Muy Señor mío:
Tras felicitarle por haber alcanzado -¡POR FIN!- el cargo de Presidente del Gobierno de nuestro País; no tengo más remedio que referirme a lo ocurrido cuatro días antes de su nombramiento.
El Presidente saliente, Señor Zapatero, presidió una reunión en la que determinó que el Señor Bono, ex Presidente del Parlamento, cobraría, a partir de ese momento, 11.000 € mensuales de sueldo; acompañados de un coche, escolta, oficina y secretaria. Dicho y oído en Intereconomía Radio.
Que no es más que otra de las acciones deplorables y rateras que ha venido realizando durante todo su mandato de mal gobernante y falsario pajarraco político. Al que hay que preguntarle, si se ha enterado de los cinco millones y medio de trabajadores que ha dejado en el paro.
Y si conoce a los muchísimos ciudadanos que no pueden pagar la hipoteca del piso, y están siendo arrojados a la calle por la policía democrática que tenemos en esta desgraciada España.
Y el irrisorio socialista Señor Bono, cobrará catorce pagas al año de 11.000 €, debido a las dos pagas extraordinarias -insisto una vez más- que estableció el Generalísimo Franco. Es decir, en Diciembre por la Navidad y en Julio como recordatorio del Alzamiento Nacional, que ocurrió el 18 de Julio de 1936. Que por cierto, la paga extraordinaria de Diciembre, la pagan en el mes de Noviembre y la que recuerda el 18 de Julio, la pagan en Junio, para que no parezcan franquistas y poderlas cobrar ellos como socialistas decentes.
Siendo increíble que ninguno de los diputados que tanto han utilizado sus ladinas lenguas, en las reuniones habidas estos días de traspaso gubernamental, hayan criticado el abusivo sueldo concedido al Sr. BONO.
Proceder normal, según cuentan los ciudadanos, ya que los políticos españoles jamás criticarán los abusos salariales que devenguen otros coleguillas, ya que todos y cada uno de ellos, están ahí para llevarse cuanto más mejor.
Por lo que es necesario, por imprescindible, que corte de raíz, el libertinaje que reina en la actualidad. Usted, Señor Rajoy, como Presidente elegido por la ciudadanía, tiene el deber de proteger los impuestos que pagan esos votantes ciudadanos por imposición del sistema. Arca de la que salen todos los sueldos de los políticos.
Nada más sencillo. ¡Por favor! súbase a la tribuna del Parlamento para decir: a partir de hoy, ningún sirviente público cobrará por encima del sueldo que cobro yo como presidente del gobierno; ni incluso cantidad cercana al mismo. Comenzando por cortar de raíz todo los sueldos que sobrepasen el suyo.
Y ya puesto Señor Rajoy, auténtica rara avis de la política española, ya que jamás ha sido acusado por sus feroces enemigos de un acto indeseable en su larga carrera política, tiene el deber -se lo pedí en otra ocasión- de imponer el que todos los diputados vivan de su trabajo y acudan al Parlamento un número de días salteados y equivalentes a un mes del año en que se viva. Que serán los días necesarios para legislar todo lo conveniente. Por lo que el Parlamento estará cerrado once meses del año, sin gastar luz y sin pagar ni un sólo céntimo. Al igual que ocurre en los Estados Unidos de América.
Y el Senado -ese vivero de parados que nos cuesta un montón de miles de millones de euros- ha de desaparecer ipso facto. De igual modo todas y cada una de las Autonomías, con sus pandillas de trincones. Nombrando a un único gobernador por provincia.
Igualmente es necesario que ningún político cobre, por ejemplo, más de cuatro veces el salario mínimo acordado para un trabajador Español, 641,40 euros mensuales. Ahorrando de inmediato el montón de miles que se llevan las legiones de mindundis que entran en la política para trincar, lo que no está en los escritos. Cada político en función -como poco- se lleva al mes, diez o más veces el salario mínimo establecido.
De igual tenor, vuelvo a insistir, se acabaron las listas cerradas con el dictatorial guaperas del encabezamiento. Al macarras de la lista se le acabó la chulería mandona. Siendo los ciudadanos los que nombren con su voto al que ha de ser diputado. Y no la costumbre tiránica de listas cerradas. AUTÉNTICA DICTADURA.
Igualmente, han de desaparecer los cientos de coches blindados que han adquirido los servicios del Estado Central, así como las dilapidadoras autonomías de este insólito y desquiciado País.
Señor, un cálido y afectuoso saludo.