Muerte

Soportar lo insoportable

A veces el milagro de Dios no está en la curación

Faustino Pérez-Manglano
Faustino Pérez-Manglano. PD

“Estoy dispuesto a recibir de Dios todos los pequeños sufrimientos que quiera mandarme. Son tan insignificantes y los recibo con tanto gusto que son felicidades…” “Soy muy feliz. No sé lo que me pasa. Se siente algo por dentro de uno. Un amor tan enorme hacia Él, que me ha llevado siempre tan de la mano, que no me ha dejado caer, ni una sola vez…”.

Dicho así podría parecer que estas palabras pertenecen a una persona a la que la vida no ha maltratado excesivamente, y que no sabe lo que son problemas de verdad. Pero no es así.

Estas palabras pertenecen a Faustino Pérez-Manglano [1946-1963], un niño valenciano que a los catorce años de edad le diagnosticaron un cáncer incurable.

Tras tres años de sobrellevar la enfermedad, yaciendo en el que ya sería su lecho de muerte, Faustino llamó a su madre, y a duras penas tras, enderezar su dolorido cuerpo, sin una sola mueca de dolor, ni un solo quejido, se dejó caer en los brazos de ella, exhalando su último aliento. Eran las 23:20 h, del día 3 de marzo de 1963.

La gran ilusión de Faustino era llegar a convertirse en misionero para predicar el Evangelio en los rincones más remotos del planeta; sin embargo, Dios tenía otros planes para él.

Durante los tres años que vivió, desde que le diagnosticaron la incurable enfermedad, jamás se quejó ni se le oyó el mínimo lamento. Todo en él era sonrisas, dar alabanzas a Dios, y ánimo a sus padres.

Tres días antes de su muerte, su capellán le visita, y tras intuir el sufrimiento insoportable que el adolescente trataba de disimular, le preguntó: – ‘¿Cómo te encuentras, Faustino?’ – ‘Estoy bien, padre’ – ‘¿Te duele?’ – ‘Depende de la perspectiva…’ – ‘¿Qué quieres decir?’ – ‘Bueno, pues que hay otros muchos que sufren más que yo’.

Faustino está en estos momentos en proceso de beatificación, habiendo sido ya declarado ´Venerable´, por el Papa Benedicto XVI el 14 de enero de 2011..

Sobre su vida y testimonio de amor y fortaleza cristiana en la tribulación, se han publicado diversos libros, traducidos a diferentes idiomas, pero la historia de Faustino no la conozco por haberla leído, sino porque me la contó personalmente su padre, el doctor Faustino Pérez-Manglano, en 1978, meses antes de abandonar este mundo, para ir al encuentro de su hijo en el Paraíso.

A veces el milagro de Dios no está en la curación, sino en la fortaleza para soportar lo insoportable.

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Autor

Antonio Gil-Terrón Puchades

Antonio Gil-Terrón Puchades (Valencia 1954), poeta, articulista, y ensayista. En la década de los 90 fue columnista de opinión del diario LEVANTE, el periódico LAS PROVINCIAS, y crítico literario de la revista NIGHT. En 1994 le fue concedido el 1º Premio Nacional de Prensa Escrita “Círculo Ahumada”. Ha sido presidente durante más de diez años de la emisora “Inter Valencia Radio 97.7 FM”, y del grupo multimedia de la revista Economía 3. Tiene publicados ocho libros, y ha colaborado en seis. Actualmente escribe en Periodista Digital.

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