Una matinal de infarto teatral con un drama histórico

RICARDO III: «Una experiencia Shakespeare»

Nicolas Pérez Costa, nos sumerge en un trepidante drama del siglo XV

Ricardo III
Ricardo III

Sorprendentemente, en pleno domingo y con carácter de matinal, he asistido en teatro Infanta Isabel, a un trabajo teatral inesperado. Yo tenía el convencimiento que los domingos por la mañana, eran para ir con los niños, esta vez he sido agraciado con un drama shakesperiano de primer nivel con un montaje sublime y que vamos a comentar al ser un extracto, maravillosamente hecho, de un drama del gran autor inglés llamado, Williams Shakespeare.

Históricamente, Ricardo III de Inglaterra, fue rey de Inglaterra y Señor de Irlanda desde 1483 hasta su muerte en la batalla de Bosworth en 1485. Fue el último rey de la casa de York,  Su derrota en Bosworth, última batalla decisiva de la Guerra de las Dos Rosas, marcó el final de la Edad Media en Inglaterra. Ricardo fue nombrado duque de Gloucester en 1461 después de la adhesión de su hermano, el rey Eduardo IV. que diez años después, se casó con Anne Neville, hija del  conde de Warwick..

Cuando murió su hermano, el rey Eduardo IV, Ricardo fue nombrado Lord Protector del reino del hijo mayor de doce años, Eduardo V. El 22 de junio de 1483 se arregló la coronación de Eduardo, pero antes de la ceremonia el matrimonio de sus padres fue invalidado por bigamia, lo cual significó que sus hijos eran oficialmente ilegítimos y por tanto no podían heredar el trono.

Días después, una asamblea de señores y plebeyos aprobó una declaración para llevar esto a efecto y proclamó a Ricardo rey legítimo. Al día siguiente comenzó el reinado de Ricardo III y su coronación se celebró el 6 de julio de ese mismo año. El joven príncipe Eduardo y su hermano menor, Ricardo, duque de York, dejaron de ser vistos en público a partir de agosto, por lo que circularon acusaciones de que habían sido asesinados por orden del rey Ricardo III.

Como consecuencia, se produjeron dos grandes rebeliones durante el corto reinado de Ricardo. La primera, en octubre, que fue liderada por los firmes aliados de Eduardo IV y un antiguo aliado de Ricardo III, el   duque de Buckingham, pero la revuelta se diluyó. Dos años después, Enrique Tudor  lideró una segunda rebelión. Enrique desembarcó en el sur de Gales con un pequeño contingente de soldados franceses y reclutando soldados por el camino. Las tropas de Enrique Tudor se enfrentaron al ejército de Ricardo y le derrotaron en la batalla de Bosworth. El rey Ricardo murió en el enfrentamiento, con lo que se convertía en el último rey de Inglaterra en caer en combate. Enrique Tudor ascendió al trono con el nombre de Enrique VII .​

Tras la batalla, el cadáver de Ricardo fue llevado a Leicester y enterrado sin pompa. Su monumento fúnebre parece que fue desmontado durante la Reforma anglicana, por lo que sus restos permanecieron en paradero desconocido cinco siglo.

Esta forma tan breve de la explicación de la historia del acontecimiento de la subida al trono del rey Eduardo III y su desastroso final enfrentado a Enrique Tudor, que sería posteriormente, el rey de Inglaterra proclamado Enrique VII, se nos ofrece en el corto espacio de 90 minutos. Todo un alarde tanto de la construcción de la misma, entresacada de la original de Shakespeare por Nicolas Pérez Costa que también es el protagonista y director de la obra, como por la puesta en escena de un escenario de diseño, casi minimalista con tules de fondo, de colores que se acompasan con las luces sobre el escenario y los interpretes con auténtica perfección.

Se vale en el diseño realizado por Jose Luis Gonzalez Subias y el propio Nicolas Pérez Costa de ocho barriles metálicos de gran  tamaño y dos de tamaño inferior y tres escalera de doble peldaño que se mueven por el escenario, a veces para convertirse en almenas del castillo, a veces escaleras propiamente para escalar, al igual que los barriles se utilizan como elementos de sonido acompañando a la música en redobles de tambor de estremecedor volumen y a veces para la construcción de habitaciones siendo útiles para sentarse  o para la elevación al rey con su silla de realeza al ser coronado rey.

Todo un alarde, magnifico y que no nos deja respirar, sobre todo en la interpretación majestuoso y lleno de credibilidad de Nicolas que se traslada por el escenario arrastrando sus piernas con dos muletas, que en ocasiones nos las presenta en la imaginación como la utilización de una espada presentándonos un Eduardo III frenético, agresivo, victorioso y derrotado.

Todo un espectáculo de interpretación, con un dialogo verbalizado a gran velocidad y seguido en su dialogo por el resto de los personajes de la obra, que en este caso son diez los protagonistas, todos ellos llevando el pie del texto en su punto a la perfección, tanto en las entradas como en las respuestas.

Una magnífica obra que no deja respirar a los espectadores con la velocidad de sus diálogos en escena, con una perfecta dicción del castellano por parte de todos los actores y en especial de Nicolas, que sorprendentemente es argentino, lo cual nos damos cuenta, al final de la obra y pasadas “las glorias”, se dirige a los espectadores para saludar y allí se expresa en ese tono de español idiomatizado en argentino, siendo una sorpresa, tras verle durante noventa minutos dialogar en un perfecto castellano.

El prestigioso actor y director argentino Nicolás Perez Costa, presenta su nueva propuesta: «Ricardo III» de William Shakespeare. Tras el éxito de «Juana la Loca» y «Dos Tronos, Dos Reinas», Pérez Costa arremete con una puesta del más grande de los clásicos de todos los tiempos, que promete trasladar al espectador a un universo distópico y anacrónico, donde los personajes conviven en un territorio visualmente impactante, crudo, intenso y dinámico.

En esta versión, la percusión no convencional, la interpretación veraz y la potencia dramática y musical elevan la obra a un altísimo nivel de calidad y exigencia artística. El elenco, está compuesto por diez intérpretes encabezados por el propio Perez Costa, junto a Goizalde Núñez y Ana Belén Beas, y ofrece una lectura urgente y necesaria de este clásico: hablar de la corrupción del poder, la ambición desmedida, la marginación social y el resentimiento que esta provoca, es hoy un deber del teatro con los espectadores.

Nicolás Perez Costa es un dramaturgo, coreógrafo, actor y director nacido en Argentina en1984. Ha estado ejerciendo la docencia en varios grupos de teatro, desde 1998, entre los que se destacan institutos y la Escuela de Comedia Musical de Pepe Cibrián Campoy, de quien fue, además, asistente de dirección y coreografía en varios eventos y obras musicales. También ha sido nominado y galardonado en varias ocasiones a premios teatrales del escenario local argentino y ha participado en más de 60 producciones teatrales hasta la fecha.

Comenzó su carrera a los quince años en el espectáculo «Homenaje» con producción de Alejandro Romay. Dedicó su trabajo a la investigación anclado en la autogestión con paréntesis eventuales que le permitieron dirigir a grandes figuras argentinas como Norma Pons, Héctor Gióvine, Rita Terranova,​ Ana Acosta y Alejandro Paker.

Fue nominado como actor, director, coreógrafo e iluminador en distintas oportunidades a los premios Trinidad Guevara, Estrella de Mar, Florencio Sánchez y Hugo. Algunas de las obras que ha montado o representado son “Los Grimm​ Sherlock”; “El misterio del guante rojo”;​ “SADE, una velada incómoda”; “La pulga en la oreja”; ​“ El jardín de los cerezos”; “​ La Gaviota”; “Noche de reyes”; “Romeo y Julieta” y “Calígula” entre otras, que suman más de sesenta obras en veinte años de profesión.

La otra parte de este espectáculo de la obra Ricardo III, es Jose Luis Gonzalez Subias, en el que recae la responsabilidad de toda la tramoya y escenografía de la obra, con un magnífico resultado tanto en su ejecución como en los elementos utilizados dando un rigor dé época solo con la forma de colocarlos. Todo un alarde de ingenio e inteligencia teatral.

Jose Luis, Gonzalez Subias, es catedrático de Lengua y Literatura, escritor e investigador. Titulado superior en Arte Dramático por la RESAD, licenciado y doctor en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, en la actualidad es uno de los más destacados especialistas en teatro español del siglo XIX.

Miembro de la Sociedad de Literatura Española del Siglo XIX, de la Asociación de Hispanistas “Siglo diecinueve” y de la Asociación Internacional de Teatro del Siglo XXI, ha participado en decenas de congresos y publicado numerosos artículos y libros dedicados al teatro decimonónico y al arte de la escena en general. Es autor de “La última bambalina”, blog teatral de referencia, dedicado a comentar y analizar las representaciones teatrales efectuadas en Madrid.

Por ultimo, cabe destacar el reparto con Ana Belen Beas y la ganadora del premio Talia, Goizalde Nuñez. Además, se cuenta con la interpretación de Zonia Lostaunau, Patricia Domínguez, Juan Miguel Talaveras, Brian Huallamares, Omar Méndez, Álex Rojo y Hugo Coello.

Por suerte la obra se representa en formato matinal todo los sábados y domingos del mes de diciembre. Como diría el crítico teatral, Alberto Sanz Blanco, “El ritmo es trepidante las palabras cobran personalidad por si mismas”.

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