Juan Pérez de Mungía: «El impostor vidriera»

Juan Pérez de Mungía: "El impostor vidriera"

José María Ángel Batalla ganó todas las batallas y perdió la guerra. No le importa. Llega a tiempo de haber disfrutado de la ganga. A nadie le importa el goteo incesante de las estafas. Ganar dinero por nada es como una droga contagiosa. Es dificil reconocer la esquizofrenia. Le pasó al joven Gabriel Montoya con  Suárez Trashorras al que sirvió de cómplice en el 11M. Es como Enric Marco que vivió de la compasión ajena, alegando la experiencia que no había tenido, haciéndose pasar por superviviente de un campo de exterminio. La cultura mafiosa de El Pais que pretende extender la acusación a todos los partidos, incluyendo a quién traicionó a Vox, y se mantuvo en el cargo. A El Pais, no le importa sacrificar el juicio que merece una democracia llena de corrupción a cuenta del PSOE. Vivir de la compasión ajena, vivir por la cara. La cara de impostor de Sánchez, la cara de tantos de sus turiferarios, estómagos agradecidos, vulgares ganapanes. El impostor Batalla declara con desparpajo: «Jamás» he falsificado un documento y «jamás» me he valido «de un documento falso para acceder a un puesto», dice en su misiva al ministro Torres, otro de la misma cuerda. El hombre que nunca estuvo allí. Con la escuela de Sánchez cualquier práctica parece legítima. Machiavello explica que los hombres primero buscan el poder, luego el prestigio. El prestigio se compra con el poder, el conocimiento y la competencia, luego, se te supone. El sujeto del supuesto saber, según Lacan, el artificio de suponer nobles a canallas, y sabios a los monarcas pusilánimes.

Batalla no ha falsificado ningún título, ha sido otro. Sánchez no hizo su tesis, se la hicieron. Cualquiera que actúe por mercenario interpuesto comete el mismo delito y se le aplica la misma pena. Hitler nunca mató directamente a nadie. A Sánchez le hacen el trabajo sucio, como le hicieron su manual de resistencia. Aspirante Leire Díez. No hay nada como trabajar con negros, o negras. Se compran por anticipado a cuenta de la posición que ya se ocupa. Es suficiente con intentar engañar a una entidad pública, no es necesario que le den ventaja. El título que acredita la formación de Batalla es de 1983, una formación entonces inexistente. Es tan cutre, tan vulgar y tan falso que ni siquiera se tomaron la molestia de falsificar una acreditación existente. Como tantos otros conocidos y no conocidos que vienen con un impecable título obtenido en el extranjero de una institución desconocida. La búsqueda de los documentos que acreditan la realización de una tesis doctoral desaparecen de la biblioteca una vez presentadas. Se acredita formación en un programa de estudios que no existía, para la que no existía ningún programa.

Si con ese título se accede a un cargo público, se cobra un sueldo y se recibe algún beneficio del Estado, es una estafa agravada, un fraude a la Administración Pública; conlleva una pena de 1 a 6 años de prisión, multa de 6 a 12 meses y si el importe defraudado supera los 50.000 €, está sujeto a agravantes (Art. 250 CP). ¿Pero qué necesita un gobernante para hacerse pasar por competente cuando es un simulador que extiende sus garras a las bases públicas de datos tanto como a la riqueza ajena con una política confiscatoria?. Todo el mundo sabía la farsa de Puigdemont y sus titulaciones académicas, y callaban, como callaban los Maragall de turno con la estafa Pujol;  bien sabían la técnicas quirúrgicas sobre el presupuesto público con un ordinario 3%. Pujol, un canalla que expropia los derechos de sus hermanos en modo exculpatorio, mientras acepta la enfermiza avaricia y voracidad de Ferrusola, la feminazi catalana, que veía misales en lugar de millones.

¿Cómo obtuvo plaza Batalla como funcionario público en el grupo A2? ¿Aportó el título falso de 1983? La primera pregunta no tiene respuesta, la segunda es de imaginar porque con la tercera no podría haber obtenido la plaza y la cuarta carece de explicación; en 1983, para acceder a lo que hoy es el Grupo A2 de la Administración –antes denominado B–, se exigía estar en posesión de un título universitario de primer ciclo. El fraude se hizo evidente cuando fue denunciado por un ciudadano anónimo. Sorprende de qué modo y en qué grado medran estos lacayos socialistas que deben su éxito a obtener amparo del delincuente de turno, especialmente cuando parte de sus emolumentos nutren la caja del partido. Todos los diputados del partido tienen una cuenta única de tal modo que nunca es posible saber quien recibe qué, de dónde, el criterio normativo de la hacienda pública que la mafia socialista incumple sistemáticamente. Vox vende pulseras y recibe donaciones finalistas y el Tribunal de Cuentas le multa. El PSOE obtiene beneficios de particulares, no desglosa de quienes son las mordidas, de qué proceden, y de quien recibe donaciones y le premian. Porque un pobre mancebo robó sólo un huevo, al sol bambolea y otro se pasea con cien mil delitos, cuando pitos flautas, cuando flautas pitos. El PSOE ha logrado  superavit a base de todo tipo de delitos y toda clase de delincuentes como corresponde a un sistema mafioso presidido por el conocido como puto jefe, el chuloputas, el aliado proxeneta vicario.

Batalla, ha sido desde 1983 funcionario de carrera en la Diputación de Valencia, Cuatro años después Alcalde de L’ Eliana durante 18 años y compatibiliza su cargo como senador por la Comunidad Valenciana. Para ser alcalde se puede ser tan analfabeto como tantos. Nada exige tener formación. Hay alcaldes que no saben ni leer ni escribir. Sin embargo, si era necesaria una acreditación académica para obtener la condición de funcionario de carrera en el Grupo 2. La brillante carrera como dirigente del PSPVPSOE incluye diversas responsabilidades, ser portavoz en comisiones parlamentarias y obtener cargos ejecutivos a nivel provincial. Desde 2015 hasta el 2023 vino a ser Director General de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias. La competencia se le supone a quien ostenta un cargo. Se conoce como postverdad. En diciembre de 2024 Batalla asume la responsabilidad de Comisionado Especial del Gobierno para la Reconstrucción tras la DANA, nombrado por Víctor Torres, Ministro de Política Territorial y Memoria Democrática.

Durante 43 años ha estado drenando el presupuesto público en su beneficio, sin mérito y sin capacidad demostrada de acuerdo con los principios constitucionales siempre vulnerados. Se ha llevado a su caja salarios millonarios de los que carece la mayor parte de los empresarios de este pais, sin mas mérito ni requisito que gustar a aquel de quien dependía su existencia. Ahora se jubila tras detectarse el delito de falsedad documental en documento público. Una historia donde el mérito y la capacidad del personaje cuestionado queda sobradamente demostrado según Diana Morant. No en vano es ministro de universidades. La cultura del choteo y la gracia, la red mágica del conseguidor. Porque no es necesario tener ningún tipo de formación para hacer un buen trabajo, según Diana, según Yolanda. La enfermedad de la titulitis según la ministro de universidades, la ministro de los títulos académicos.  Basta con no ser tan idiota como para no cobrar por lo que no produce.

El resultado de esta emocionante película de suspense sociata acabará en manos de la injusticia,  de la impunidad, singular patrimonio de Sánchez. ¿Cuando sabremos del tesoro financiero que acumula el sátrapa en la República Dominicana?. ¿Cuando conoceremos los devaneos que teme por Pegasus de la mano de Mohamed VI?. Es la naturaleza del socialismo, el empeño en servirse de la condición de esclavo del sátrapa, o de ser sátrapa, para obtener lo que se niega a cualquiera que se deba a sí mismo su éxito. Representa el tipo del que roba un puesto de trabajo gracias a las herriko-tabernas del PSOE, donde se cuecen las habas de los oportunistas. Batalla es un pobre diablo, la punta del iceber que despilfarra, que revela cómo se evalúan los candidatos en las oposiciones públicas, en los puestos de la administración, en los cargos políticos en este país de las maravillas, donde Begoña vino a ejercer de directora de un programa universitario y catedrática tras no tener mas experiencia que la de contable en los prostíbulos de los que se ha lucrado con su marido. Y peor será cuando la recluta de la Administración proceda de los másteres bendecidos por la Moncloa. Sánchez es un impostor vidriera que tras caer en los hechizos de su mujer, conocedora de la sabiduría de las madam, que tuvo a bien concederle todos sus gustos y sus gastos al doctor cum laude. ¿A quien le importan sus imitadores? El vidrio es tan frágil como el fraude.

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