"No se puede evangelizar sin los medios de comunicación"

Rouco: «Las familias nos reclaman un apoyo decidido»

Reivindica el matrimonio cristiano «aunque no sea siempre una experiencia idílica»

«Parece que la Iglesia se ha quedado sola en la defensa de la familia. Eso no tiene por qué asustarnos»

El cardenal Antonio María Rouco Varela se prepara para celebrar un año más la Misa de la Familia cristiana. Este año la Eucaristía a cielo abierto tendrá lugar el 2 de enero en la Plaza de Colón a partir de las diez de la mañana. El cardenal ha recibido a ABC en su casa para contarnos cómo vive la Iglesia esta apuesta firme por una institución decisiva para el futuro de la sociedad y del bien común. El purpurado explica que «las familias nos reclaman un apoyo decidido» y reivindica el matrimonio cristiano, «aunque no siempre sea una experiencia idílica». Lo entrevista Laura Daniele en Abc.

-Es un año difícil para las familias. Muchas han perdido el trabajo, hemos estrenado ley del aborto y las cifras de la natalidad siguen a la baja. ¿Cobra un significado especial este año la misa en la Plaza de Colón?

-Sí, pese a que estos momentos críticos que está atravesando la familia no son del todo nuevos. En el fondo de la crisis económica y cultural está la crisis de saber qué es la familia, cuál es el sentido de la realidad familiar, qué relación tiene con el destino del hombre, con el bien de las personas. Hay una concepción relativista de la vida, de la fe y también de lo que es el matrimonio y la familia.

-¿Qué mensaje pretende transmitir la Iglesia con esta Eucaristía?

-Al celebrar por cuarta vez la misa de las familias estamos poniendo un signo de cómo se expresa y se formula la sensibilidad de la iglesia y de sus pastores. Por otra parte, la realidad de los matrimonios y familias cristianas nos reclaman un apoyo especial en este momento. No sólo un apoyo interior, a través de la oración, el afecto y la acogida en todos los ámbitos de la iglesia, sino un apoyo exterior, social y firme de toda la iglesia, que cuanto más públicamente se manifieste, más impacta. En general, no se puede evangelizar prescindiendo de los medios de comunicación social,pero en esta parcela de la evangelización, tan sensible y decisiva para el futuro de la iglesia y la humanidad, su impacto a través de los medios de comunicación es importantísimo.

-¿Puede generar algún malestar la celebración de esta Eucaristía?

-La misa en la Plaza de Colón quiérase o no, por la propia naturaleza del hecho, llega mucho a la opinión pública. Es verdad que algunos pueden reaccionar de forma molesta, pero, en general, a las personas que necesitan y desean ese apoyo les sirve de estímulo y lo agradecen. A los indiferentes les despierta la curiosidad y a los que están en contra, la verdad es que todo testimonio del Evangelio siempre encuentra resistencia. Nos sirve para que nos curtamos espiritualmente en la pastoral de la familia y en su vivencia evangélica.

-El Papa ha hecho un especial hincapié en su reciente viaje a España en el papel crucial que tiene nuestro país para la nueva evangelización. ¿Por este motivo la misa mantiene esa vocación europea?

-Sí. Hay que llamar la atención sobre el hecho de que la crisis del matrimonio y de la familia es una crisis europea. Una crisis que se dio en el mundo que venía del comunismo y del marxismo soviético, en el que la familia y el matrimonio sufrió muchos ataques y agresiones que no están curadas del todo. No se puede olvidar, por otro lado, que la legalización del aborto aparece de una forma masiva a comienzos de los años 70 del siglo pasado en conexión con las sentencias del Supremo de los Estados Unidos y que después se propaga como una mancha de aceite por toda la Europa libre. Y tampoco que la legislación europea sobre el divorcio se hace cada vez más laxa, hasta llegar al divorcio exprés. Todos estos son aspectos que acompañan el proceso postmoderno de la familia en Europa sin que se haya aligerado esa presión. Se explica que la misa de la familia sea concebida como una propuesta europea.

-¿Pensó alguna vez que esta idea iba a tener tan buena acogida?

-A medida que hemos avanzado en este camino estamos más convencidos de que es una especial providencia del Señor sobre su Iglesia. Todo un sinfín de asociaciones y movimientos están detrás de esta iniciativa y la reafirman cada vez más. Pero sobre todo están los matrimonios y las familias. A mí me impresiona mucho cuando las familias de Madrid, España e incluso de Europa me cuentan del bien que les hace esta misa. Este verano me lo han dicho en varias ocasiones en Alemania y otros países europeos. Quieren venir y lo agradecen. Es muy significativo el hecho de que una buena representación de la familias europeas pueda reunirse en la profesión de la fe, en la convivencia fraterna y cordial sobre la base del amor mutuo, en el apoyo espiritual, humano, social y cultural para defender y promover el bien que es el matrimonio y la familia. Es también significativo que vengan con sus niños. No solo es una misa de los padres sino también de las familias con sus niños.

-En su discurso de la última Asamblea Plenaria usted dijo que el matrimonio cristiano estaba llamado a ser «denuncia y profecía». ¿Imaginó que esto sucediera?

-La actuación legislativa en toda Europa, incluida España, se ha ido alejando cada vez más del modelo cristiano del matrimonio y, por lo tanto,se ha ido distanciando de las raíces históricas de nuestros pueblos con consecuencias que no son buenas. Todavía no aparece ninguna señal en el panorama jurídico y político de los gobiernos europeos, ni en el Gobierno español, ni de los partidos políticos, en general, que indique la voluntad de recuperar a fondo y de verdad el significado del matrimonio y de la familia. Vivir el matrimonio cristiano, tener hijos, vivir la familia cristianamente es de una atrayente belleza humana y toca las conciencias de muchas personas, para acercarlas de nuevo a la verdad del matrimonio y de la familia, aunque no sea siempre una experiencia idílica. La santidad del matrimonio y la familia no es broma; se trata de algo serio que cuesta, que conlleva cruz, pero que comporta mucha «pascua» y «resurrección».

-El modelo de matrimonio cristiano, ¿se ha convertido en un listón demasiado alto para nuestra sociedad?

-Cuando se ofrece un modelo de vida a una realidad social marcada por una especie de egocentrismo y hedonismo radicales, cuando las nuevas generaciones son educadas en unos ambientes de estilo facilón, trivial y tosco, evidentemente es un listón muy alto; pero para jóvenes y no jóvenes, que quieran vivir su vida con la conciencia de la dignidad del hombre, del saber que la felicidad está mucho más allá de experiencias efímeras y que depende del grado de su correspondencia ética con la naturaleza de la persona humana y con lo que sirve y garantiza el futuro del bien común entonces el ideal del matrimonio cristiano se convierte en un gran y realizable objetivo para la vida.

-El Papa, durante su visita a Santiago y Barcelona, reclamó al Estado un apoyo decidido a la familia, pero por qué encontramos tanta indiferencia por parte de los gobiernos y de los partidos políticos?

-Las estructuras políticas y sus responsables están insertos en esa realidad social, a la que aludíamos anteriormente: ¡No son seres angélicos! El ambiente que nos envuelve a todos no se caracteriza precisamente por una gran inclinación hacia una vida moral éticamente seria, rigurosa y abierta a la gran verdad del hombre y de Dios. En fin, no es que el Estado ni su legislación tengan que ser una reproducción de la ley moral, pero sí han de ser un instrumento que facilite el vivir la dignidad del hombre en toda la verdad del hombre mismo y de los principios morales que deben regir la vida de las personas y de la sociedad, en un horizonte espiritual iluminado por la fe. Ahí está el gran problema.

-¿Cree que la Iglesia se está quedando sola en la defensa de la familia?

-A veces parece que sí. Pero eso no tiene por qué asustarnos. También es verdad que el mundo asociativo en las sociedades europeas ha perdido vigor.

-Por primera vez en una década ha descendido el número de abortos ¿Qué impresión le merece este dato?

-Es bueno oír que haya algunos abortos menos, pero hay que subrayar las cifras a las que habíamos llegado. Segundo, hay un factor que es la píldora del día después, que es una píldora abortiva, y luego también en qué medida afecta el descenso en el número de jóvenes que venía de países de la emigración. Son factores que habría que analizar, aunque ciertamente nos parece un dato positivo que las estadísticas este año sean mejor que las del año pasado.

-También podríamos pensar que toda la movilización contra la reforma del aborto ha ayudado a recuperar algo el valor de la vida.

-Puede ser. Dios quiera. De todos modos hay que constatar con gozo que la Red Madre, las asociaciones pro vida, el empeño de muchísimas personas, del entorno de la Iglesia o de inspiración cristiana ha crecido y ha ido a más, y eso también ha tenido un efecto innegable.

-Tenemos a las puertas una ley de muerte digna, ¿hay razones para preocuparnos?

-No tenemos ningún dato sobre los principios que la inspiran, y qué se entiende por muerte digna. No se siente uno muy optimista al recibir la noticia y de formular expectativas respecto al proyecto de ley que se anuncia. Los antecedentes políticos e ideológicos no son buenos. Lo que se ha legislado en algunos países de Europa va directamente en contra de la dignidad de la persona humana. Si muerte digna es facilitar el que la persona, cuando llega el momento de su muerte, encuentre el apoyo religioso, moral y humano que se precisa, entonces se puede hablar de posibilitar y facilitar una muerta digna. De todos modos, no se debe de olvidar que hemos sido salvados por alguien que murió en una cruz por amor a Dios y para salvar al hombre. Pues bien, cuando esa capacidad redentora del dolor humano se vive como una expresión de un amor personal profundamente ofrecido, hay que posibilitarla. No digo forzarla, pero sí posibilitarla y no impedirla.

-Cómo van los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud?

-A ocho meses de la JMJ, todo el dispositivo de organización está apunto. Todos los campos de actuación en la misma están siendo trabajados con mucha competencia, entrega y generosidad por excelentes equipos de voluntarios.

-¿Qué acogida está recibiendo la JMJ entre los empresarios?

-Los patrocinios van bien, pero una parte substancial de sus gastos se los pagan los propios jóvenes. Los procedentes de los países más prósperos aportan también una cuota de solidaridad.

-¿Los recursos económicos entonces van llegando?

-Sí. Esperamos que haya empresas que se hagan cargo de los altares, de las pantallas, de la megafonía, etc. El obierno español nos ha facilitado mucho el trabajo al declarar la JMJ evento de interés nacional.

 

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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