Entomofobia o fobia a los grillos

Los grillos: los pequeños maestros de la supervivencia

Desde termómetros vivientes hasta ingenieros de sonido, los grillos demuestran que el tamaño no lo es todo

Grillos
Grillos. PD

Los grillos, esos pequeños insectos que amenizan nuestras noches de verano con su característico canto, son mucho más que simples músicos nocturnos.

Estos fascinantes seres han evolucionado para convertirse en verdaderos maestros de la supervivencia, desarrollando habilidades que van desde la predicción meteorológica hasta ingeniosas estrategias de cortejo. Como experto en entomología, me propongo desentrañar los secretos de estos diminutos genios de la naturaleza.

Empecemos por algo que seguramente te sorprenderá: ¿sabías que puedes usar a los grillos como termómetros vivientes? Sí, has leído bien.

Gracias a la llamada Ley de Dolbear, formulada por el físico estadounidense Amos Dolbear en 1897, podemos calcular la temperatura ambiente simplemente escuchando el canto de estos insectos.

La fórmula es sorprendentemente sencilla: cuenta el número de chirridos en 15 segundos, suma 37, y voilà, tienes la temperatura en grados Fahrenheit. Si prefieres el sistema métrico, no te preocupes, solo tienes que hacer una pequeña conversión.

Pero, ¿cómo es posible esto? La explicación reside en la biología de estos fascinantes insectos. Los grillos son animales ectotérmicos, lo que en el lenguaje coloquial conocemos como «de sangre fría». Esto significa que su temperatura corporal y, por ende, su metabolismo, dependen directamente de la temperatura ambiente. Cuando hace calor, sus procesos metabólicos se aceleran, lo que se traduce en un canto más rápido y frecuente. Por el contrario, cuando el termómetro baja, su metabolismo se ralentiza y su canto se vuelve más pausado.

Pero no nos quedemos solo en la superficie. La relación de los grillos con la temperatura va mucho más allá de ser simples termómetros vivientes.

Algunas especies han desarrollado estrategias asombrosas para sobrevivir en condiciones extremas. Por ejemplo, ciertas especies de grillos que habitan en regiones frías han evolucionado para tolerar la congelación de sus cuerpos. Sí, has leído bien: estos pequeños insectos pueden literalmente congelarse y luego «descongelarse» sin sufrir daños.

El profesor Kenneth Storey, de la Universidad de Carleton en Ottawa, ha dedicado gran parte de su carrera a estudiar este fenómeno. Según sus investigaciones, estos grillos utilizan una estrategia similar a la de las ranas de madera: producen grandes cantidades de glucosa que actúa como una especie de anticongelante natural. «La razón por la que se congelan es para ampliar su área de distribución más al norte o a mayor altura, como la cima de una montaña», explica Storey.

«Puedes conseguir un mejor nicho en el mundo si te puedes congelar».

Pero dejemos por un momento el frío y hablemos de amor. O, mejor dicho, de las ingeniosas estrategias de cortejo de los grillos. ¿Sabías que algunos machos de grillo han desarrollado una técnica digna de los mejores ingenieros de sonido? Los investigadores del Instituto Indio de Ciencia de Bangalore descubrieron en 2020 que ciertos machos de grillo arbóreo, específicamente los más pequeños y menos atractivos, han ideado un truco fascinante para amplificar su canto y así atraer a las hembras.

Estos astutos grillos buscan una hoja grande y hacen un agujero en el centro del tamaño de sus alas. Luego, se colocan dentro de este agujero y, al estridular, la hoja actúa como un amplificador natural, duplicando el volumen de su llamada. «Con este ingenioso truco, nuestro poco sexi amigo se convierte casi en el George Clooney de los grillos», bromea Sambita Modak, una de las investigadoras del estudio. Las hembras, atraídas por este potente canto, acuden en mayor número, sin saber que están siendo engañadas por un hábil truco acústico.

Este comportamiento no solo es fascinante desde el punto de vista biológico, sino que también nos enseña una valiosa lección: a veces, la inteligencia y la creatividad pueden compensar las desventajas físicas. Estos pequeños grillos nos demuestran que, en la naturaleza, la supervivencia no siempre es cuestión del más fuerte, sino del más ingenioso.

Pero no todo es romance y música en el mundo de los grillos. Estos insectos también juegan un papel crucial en los ecosistemas. Como omnívoros, los grillos ayudan a controlar las poblaciones de otros insectos y plantas, contribuyendo al equilibrio ecológico. Además, son una fuente importante de alimento para muchos animales, desde aves y reptiles hasta mamíferos pequeños.

En algunas culturas, los grillos incluso han encontrado su lugar en la gastronomía humana. Rico en proteínas y con una huella ecológica mucho menor que la de la carne tradicional, el grillo se está convirtiendo en una alternativa alimentaria cada vez más popular en algunas partes del mundo. Quién sabe, tal vez en un futuro no muy lejano, las hamburguesas de grillo sean tan comunes como las de ternera.

Pero volvamos a la ciencia. Los grillos no solo nos sorprenden con sus habilidades de supervivencia y adaptación, sino que también están contribuyendo al avance de la investigación médica. Los científicos están estudiando los mecanismos que permiten a algunas especies de grillos tolerar la congelación con la esperanza de aplicar estos conocimientos a la preservación de órganos para trasplantes. Imagina un futuro donde los órganos puedan «congelarse» de forma segura, aumentando drásticamente el tiempo disponible para realizar un trasplante.

A medida que profundizamos en el estudio de estos fascinantes insectos, nos damos cuenta de que aún hay mucho por descubrir. Los grillos, con su aparente simplicidad, esconden secretos que podrían revolucionar campos tan diversos como la meteorología, la acústica, la medicina y la ecología.

Así que la próxima vez que escuches el canto de un grillo en una cálida noche de verano, recuerda que estás siendo testigo de algo más que una simple serenata nocturna. Estás escuchando a un maestro de la supervivencia, un ingeniero del sonido, un termómetro viviente y, quién sabe, tal vez incluso a un futuro salvador de vidas humanas.

Los grillos nos recuerdan que en la naturaleza, la grandeza a menudo viene en pequeños paquetes. Estos diminutos insectos nos enseñan lecciones valiosas sobre adaptación, ingenio y resiliencia. Y quién sabe, tal vez algún día, cuando la humanidad se enfrente a desafíos aparentemente insuperables, encontremos la inspiración para superarlos en el humilde canto de un grillo.

Curiosidades:

  1. Los grillos tienen sus «oídos» en las patas delanteras.
  2. Algunos grillos pueden saltar hasta 20 veces su longitud corporal.
  3. En China, se han utilizado grillos como mascotas durante más de 1000 años.
  4. Los grillos hembra pueden poner hasta 400 huevos en su vida.
  5. El canto de los grillos es producido únicamente por los machos.
  6. En algunos países, las peleas de grillos son un deporte popular.
  7. Los grillos han inspirado numerosos proverbios y dichos populares en diferentes culturas.
  8. Algunas especies de grillos son caníbales y se comen a otros grillos.
  9. El grillo doméstico puede vivir hasta 3 meses en condiciones ideales.
  10. En la antigua Grecia, los grillos eran considerados símbolos de buena suerte.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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