado como flores rotas-truncadas a lo largo de la historia, incluso a los que queden en el presente o los que se quedarán en el futuro. Aunque esperemos y deseamos que esto no se vuelva a repetir o algo similar a esto o algo parecido a esto.

Hay una frase que al preguntarle al padre sobre su hija Ana, indicó: «Nunca supe que mi pequeña Ana era tan profunda». Quién sabe si perdimos un Premio Nobel, quién sabe cuántos hijos y nietos habrían nacido de esa persona, quién sabe cuántos miles se habrán perdido que nunca nacerán de esa persona, ni de sus descendientes… Ahora multipliquen ustedes esto por millones. Ya decíamos al principio, que «este fenómeno de la shoah supera mi inteligencia-comprensión-entendimiento-conocimiento», y creo que el de la humanidad… Bueno, bueno sería recordarlo en la Piel de Toro, cuándo en vez de hablar-dialogar-pacificar, parecen que ladran, unos y otros, otros y unos… Aviso para caminantes hoy y viandantes de hoy. A veces, se empieza con voces, y se termina con alambradas…

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