Después de varios días en los que hemos asistido a la divulgación de cantidad de rumores sobre fichajes para el nuevo Valencia de Marcelino de la próxima temporada (cosa normal en estas fechas, por otra parte), parece que todo se va calmando al tiempo que ahora afrontamos la otra cara de la moneda en este asunto: las bajas. Y son muchas, y el Valencia debe dar salida a ese enorme número de jugadores con los que no cuenta para el próximo año, porque de lo contrario no podrá ingresar dinero ni ajustar el Fair Play financiero que necesita para acometer llegadas con las que cumplir las expectativas de su entrenador.
En este sentido, parece que el asunto de las salidas ya se ha puesto en marcha. Las ventas de dos hombres cuyo adiós al club estaba cantado como Piatti y Yoel ya se han consumado, y se ha decidido que otros, cedidos, no volverán a vestirse de blanquinegro el próximo curso (Muniain, Mario Suárez o Siqueira). Pero falta la parte más dura, vender a los que el club tiene en propiedad y, bien sea por falta de rendimiento deportivo, bien por otros motivos, tiene que vender, en la mayoría de los casos por precios que no harán que la entidad recupere la inversión que hizo en su día.