BENAVIDES Y MALOSPELOS EN LAS CORTES

Rajoy regala mimitos a Rubalcaba

Iniciado el día 7 de febrero de 2012 el Periodo Ordinario de Sesiones de la X Legislatura de las Cortes Generales Españolas, el día siguiente fue elegido por el Presidente Mariano Rajoy para comparecer voluntariamente ante la Cámara, antes de que se iniciara la Primera Sesión de Control al Gobierno, para informar al Pleno del Congreso de los resultados de la última Cumbre Europea.

Además de Benavides y Malospelos, los leones de la puerta del Congreso que olfatean confianzas y optimismos y husmean desilusiones y temores, todo el mundo esperaba la comparecencia, a petición propia, de Rajoy. Había impaciencia por saber si su discurso era una narración pesimista por lo detectado en Bruselas, una ciudad fría y húmeda paralizada por la huelga; o, por el contrario era un relato cálido e ilusionado por las realidades encontradas entre los socios europeos.

Sobre la Cumbre Europea, ya se habían difundido varias opiniones y no siempre concordantes ni optimistas. Herman Van Rumpuy, el Presidente belga del Consejo Europeo, estaba preocupado por la realidad helena y había afirmado desde Berlín que «Grecia no sólo es responsable de sí misma, es responsable del futuro del conjunto de la Unión Económica y Monetaria».

Daniel Cohn-Bendit, el otrora líder pujante del mayo francés del sesenta y ocho y ahora vetusto copresidente del Grupo de los Verdes, declaraba que los acuerdos de Bruselas no son la respuesta que la crisis necesita y que el tandem Merkel-Sarkozy no funciona como motor de Europa porque pretende conseguir crecimiento económico sin poner dinero.

Además, dos voces femeninas habían conseguido que «la cumbre del crecimiento» se convirtiera en «la cumbre de la austeridad» al defender la disciplina férrea en el momento de confeccionar los presupuestos y el rigor austero a la hora de controlar el gasto y el cumplimiento de las propuestas: La de la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, manifestando que «Es muy importante que tengamos una nueva disciplina en nuestras economías». Y la de la canciller alemana, Ángela Merkel, proponiendo crear un comisario para Grecia con objeto de que en el país heleno se cumplan las medidas acordadas y se obtengan resultados positivos.

El Presidente del Gobierno, que subió a la Tribuna de Oradores a las nueve en punto de la mañana, comenzó afirmando que «es difícil imaginar un punto de partida peor para esta legislatura» con los datos económicos que citó a continuación y que «Dadas las circunstancias, no podemos considerar otro objetivo para el Gobierno que el de invertir la tendencia al deterioro económico y social que hereda» con el objetivo de «facilitar el crecimiento económico y la creación de empleo».

En relación a nuestra situación en Europa, afirmó que «la Unión Europea no nos obliga a nada, nos obligamos nosotros mismos cuando decidimos formar parte de un club con unas reglas de juego determinadas» y que «España está muy lejos de cumplir con los compromisos que aceptamos en su día» para, después, exponer algunas de las actuaciones del Gobierno, para corregir la situación y confeccionar una «tarjeta de visita ante la Unión Europea»: Asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, garantizar la viabilidad y credibilidad del sistema financiero, y actuar sobre la competitividad y la flexibilidad.

A continuación manifestó que «este primer Consejo Europeo de 2012 tenía carácter informal», que «el presidente del Consejo, Van Rumpuy, quiso enfocarlo sobre la necesidad de impulsar el crecimiento y el empleo», que «España está trabajando decididamente en esta línea» y que «además de los temas vinculados al crecimiento y al empleo, los Presidentes y Jefes de Estado hemos dejado constancia del acuerdo conocido como Pacto Fiscal» (que el Gobierno ya ha pactado con el Partido Socialista) «y respaldado el Texto del Tratado Constitutivo del Mecanismo Europeo de Estabilidad…, que permite garantizar la liquidez para aquellos países que cumplan con sus obligaciones fiscales».

Terminada la exposición, a Mariano Rajoy le siguieron en el uso de la palabra algunos otros oradores en situaciones distintas y con pretensiones varias:

Alfredo Pérez Rubalcaba, en su recién estrenado puesto en la Oposición, para decir que se había empleado la comparecencia para justificar los ajustes del Gobierno y evitar un Debate que pudiera entorpecer los resultados de las Elecciones Andaluzas. Y para argumentar que la diferencia entre el déficit anunciado y el encontrado por el nuevo Gobierno se debía a las Comunidades Autónomas.

El catalán Durán, con sus regateos y circunloquios conocidos, apoyando el control del déficit público y escuchando a alguien que, con voz potente y desde la bancada popular, le aconsejaba: Escucha y aprende.

Cayo Lara, sintiendo quebrado el Principio de solidaridad, diagnosticando que «el país se está desangrando» y pidiendo actuaciones urgentes.

Rosa Díez, en su pretendido papel de líder nacional, afirmando que «Vamos a hablar de España», aludiendo a los nacionalismos y sugiriendo que se debe ir a Europa a dar e imponer.

Josu Erkoreka, con sus ocurrencias de siempre, exponiendo su gusto por «un Gobierno haciendo de Pepito Grillo en Europa»

Los miembros del numerosísimo Grupo Mixto con puntos de vista diversos. Desde la negatividad total de Larreina (Amaiur): «están atrapados». Hasta la parcial de Bosch i Pascual (Esquerra Republicana): «Estoy de acuerdo en algo. Esta casa es una ruina». O la matizada de Jorquera (BNG) aludiendo a dogmatismos. Pasando por la anécdota de Baldoví (COMPROMIS- Q), que ya ha aceptado «que no todos descendemos de la pata del Cid». Y los consejos y ofertas del resto: Quevedo Iturbe (C.C.), Álvarez Sostres (FAC), Uxue Barkos (GERO BAI) y Salvador Armendáriz (UPN-PP).

Y Alonso, el portavoz del PP, para apoyar las medidas del gobierno.

En el turno de Réplica, el Presidente, con el tono suave aprovechó para aplicar magisterio y tratar de ahormar, con mimo y maneras agradables a una Oposición que necesita y que parece empeñado en formar a su medida en una legislatura con Mayoría Absoluta. Como un profesor, duro en los contenidos y afable y tierno en las reprimendas, terminó con dos afirmaciones importantes:

  • – El objetivo es el Crecimiento y el empleo. Y para ello hay que remover lo que estorbe. El control del déficit público y las reformas estructurales son medidas instrumentales para conseguir el objetivo.
  • – No se va a permitir que caiga ninguna Comunidad Autónoma, pero se les va a exigir que cumplan sus compromisos, como todos los españoles.

Terminada la comparecencia, siguieron las preguntas orales de Control al Gobierno. Y ahí se vio lo que puede ser esta legislatura:

En las tres primeras, al Presidente, imperó el trato cordial, de maestro benevolente y paciente, mimando y sustentando a todos, hasta al Jefe de la Oposición que necesita, que de momento está y cumple con su papel, y que, recién venido de Sevilla, inquiría con la dulzura y candidez propia de un párvulo: «¿Tiene un programa a la altura de las necesidades de España?

En las siguientes, a la Vicepresidenta y a los ministros de Justicia y Fomento, los tres endurecieron el tono y, como puestos de acuerdo, zarandearon, dialécticamente y sin las contemplaciones propias de su jefe, a una Oposición que, por boca del Juez Alonso, antiguo ministro de Justicia, había osado dirigirse a la vicepresidencia con una pregunta mezcla de ingenuidad e impertinencia: «¿Considera que está haciendo bien su labor?

En la calle, Benavides y Malospelos seguían altivos e impávidos, mirando cada uno para su lado, sin confesar pesimismos ni aventurar ilusiones, tras conocer, Rajoy dixit, los resultados de la última Cumbre Europea.

 

 

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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